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Historia: EL SUEÑO DE MARIO
Mario parecía ser un niño incorregible. Por más que sus padres lo aconsejaban, no se
corregía. Un día, después de recibir una suspensión en la escuela, su papá le dijo tristón:
— Trata de cumplir tus deberes, mi hijo, de lo contrario, tarde o temprano, te
arrepentirás.
Viendo la aflicción del papá, Mario sintió, por primera vez, gran vergüenza. Se acostó,
durmió, pero tuvo una terrible pesadilla. Soñó que dos soldados lo habían prendido. Al pasar
por la calle, todos le gritaban:
— ¡Ladrón!, ¡Ladrón!
Y en la aflicción que sentía, negaba que fuera ladrón y preguntaba:
— ¿Ladrón, por qué? ¡Nunca robé nada!
Por fin, lo llevaron ante la presencia de un juez. Era un hombre alto, de mirada severa,
que con una palmatoria* en la mano, le preguntaba:
— ¿Entonces, hasta cuando pretendes robar?
— ¡Pero yo nunca robé nada!
— ¿Cómo que no? – replicó el juez amenazadoramente. — Haz robado la alegría de tus
padres, el tiempo y la paciencia de tus maestros. ¡Ahora, te voy a castigar!
Cuando el juez lo amenazó con el castigo, Mario despertó.
¡Ufa! Menos mal, era sólo un sueño. Temblando de miedo, corrió para el cuarto de los
padres. Abrazando el papá, le contó el sueño. Besándole le dijo:
— El juez tenía razón, mi hijo. Cuando no cumplimos nuestros deberes, le estamos
robando pequeñas alegrías a aquellos que nos quieren bien. Trata de corregirte y dormirás
en paz.
Mario volvió para la cama y antes de que le diera sueño pensó mucho en las cosas que
venía haciendo, hasta que se durmió.
Fecha:
Evaluación de la Clase:
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* Pequeña pieza circular de madera, generalmente con cinco orificios dispuestos en
cruz, y con un cabo, el cual servía, en las escuelas, para castigar los niños, pegándoles
con ella en la palma de la mano.