Nuevas adicciones - Proyecto Hombre
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NUEVAS ADICCIONES: ¿ADICICIONES NUEVAS?<br />
diferente según cada terapeuta y cada centro. La confrontación es un<br />
instrumento de ayuda que va más allá de una petición de cambio o<br />
de una acusación. Puede servir de ayuda para darse cuenta de la discrepancia<br />
entre lo que una persona hace, dice y quiere. En ese sentido<br />
se la confronta a la persona preguntándole qué es lo que pasa<br />
cuando quiere evitar ciertos lugares, y repetidamente las evidencias<br />
nos dicen que ese no es el camino adecuado, ¿Qué es lo que en realidad<br />
ocurre?<br />
Esta confrontación de los hechos evidentes podrá hacerse en grupo<br />
o se podrá exponer individualmente. Por un lado, servirá para poder<br />
ayudarle mejor y para que la persona se dé cuenta de su situación<br />
real, de lo que hace, y para entrar en lo subjetivo cuándo se le pregunta<br />
qué le está pasando. Es posible que el paciente diga que en el<br />
fondo no quiere cambiar, que no quiere responsabilidades o que se<br />
encuentra mal por uno u otro motivo sin importancia; las razones<br />
pueden ser tantas como personas. Cuando la confrontación se plantea<br />
desde la acusación, puede ocurrir que el paciente aumente sus defensas,<br />
su negación, que aparezcan las resistencias y se genere tensión en el<br />
grupo. También es frecuente que el paciente acepte la confrontación<br />
debido a la presión grupal, pero esto no significa que haya interiorizado<br />
nada. Cuando la confrontación está mal planteada puede provocar<br />
conflictos, incluso el abandono del centro, ya que la agresividad<br />
genera agresividad. La experiencia nos dice que este tipo de<br />
confrontación no sirve para facilitar el cambio, como también señalan<br />
Miller y Rollnick (1999). Si es una confrontación que pide alternativas<br />
y responsabilidad y está planteada desde la ayuda, la libertad,<br />
la firmeza y el respeto con el fin de entender las verdaderas razones<br />
de lo que le ocurre al paciente, entonces resulta una técnica útil de<br />
cambio. La intensidad de esa confrontación varía fundamentalmente<br />
en función del clínico más que en función de las técnicas. La clave<br />
es que el terapeuta que dirige el grupo sepa establecer unas pautas<br />
claras para la realización correcta, una pregunta clara y asertiva, y<br />
además sepa manejar correctamente la intensidad. Cuando a una persona<br />
se le hace una confrontación en grupo, es posible que todos los<br />
demás miembros estén de acuerdo. En este sentido el mismo grupo<br />
cobra mucha fuerza con vistas al cambio de la persona que ha sido<br />
confrontada. Hemos de considerar que los pacientes que han sufrido<br />
<strong>adicciones</strong>, tal y como ya hemos comentado, han estado por lo general