Nuevas adicciones - Proyecto Hombre
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CAPÍTULO 8<br />
Una obstrucción de lo displacentero puede tomar formas sustitutivas,<br />
satisfacciones, formas disfrazadas simbólicamente para escapar<br />
de una compulsión, y aquí hacen su entrada las drogas y consecuentemente<br />
las <strong>adicciones</strong>. El síntoma puede pasar a formar parte de la<br />
vida de la persona, hacerse indispensable, se puede llegar a disfrutar<br />
de él y hasta puede proporcionar inicialmente muchas ventajas. El<br />
síntoma ayuda a escapar de la angustia. Todo el proceso analítico<br />
comienza a desenvolverse bajo una estructura oscilante, movediza,<br />
bajo un síntoma que hizo olvidar al sujeto todo lo que le rodeaba y<br />
que únicamente le dejó ese signo que destronó a todo lo demás. Un<br />
signo con el que pretendía satisfacer el vacío que nunca conseguía<br />
colmar y que le hacía permanecer envuelto en angustia. Pero no deja<br />
de ser un conflicto interno que se muestra, se externaliza en angustia,<br />
fobia, adicción o sustitución. Síntoma, en el caso de la adicción, que<br />
será acorde con la persona, “la ansiedad producida por un conflicto<br />
o frustración motiva que se vuelva a un estadio anterior de desarrollo.<br />
El conocido ‘síndrome de Peter Pan’. El concepto clave sería la regresión,<br />
‘la frustración simbólica’. Los adictos son sujetos que tienen<br />
graves trastornos en la castración, en la trasmisión de la falta; ha<br />
habido accidentes severos en cuanto a la falta, en cuanto hay un bloqueo<br />
simbólico ellos buscan la satisfacción, el no sufrimiento”, Andrés<br />
Borderías (2003). De ahí que tengamos que trabajar con ellos de uno<br />
en uno y la razón, también, de que una persona se haga adicta.<br />
El psicoanálisis no se cuestiona demasiado si el adicto debería<br />
entrenarse en habilidades sociales o no, ya que en muchos casos suele<br />
tener muchas habilidades sociales por sí mismo, la vida exige numerosas<br />
situaciones no asertivas, como por ejemplo “hacerse el tonto”.<br />
Tampoco insiste en que el paciente realice una serie de baterías de<br />
Test, cuestionarios psicométricos, técnicas de relajación, son técnicas<br />
necesarias tanto en cuanto faciliten que la persona inicie una demanda.<br />
A fin de cuentas, la persona tiene que hablar de lo que le pasa, y<br />
reconocer su síntoma. Habrá que poner palabras allá donde se dispara<br />
lo imaginario. Pero, tras las técnicas y las ideas irracionales, hay<br />
un más allá que surge cuando se echa a hablar de lo simbólico y de<br />
la pérdida, del significado que tiene para él, de los valores fundamentales<br />
de su vida, de lo que quiere escoger y desear. Tendrá que hablar<br />
del no tener, o dudar de los objetos o de la vida y de cómo relaciona<br />
todo eso con su pasado, presente o futuro indistintamente, primer paso<br />
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