03.04.2013 Views

El Teide, una mirada histórica, de Eustaquio Villalba - ATAN

El Teide, una mirada histórica, de Eustaquio Villalba - ATAN

El Teide, una mirada histórica, de Eustaquio Villalba - ATAN

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

peninsulares. Las naves zarparon con la intención <strong>de</strong> explorar y conocer Canarias y, en<br />

este sentido, el viaje fue un éxito. Los integrantes <strong>de</strong> la expedición estuvieron tiempo<br />

suficiente para po<strong>de</strong>r elaborar la crónica medieval más <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> las islas, aunque<br />

hasta el siglo XIX no se conoció este relato. Del <strong>Tei<strong>de</strong></strong> dicen: “También encontraron<br />

otra isla en la que no quisieron <strong>de</strong>sembarcar porque en ella ocurría cierta maravilla.<br />

Dicen que allí existe un monte que, según sus cálculos, tiene treinta millas, o aún más,<br />

<strong>de</strong> altura, que se ve <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy lejos y en cuya cima se divisa cierta blancura; y todo el<br />

monte es pedregoso Aquella blancura tiene el aspecto <strong>de</strong> <strong>una</strong> ciuda<strong>de</strong>la; pero sólo es<br />

<strong>una</strong> roca muy picuda en cuya sima hay un mástil <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> <strong>una</strong> nave, <strong>de</strong>l cual<br />

cuelga <strong>una</strong> antena con <strong>una</strong> gran vela latina tensada a semejanza <strong>de</strong> un escudo, la cual<br />

hinchada por el viento, se extien<strong>de</strong>; luego parece disminuir poco a poco, como en las<br />

naves, para elevarse enseguida, continuando siempre <strong>de</strong> esta manera. Dieron la vuelta<br />

a la isla y por todas parte observaron lo mismo por lo que consi<strong>de</strong>raron que estaban en<br />

presencia <strong>de</strong> un encantamiento y no tuvieron valor <strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r a tierra.”<br />

Es <strong>una</strong> <strong>de</strong>scripción verosímil, nada fantástica. Estos navegantes conocían montañas <strong>de</strong><br />

similar altura, aunque es cierto que <strong>El</strong> <strong>Tei<strong>de</strong></strong> impacta a los navegantes cuando lo ven<br />

atravesando las nubes para ofrecer su blanquecina cima al sol. <strong>El</strong> mástil y la vela<br />

pudieran ser emisiones <strong>de</strong> gases durante los estertores <strong>de</strong> la erupción que nos <strong>de</strong>jó la<br />

forma actual <strong>de</strong>l <strong>Tei<strong>de</strong></strong>; probablemente, la que construyó el Pilón <strong>de</strong> Azúcar que corona<br />

la cima y emitió el magma que formó las largas melenas negras que adornan las<strong>de</strong>ras<br />

<strong>de</strong>l volcán. Otros autores opinan que esta “vela” es <strong>de</strong>bida a un fenómeno climático<br />

popularmente <strong>de</strong>nominado como “Toca <strong>de</strong>l <strong>Tei<strong>de</strong></strong>”. Se trata <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong> un<br />

cúmulo <strong>de</strong> forma lenticular sobre la cima <strong>de</strong>l <strong>Tei<strong>de</strong></strong> cuando hay <strong>una</strong> invasión <strong>de</strong> aire<br />

polar marítimo muy húmedo.<br />

FIGURA 9. Toca <strong>de</strong>l <strong>Tei<strong>de</strong></strong>. (Foto J. L. Torres).<br />

<strong>El</strong> siglo XIV, al contrario <strong>de</strong>l siglo anterior, los años <strong>de</strong> malas cosechas fueron muy<br />

frecuentes, las hambr<strong>una</strong>s asolaron las tierras europea y la mala racha culminó con la<br />

gran epi<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> peste negra en 1348. <strong>El</strong> impulso <strong>de</strong>scubridor <strong>de</strong> la primera mitad <strong>de</strong>l<br />

siglo se ralentiza en estos años. Conocemos varias expediciones, castellanas,<br />

portuguesas y mallorquinas pero éstas tenían como objetivo el saqueo <strong>de</strong> las islas y la<br />

captura <strong>de</strong> sus habitantes para ven<strong>de</strong>rlos como esclavos y no tenemos referencias ni<br />

textos <strong>de</strong> estos oscuros años.<br />

<strong>El</strong> inicio <strong>de</strong> la conquista <strong>de</strong> Canarias está escrito en francés; curiosamente, fueron<br />

nobles normando, Gadifer <strong>de</strong> la Salle y Jean <strong>de</strong> Bethencourt vasallos <strong>de</strong>l rey castellano<br />

Enrique III, los primeros conquistadores. Lanzarote (1402), Fuerteventura y <strong>de</strong> <strong>El</strong><br />

Hierro (1405). Los normandos lograron asentarse en La Gomera y no pasaron <strong>de</strong><br />

incursiones <strong>de</strong> rapiña en las otras islas. En la crónica bethencuriana se dice con respecto<br />

a Tenerife y el <strong>Tei<strong>de</strong></strong>: “La isla <strong>de</strong>l Infierno, que se dice Tenerif, tiene la forma <strong>de</strong> un<br />

rastrillo, casi como la <strong>de</strong> Gran Canaria, y tiene aproximadamente 20 leguas francesas<br />

<strong>de</strong> largo y 14 <strong>de</strong> ancho. Y en su centro hay <strong>una</strong> gran montaña, la más alta que haya en<br />

todas las Islas Canarias. Y se extien<strong>de</strong>n las vertientes <strong>de</strong> la montaña por todos lados en<br />

la mayor parte <strong>de</strong> toda la isla; y a su alre<strong>de</strong>dor hay gran<strong>de</strong>s barrancos llenos <strong>de</strong><br />

gran<strong>de</strong>s bosques y con hermosos manantiales <strong>de</strong> agua corriente, con dragos y con<br />

muchos otros árboles <strong>de</strong> diversas maneras y <strong>de</strong> diversas condiciones”.<br />

FIGURA 10. Juan <strong>de</strong> Bethencourt.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!