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CLASE 2<br />
REFLEXIÓN<br />
“Se diría que el primer impulso <strong>de</strong> la planta y <strong>de</strong>l gusano, en<br />
procurar la luz, no es sino anhelo religioso <strong>de</strong> la vida, en busca <strong>de</strong>l<br />
Creador que les instila el ser.”<br />
Tema/Contenido<br />
La Bondad <strong>de</strong> Dios<br />
______________________________________________________________________<br />
Motivación inicial<br />
*Esclavo <strong>de</strong> Jó<br />
— Jugar al Esclavo <strong>de</strong> Jó, pidiéndoles a los niños que saquen un pie <strong>de</strong> su<br />
calzado, en sustitución a las piezas normalmente utilizadas en el juego.<br />
______________________________________________________________________<br />
Verificación/Fijación<br />
Siembra <strong>de</strong> semillas<br />
El evangelizador <strong>de</strong>berá llevar granos <strong>de</strong> frijoles o alpistes para que los niños los siembren.<br />
Podrá usar vasos <strong>de</strong>sechables con mechones <strong>de</strong> algodón hume<strong>de</strong>cidos con agua.<br />
Consultar archivo musical para Evangelización<br />
Infanto juvenil Crescendo Cantando, Editorial Alianza.<br />
Historia: EL ZUEQUITO FEO<br />
Un día, un lechero mandó a hacer, para su hijito, un par <strong>de</strong> zuecos, <strong>de</strong> los más baratos.<br />
La hija <strong>de</strong>l zapatero, viendo el zuequito <strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong>l lechero, sin ninguna pintura o adorno,<br />
exclamó:<br />
— ¡Qué zuequito más feo!<br />
El zuequito, oyendo esas palabras, se puso triste y pensó:<br />
— ¡Cómo me gustaría ser un zuequito adornado <strong>de</strong> flores azules, rojas y amarillas!<br />
El domingo siguiente, por la mañana, allá se fue el zuequito para la granja <strong>de</strong>l lechero.<br />
Todavía estaba tristón, pensando en las palabras que oyó, cuando un niño bonito y alegre<br />
entró sus piececitos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> él y exclamó:<br />
— ¡Qué bueno! Ahora con este zuequito, puedo correr por el campo afuera, sin temor<br />
<strong>de</strong> lastimarme los pies.<br />
Entonces, el zuequito sonrió. Se sintió más feliz y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese día, no paró <strong>de</strong> trabajar:<br />
iba al molino, corría por los campos y sólo <strong>de</strong>scansaba cuando el niño dormía.<br />
Cuando el zuequito se fue poniendo viejo, unos huequitos comenzaron a aparecer en su<br />
suela, ya gastada y fina.<br />
En una bella mañana <strong>de</strong> primavera, el hijo <strong>de</strong>l lechero fue a atravesar un arroyuelo<br />
para mudar las vacas <strong>de</strong>l pasto. De repente, el zuequito se le escapó <strong>de</strong> los pies y la corriente<br />
<strong>de</strong> agua se lo llevó arroyo abajo.<br />
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