Nuevas adicciones - Proyecto Hombre
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CAPÍTULO 1<br />
sidad emocional y, por otra, es innegable que cada vez se siente peor<br />
haciéndolo.<br />
Hasta aquí un primer encuadre de la historia de Nino. Ya tenemos<br />
el grupo de síntomas que padece nuestro protagonista; de ésta forma<br />
hemos delimitado el malestar de las personas que van a velatorios y<br />
entierros y, extrapolando lo necesario, nos hemos acercado en el entendimiento<br />
al malestar de dichas personas en la sociedad. Finalmente,<br />
ganamos en precisión en cuanto a unir signos y síntomas e inventar<br />
ingeniosamente un nuevo diagnóstico, un nuevo caso clínico, el de<br />
Nino, al que hemos llamado, como se recordará, “trastorno fúnebre<br />
o trastorno de los entierros”. Y el último paso de nuestra tragicómica<br />
invención será la creación de un nuevo medicamento, apropiado al<br />
uso, de la mano de un prestigioso laboratorio: “Funebrín 500mg”.<br />
Temporalmente al menos, este fármaco le proporcionará a Nino un<br />
positivo bienestar.<br />
Ante tal panorama, nos surgen de inmediato algunos interrogantes:<br />
¿Olvidamos otras áreas al enfocar así las cosas? ¿Cómo saber por qué<br />
esa persona está mal? ¿Qué es lo que le ha ocurrido? ¿Qué personalidad<br />
manifiesta? ¿Para qué ha desarrollado este trastorno y no otro?<br />
En definitiva: ¿qué le pasa?<br />
Pero volvamos ahora un instante a nuestro tema central: ¿Por qué<br />
hoy, con mayor frecuencia, se diagnostica de adictas a ciertas personas?<br />
Desde hace varias décadas encontramos que las modas han<br />
venido cambiando en cuanto a la expresión de las <strong>adicciones</strong>, y que<br />
cada una presenta matices, peculiaridades y formas adictivas diferentes.<br />
Así, en los años ochenta apareció oficialmente la ludopatía;<br />
después las líneas 906; a continuación las compras, el sexo, el tamagochi<br />
y, a partir del 2000, se popularizó la adicción a Internet, a los<br />
móviles, a las nuevas tecnologías que, en suma, se presentaron como<br />
vehículos del deseo adictivo. Algunos clínicos esgrimen que los síntomas<br />
cambian de envoltura y se desarrollan acordes con cada época.<br />
Esto quiere decir que hay algunas personas que presentan nuevas<br />
formas conscientes o inconscientes de expresar su malestar. La psicología<br />
del ser humano también se adapta y acusa los nuevos tiempos.<br />
Inventamos nuestros propios síntomas adaptándolos a las nuevas realidades<br />
individuales y socioculturales. Parece claro que cada época<br />
tiene sus propios relatos y mitos, que se transforman en rituales y<br />
desarrollan sus propios síndromes, dolencias y enfermedades.<br />
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