El Teide, una mirada histórica, de Eustaquio Villalba - ATAN
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¡Dichoso tu, pues mudas por instantes<br />
los afectos! ¡Oh quién hacer pudiera<br />
que fuéramos en esto semejantes!<br />
Para ti llegará la primavera<br />
y a ser otoño volverás como antes,<br />
mas yo no seré ya la que antes era.<br />
FIGURA 23. Retrato <strong>de</strong>l Vizcon<strong>de</strong> <strong>de</strong>l Buen Paso.<br />
A pesar <strong>de</strong> los problemas económicos, será en la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo cuando <strong>de</strong> sus<br />
mejores frutos la Ilustración en Canarias. A esta época pertenecen literatos <strong>de</strong> renombre<br />
nacional como los hermanos Iriarte, científicos <strong>de</strong> la dimensión <strong>de</strong> Agustín <strong>de</strong><br />
Bethencourt, fundador <strong>de</strong> la escuela <strong>de</strong> ingeniero civiles <strong>de</strong> España y uno <strong>de</strong> los<br />
arquitectos <strong>de</strong> san Petersburgo, José Clavijo y Fajardo, naturalista y traductor <strong>de</strong> la obra<br />
<strong>de</strong> Buffon, Antonio Porlier marqués <strong>de</strong> Bajamar, ministro <strong>de</strong> Gracia y Justicia y un<br />
historiador - naturalista como José <strong>de</strong> Viera y Clavijo. Una generación que vio en el<br />
atraso científico y cultural las causas <strong>de</strong> la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia española. Fueron críticos con la<br />
ociosidad <strong>de</strong> gran parte <strong>de</strong> la aristocracia y, con precauciones, también <strong>de</strong>nunciaban la<br />
intransigencia <strong>de</strong> la iglesia. Eran partidarios <strong>de</strong> <strong>una</strong> monarquía ilustrada antes que<br />
absoluta, pero no eran “liberales” en el sentido político <strong>de</strong>l término.<br />
<strong>El</strong> reinado <strong>de</strong> Carlos III (1759- 1788) marcó la época <strong>de</strong> esplendor <strong>de</strong>l Despotismo<br />
Ilustrado español y así lo reconoció José Viera y Clavijo en la <strong>de</strong>dicatoria <strong>de</strong> su libro <strong>de</strong><br />
Historia <strong>de</strong> Canarias: “Des<strong>de</strong> el seno <strong>de</strong>l mar Atlántico y en medio <strong>de</strong> aquellas felices<br />
Islas que sirven <strong>de</strong> primer meridiano y como <strong>de</strong> puente a la comunicación <strong>de</strong> los dos<br />
mundos sujetos al glorioso imperio <strong>de</strong>l mejor <strong>de</strong> los Reyes, <strong>una</strong> mano trémula y llena <strong>de</strong><br />
sagrado respeto tiene la osadía <strong>de</strong> presentar, al pie <strong>de</strong>l trono <strong>de</strong> V. M., los ensayos<br />
sobre la historia natural y civil <strong>de</strong> las mismas Canarias, en cuya región es tan amado y<br />
admirado el fausto nombre <strong>de</strong> Don Carlos III.”<br />
<strong>El</strong> <strong>Tei<strong>de</strong></strong> jugó un papel <strong>de</strong>stacadísimo en la iconografía <strong>de</strong> los ilustrados canarios, pero<br />
muy especialmente, como es lógico, entre los <strong>de</strong> Tenerife. Para ellos, <strong>El</strong> <strong>Tei<strong>de</strong></strong> es parte<br />
<strong>de</strong> la mitología <strong>de</strong> la isla, es el engarce con el mundo clásico y, al mismo tiempo, objeto<br />
<strong>de</strong> la curiosidad científica; un fenómeno natural que hay analizar bajo la nueva <strong>mirada</strong><br />
que aporta el avance científico. No en vano, fue la única generación que conoció <strong>una</strong><br />
erupción ocurrida en el <strong>Tei<strong>de</strong></strong>-Pico Viejo, la <strong>de</strong> 1798. Esta doble concepción <strong>de</strong>l <strong>Tei<strong>de</strong></strong><br />
quedó perfectamente reflejada <strong>de</strong> la Real Sociedad Económicas <strong>de</strong> Amigos <strong>de</strong>l País <strong>de</strong><br />
Tenerife (RSEAPT) cuando acordó en su primera reunión formal convocar un concurso<br />
público para dotarla <strong>de</strong> un emblema que la i<strong>de</strong>ntificara. Se presentaron 74 solicitu<strong>de</strong>s y<br />
la mayoría incorporaban al <strong>Tei<strong>de</strong></strong> como elemento central, incluida, por supuesto, la<br />
propuesta ganadora. <strong>El</strong> fallo se conoció en la junta <strong>de</strong>l 10 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1777. En el título<br />
XIII <strong>de</strong> los Estatutos publicados en Madrid en 1779 se dice: “De la Empresa, y Sello <strong>de</strong><br />
la Sociedad. Se ha elegido para cuerpo único <strong>de</strong> la empresa <strong>de</strong> la Sociedad el famoso<br />
Pico <strong>de</strong> <strong>Tei<strong>de</strong></strong>. Blasón <strong>de</strong> Tenerife, con alg<strong>una</strong> vista <strong>de</strong> Mar y <strong>de</strong> Campos, imitando el<br />
natural. Es el concepto, que así como el <strong>Tei<strong>de</strong></strong> es útil por fijarse en él el primer<br />
Meridiano; por sus fuegos subterráneos; por su azufre y <strong>de</strong>más producciones; por su<br />
nieve (a la que se cree <strong>de</strong>berse los manantiales que riegan y fertilizan la Isla), etc., así<br />
la Sociedad empren<strong>de</strong> ser útil a los que comercian, y a los que cultivan; a los<br />
Navegantes y a los habitadores; por lo que se pondrá por mote NAUTIS ET INCOLIS; y<br />
por orla los atributos <strong>de</strong> las Artes, Navegación, Agricultura e Industria, que son los<br />
medios porque la Sociedad ha <strong>de</strong> procurar el fin <strong>de</strong> la empresa.”