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— ¡Levántate aprisa, mano! — gritó ella halando las sábanas del hermano. ¡Papá ya
debe estar listo!
— ¡Anhn!... — desperezándose Joel.
Pero, al recordarse lo que estaba planeado para aquella mañana, dio un salto, se
levantó, fue al baño, se vistió rápidamente y corrió escalera abajo, al encuentro de la
hermana que, en la cocina, esperaba que la mamá sirviera el desayuno.
Es que, en la víspera, el papá les había prometido que los llevaría a un lindo paseo por
el campo. Irían los tres, pues la mamá quedaría en la casa porque la abuela estaba medio
enferma.
¡Qué lindo paseo! ¡Los niños se divirtieron como merecían! Corrían delante del papá y
se escondían entre los arbustos, para asustarlo cuando pasara.
En dado momento Lucía salió detrás de un matorral, sacudiendo el dedo.
— ¡Me corté! — decía ella medio llorisqueando.
Era una hoja afilada como un cuchillo.
— Es la hierba cidrera — anuncio Joel con aires de sabio. — Lo sé porque mamá, en
estos días, me hizo un té de esto.
El papá examinó las hojas.
Y Lucía comentó, mientras limpiaba la mano con el pañuelo:
— ¿Extraño, verdad, papá? nos acostumbramos a ver plantitas en todas partes y ni
sabemos para que sirven.
El papá se sonrió con la observación de la niña y le respondió:
— No obstante, hija, todas tienen utilidad.
Continuaron en la correría. El sol ya estaba alto. Y con el calor, Lucía pidió:
— ¿Papá, vamos a descansar un poco debajo de este árbol?
— ¡Qué sombra más agradable! — agregó Joel, sentándose en el suave césped.
El papá también se sentó y decidieron saborear una sabrosa merienda que la mamá les
preparó: Pan con mermelada de fresa y, también platanito y manzana.
Al principio permanecieron en silencio. Y fue Lucía quien habló primero:
— ¿Papá, las plantas sirven para hacer medicinas y para qué más?
El papá sonrió y le respondió, alegre:
— Tú estás cubierta de plantitas, son muchas las cosas que estás usando, aportadas por
las plantas.
— ¿Yo? — se admiró la niña, riéndose de la idea del padre.
— Entonces, ya que te admiras, vamos a ver: ¿de qué es hecho el pan que te estás
comiendo?
— De harina de trigo — se adelantó Joel que había visto cuando su mamá hacía el pan.
— Muy bien — dijo el papá —, pero el trigo es una planta, de la cual se extrae la
harina... ¿Y ésta jalea, de que está hecha?
— De fresa — respondió Lucía rápidamente antes que el hermano hablara — las fresas
son frutas.
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— Así como los platanitos y las manzanas — concordó Joel.
— Y todas vienen de las plantas — concluyó el papá.
Los niños reían, divertidos. Y Joel pidió: