23.04.2013 Views

zip/pdf 11,4mb descargar - Aliança Distribuidora e Editora de Livros ...

zip/pdf 11,4mb descargar - Aliança Distribuidora e Editora de Livros ...

zip/pdf 11,4mb descargar - Aliança Distribuidora e Editora de Livros ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

La mamá <strong>de</strong> Joaquín era viuda y trabajaba para sustentarlo. Viendo el esfuerzo <strong>de</strong> su<br />

mamá, él trataba <strong>de</strong> no faltar a la escuela, que quedaba un poco distante y también, se<br />

esforzaba para ser bueno, honesto, estudioso y gentil.<br />

Todo corría bien, hasta que un día doña Teresa se enfermó. A principio <strong>de</strong> la<br />

enfermedad parecía que no era grave, pero, a medida que pasaban los días, la pobre señora<br />

empeoraba.<br />

Joaquín comenzó a preocuparse, pues en la ciudad don<strong>de</strong> vivían, no había hospitales<br />

gratuitos y él no tenía dinero suficiente para pagar un médico para que fuera a su casa.<br />

El niño, que era muy experto, pensaba:<br />

— Mamá está mal. Necesita medicinas y no tenemos dinero para llamar un médico.<br />

Tengo que hacer alguna cosa. ¡Mamá tiene que ponerse bien! ¡Ya que no puedo llamar un<br />

médico, al menos estaré en casa, cuidando <strong>de</strong> ella, para que no le falte nada!<br />

Fue a la escuela y le avisó a la profesora que necesitaba faltar a las clases, para cuidar<br />

a su mamá. No <strong>de</strong>jaría <strong>de</strong> estudiar las lecciones, en la casa.<br />

Él regresaba tristemente <strong>de</strong> la escuela cuando, <strong>de</strong> repente, al pasar por una calle, vio<br />

una cosa que se había caído al suelo. Se agachó y la recogió.<br />

— ¡Oh! ¡Una billetera! ¿A quién se le habrá perdido? — pensaba Joaquín.<br />

¡La abrió y vio que estaba llena <strong>de</strong> billetes <strong>de</strong> 10 y 50!<br />

El niño sintió que su corazón palpitaba fuertemente. Su rostro cambió <strong>de</strong> color. Sus<br />

<strong>de</strong>dos temblaban, asegurando la billetera. Allí estaba el dinero que tanto necesitaba para el<br />

tratamiento <strong>de</strong> su mamá.<br />

Joaquín comenzó a caminar rápido, muy contento. Mientras caminaba, pensaba:<br />

— ¡Qué maravilla, mamá se pondrá bien! Voy ligero a buscar un médico... ¡Ahora<br />

tenemos bastante dinero!<br />

En eso se paró asustado. Sintió como una voz, partiendo <strong>de</strong> su interior que, le <strong>de</strong>cía<br />

bajito:<br />

— ¡Ese dinero no es tuyo! ¡Esa billetera tiene dueño! ¡Alguien la perdió! ¡Tienes que<br />

<strong>de</strong>volverla! ¡Joaquín se puso pálido! Continuó caminando, pero, más <strong>de</strong>spacio.<br />

Él no resistió más. Se paró otra vez. Estaba resuelto. Sacó la billetera <strong>de</strong>l bolsillo y la<br />

abrió una vez más. La examinó con cuidado.<br />

Y allá en una esquinita vio una tarjeta escrita, con letras doradas: Celso Lima, Calle<br />

Esperanza, 255.<br />

— ¡Calle Esperanza! Es justamente la calle en que estoy — pensó el niño.<br />

Y sin dudarlo, comenzó a correr en busca <strong>de</strong>l número 255.<br />

¡En fin, lo encontró! Era una linda casa. Cuando, cansado <strong>de</strong> correr, iba a tocar, la<br />

puerta se abrió, saliendo un señor alto y simpático, que lo miró admirado. Joaquín se sintió<br />

avergonzado. Pero el señor, viéndolo tan pálido y abatido, le preguntó, bondadosamente:<br />

— ¿Qué <strong>de</strong>seas, niño?<br />

— Estoy buscando al señor Celso Lima — le dijo Joaquín, tímidamente.<br />

243

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!