El Teide, una mirada histórica, de Eustaquio Villalba - ATAN
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La <strong>mirada</strong> geográfica más conocida es un libro publicado en 1981. Sus autores son<br />
Eduardo Martínez <strong>de</strong> Pisón y Francisco Quirantes que lo titularon: “EL <strong>Tei<strong>de</strong></strong> Estudio<br />
Geográfico”. Sus opiniones tuvieron <strong>una</strong> enorme repercusión en los ambientes educativos,<br />
en los libros <strong>de</strong> texto y en las numerosas obras <strong>de</strong> geografía y naturaleza canaria publicadas<br />
en los años ochenta. Esta obra es cita obligada en todos los libros y tesis <strong>de</strong> geografía, sin<br />
embargo no figura en la bibliografía <strong>de</strong> los artículos <strong>de</strong> investigación vulcanológica.<br />
Toman como punto <strong>de</strong> partida las tesis dominantes, el hundimiento para la cal<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> Las<br />
Cañadas, y los valles intercolinares para Güímar y La Orotava y niegan con vehemencia la<br />
posibilidad <strong>de</strong> un origen relacionado con la erosión o los <strong>de</strong>slizamientos gravitacionales:<br />
“Partiendo <strong>de</strong> la misma hipótesis <strong>de</strong> un gran valle en Icod, pre-serie III y relleno por ésta,<br />
se sustituye el esquema <strong>de</strong> un prolongado ataque erosivo durante un «largo periodo <strong>de</strong><br />
tranquilidad» por gran<strong>de</strong>s avalanchas por <strong>de</strong>slizamientos subhorizontales <strong>de</strong> masas<br />
inestables sobre un fanglomerado, más o menos discontinuo y sólo existente en el norte <strong>de</strong>l<br />
edificio, que se supone que actuaría como superficie lubrificante, como capa plástica, al<br />
tiempo que la torrencialidad ayudaría al transporte <strong>de</strong> los materiales, que llegarían al mar<br />
y <strong>de</strong>saparecerían al ser <strong>de</strong>struidos por erosión. Todo este proceso, que justificaría la<br />
formación <strong>de</strong> la cabecera en un corto tiempo, se apoya, sin embargo, en argumentos que<br />
nos parecen discutibles y en hechos in<strong>de</strong>mostrables, al margen <strong>de</strong> la evolución<br />
morfoclimática cuaternaria”. Pero también reconocen que no existen datos que avalen la<br />
teoría <strong>de</strong>l colapso: “Dado que en la pared <strong>de</strong> Las Cañadas no se encuentra tampoco<br />
ning<strong>una</strong> huella directa <strong>de</strong> falla -o al menos nosotros no la hemos observado, pese a <strong>una</strong><br />
búsqueda minuciosa- el hundimiento <strong>de</strong> las cal<strong>de</strong>ras no pasa <strong>de</strong> ser <strong>una</strong> suposición por<br />
analogía, pero no es constatable. Sin embargo, a nosotros nos parece razonable<br />
volcanológicamente y morfogenéticamente y respon<strong>de</strong> a un mo<strong>de</strong>lo clásico en los relieves<br />
volcánicos”. Con estos datos, es evi<strong>de</strong>nte que es imposible argumentar ning<strong>una</strong> hipótesis<br />
que resulte científicamente coherente y, a pesar <strong>de</strong> ello, sus opiniones han servido durante<br />
muchos años <strong>de</strong> aval en los estudios <strong>de</strong> geografía física. Los nuevos conocimientos<br />
adquiridos por la ciencia en esos años están ausentes en los trabajos geográficos, incluso,<br />
cuando ya se había convertido los <strong>de</strong>slizamientos gravitacionales en un nuevo paradigma<br />
<strong>de</strong> la volcanología.<br />
De manera paralela a la investigación académica, la geología aplicada va a contar con un<br />
marco muy favorable por la gran <strong>de</strong>manda que impone la investigación sobre el<br />
funcionamiento hidrológico <strong>de</strong> las Islas. Pocos vulcanólogos proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l mundo<br />
universitario, o <strong>de</strong> los centros <strong>de</strong> investigación, recurrieron al estudio sistemático <strong>de</strong><br />
galerías y pozos. La excepción fue la tesis doctoral <strong>de</strong>l profesor Juan Coello que lleva un<br />
título bien significativo: “Las series volcánicas en los subsuelos <strong>de</strong> Tenerife”. No es<br />
casualidad, por tanto, que este autor, haya participado en la elaboración <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> los<br />
<strong>de</strong>slizamientos.<br />
En los primeros años <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los setenta el abastecimiento hídrico <strong>de</strong> las islas<br />
constituía un grave problema y el futuro inmediato parecía poco halagüeño. <strong>El</strong> crecimiento<br />
<strong>de</strong>mográfico, el más alto <strong>de</strong>l país en aquellos años, y el aumento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong>l sector<br />
turístico, coincidió con <strong>una</strong> fuerte sequía que obligó a instalar las primeras plantas<br />
<strong>de</strong>saladoras en el archipiélago. Era urgente estudiar el ciclo <strong>de</strong>l agua en Canarias y, sobre<br />
todo, el <strong>de</strong> las aguas subterráneas. Se consiguió el patrocinio <strong>de</strong> la UNESCO para realizar<br />
un estudio, <strong>de</strong>nominado SPA-15, que sirviera <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>lo a otras islas volcánicas.<br />
FIGURA 59. Depresiones gravitacionales. (Avance <strong>de</strong>l Plan Hidrológico <strong>de</strong> Tenerife <strong>de</strong><br />
1989)