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Consultar archivo musical para Evangelización<br />
Infanto juvenil Crescendo Cantando, Editorial Alianza.<br />
Historia: LOS TRES GRANOS DE MAÍZ<br />
Renato era un niño feliz. Sus padres tenían mucho dinero y le daban todo lo que él<br />
quería. También, le daban mucha educación.<br />
Un día, cuando ya era un joven, sus padres murieron y Renato quedó siendo el<br />
responsable <strong>de</strong> la riqueza <strong>de</strong> los padres: las tierras, el dinero y un granero gran<strong>de</strong> con<br />
muchos sacos <strong>de</strong> maíz que su papá había sembrado y cosechado en sus tierras.<br />
Imaginó que nunca se acabaría tan gran<strong>de</strong> riqueza. Permanecía en la casa, comiendo y<br />
durmiendo, vendiendo, a quien procurara, los sacos <strong>de</strong> maíz que su papá cosechara en el<br />
campo a través <strong>de</strong>l trabajo.<br />
Las tierras, así abandonadas, fueron perdiendo la belleza y el matorral fue creciendo;<br />
en poco tiempo asfixió las plantas.<br />
Cierta mañana, estaba el perezoso Renato balanceándose en la hamaca, cuando un<br />
hombre pasó, pidiendo limosna.<br />
Era un hombre que vivía en la vecindad, apenas tenía una cocha y algunos metros <strong>de</strong><br />
tierra don<strong>de</strong> sembraba algunas verduras para su alimentación.<br />
Renato, oyendo el pedido <strong>de</strong>l pobre, le tiró, como una broma, envés <strong>de</strong> dinero, tres<br />
granos <strong>de</strong> maíz como limosna.<br />
El pobre se fue sin <strong>de</strong>cir una palabra y Renato quedó riéndose, meciéndose<br />
balanceándose en la hamaca.<br />
Pasó el tiempo, algunos años. Y sin trabajar, sin cuidar <strong>de</strong> la casa y <strong>de</strong>l campo sucedió<br />
que el matorral ro<strong>de</strong>ó la casa y el muchacho, siempre confiando en el granero <strong>de</strong>l maíz, vivía<br />
<strong>de</strong>scuidado y perezosamente. Cierto día fue hasta el granero y, para su sorpresa, lo encontró<br />
vacío, porque todo el maíz, él lo había vendido a los compradores para conseguir dinero y<br />
gastar sin preocuparse en sembrar más.<br />
Sólo entonces, comprendiendo su pobreza y sin <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> lanzarse al trabajo,<br />
<strong>de</strong>sconsolado, comenzó a lamentarse y a llorar en el portón <strong>de</strong> su casa.<br />
Al poco rato vio llegar, en un hermoso caballo, un hombre fuerte y bien vestido que,<br />
viendo a Renato tan triste, paró y le preguntó:<br />
para vivir.<br />
— ¿Qué tienes? ¿Por qué estás así? ¿Qué te sucedió?<br />
— Estoy en la mayor pobreza. Hoy <strong>de</strong>scubrí que no tengo <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> sacar más dinero<br />
El caballero le dijo:<br />
— Pero tú tenías muchas tierras fértiles. Tenías un granero abarrotado <strong>de</strong> maíz.<br />
Renato, entonces le respondió:<br />
— Es verdad, pero se acabó todo. No tengo nada más.<br />
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