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Inmediatamente, ellos le gritaron:<br />

— ¡Para! ¡Socorro, no hagas eso!<br />

El niño agresor, no teniendo en cuentas sus exclamaciones, les respondía:<br />

— ¡Engreídos! ¡Uste<strong>de</strong>s van a ver ahora!<br />

Luisito y sus hermanos no tuvieron otra alternativa que huir <strong>de</strong> allí. Estaban<br />

indignados con el proce<strong>de</strong>r <strong>de</strong> aquel muchacho.<br />

Los tres habían aprendido <strong>de</strong> sus padres que nunca <strong>de</strong>bemos pelear con los otros, sin<br />

buscar el entendimiento, el diálogo, y cuando no fuera posible, apartarnos <strong>de</strong> la pelea.<br />

En la mañana siguiente, al volver <strong>de</strong>l mercado, don<strong>de</strong> fue hacer compras para su<br />

mamá, Luisito vio <strong>de</strong> lejos a Carlos, que se aproximaba con una sonrisa maliciosa en los<br />

labios.<br />

Luisito, receloso <strong>de</strong> mayores complicaciones, procuró salir, caminando con pasos<br />

rápidos.<br />

Pero, Carlos salió en su persecución, dirigiéndole algunos sarcasmos y burlas.<br />

Con la bolsa llena y pesada que cargaba, Luisito se sentía exhausto. Sus piernas<br />

estaban a punto <strong>de</strong> doblarse y su corazón palpitaba muy rápido; <strong>de</strong> repente, tropezó con una<br />

piedra, cayéndose al suelo sobre la bolsa y cortándose el brazo, con uno <strong>de</strong> los vidrios que se<br />

rompieron.<br />

Carlos, al verlo en el suelo, comenzó a burlarse sin parar.<br />

Luisito se levantó con cierta dificultad e iba a coger la bolsa, cuando vio la sangre<br />

que salía <strong>de</strong> su brazo y se asustó mucho.<br />

Un señor que pasaba por allí, al verlo herido, se <strong>de</strong>tuvo y lo auxilió. Pero antes <strong>de</strong><br />

llevarlo al Hospital, le preguntó a Carlos:<br />

— ¿Sabes dón<strong>de</strong> él vive?<br />

— Sí — le respondió Carlos, un tanto preocupado con el estado <strong>de</strong> Luisito.<br />

— ¡Entonces, corre y avísale a sus padres!<br />

Carlos así lo hizo y, enseguida, los hermanos <strong>de</strong> Luisito comenzaron a acusarlo:<br />

— Fuiste tú quien lo agrediste. ¡No creemos que él se haya caído solito!<br />

Carlos trataba <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse, diciéndoles que él no lo había agredido <strong>de</strong> ninguna<br />

forma.<br />

Fue en ese momento que Carlos volvió en sí y percibió que siempre fue agresivo y<br />

malo. Sintiéndose tan <strong>de</strong>primido que comenzó a pensar en una manera <strong>de</strong> no proce<strong>de</strong>r así.<br />

Toda la familia <strong>de</strong> Luisito fue a su encuentro y, cuando todos conversaban, Carlos<br />

llegó llorando y pidiéndoles que lo perdonaran, que estaba arrepentido.<br />

Delante <strong>de</strong> la sinceridad y <strong>de</strong>l arrepentimiento <strong>de</strong>mostrado por Carlos, los tres<br />

hermanos se hicieron gran<strong>de</strong>s amigos.<br />

Fecha:<br />

Evaluación <strong>de</strong> la Clase:<br />

250

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