30.04.2013 Views

La-monta%C3%B1a-es-algo-m%C3%A1s-que-una-inmensa-estepa-verde

La-monta%C3%B1a-es-algo-m%C3%A1s-que-una-inmensa-estepa-verde

La-monta%C3%B1a-es-algo-m%C3%A1s-que-una-inmensa-estepa-verde

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

mantenerse?, por<strong>que</strong> entre todos los hermanos manteníamos a mi mamá, sobre todo mi<br />

hermano mayor, ¿de qué vivía?, ¿cómo hacía ahora para comer? No tenía ningún<br />

oficio; ant<strong>es</strong> cuidaba <strong>es</strong>tudiant<strong>es</strong> de otras ciudad<strong>es</strong> <strong>que</strong> llegaban a <strong>es</strong>tudiar a<br />

León; pero teniendo tr<strong>es</strong> hijos en la guerrilla, nadie iba a hospedarse, a comer<br />

allí, por temor, y por<strong>que</strong> efectivamente la casa la vivían cateando a cada rato.<br />

Había <strong>que</strong> pagar todos los m<strong>es</strong><strong>es</strong> la casa, y a vec<strong>es</strong> no teníamos real<strong>es</strong>, ¿cómo<br />

<strong>es</strong>tarían mis hermanos pe<strong>que</strong>ños? Y los compañeros me empezaron a contar cómo<br />

<strong>es</strong>taba.<br />

A mi se me cruzaba por la cabeza la idea de ir a verla por<strong>que</strong> el refugio <strong>que</strong>daba<br />

como a quince cuadras de mi casa; quince cuadras en carro son cinco minutos, qué<br />

sé yo, tr<strong>es</strong> minutos, diez minutos sin mojarse, sin cansarse, sin arañarse, sin<br />

nada, sentadito, cómodo oyendo radio. Tenía nostalgia de mi casa, <strong>una</strong>s ganas<br />

<strong>inmensa</strong>s de ver a mí mamá. Pero no solamente a mi mamá, nostalgia de los vecinos,<br />

nostalgia de la hija de doña Lilliam, de quien yo fui enamorado platónico y nunca<br />

le dije nada por<strong>que</strong> me daba pena; nostalgia de mi cuarto, un cuartito chiquito,<br />

de mi cama; nostalgia de la cocina, del comedor, de la sala; nostalgia de las<br />

sillas de madera, del baño, del patio, del perro. Era tan mío <strong>es</strong>o, lo había<br />

conservado tanto, tan fr<strong>es</strong>co, <strong>que</strong> me parecía mentira <strong>es</strong>tar ahí a la orilla de mi<br />

casa, <strong>que</strong> podía ir, y <strong>que</strong> si lo pedía, de seguro no me iban a decir <strong>que</strong> no, se<br />

las iban a arreglar para hacerlo de cualquier forma, para meterme de noche o<br />

sacar a mí mamá y llevármela; pero yo sabia también <strong>que</strong> no debía de ir. Ant<strong>es</strong> de<br />

partir, pasé varios días en <strong>es</strong>e plan: me acostaba y empezaba a repasar las<br />

cuadras, cuántas cuadras había, quién<strong>es</strong> vivían en <strong>es</strong>as cuadras, ¡por<strong>que</strong> me<br />

acordaba tanto de la calle!; y era tan sencillo ir ahí, ¡<strong>que</strong> se volvía absurdo no<br />

poder ir! Tenés casa pero no tenés casa, tenés familia, tenés hogar pero no tenés<br />

hogar. Hasta <strong>que</strong> <strong>una</strong> noche <strong>que</strong> salí a hacer un mandado con Iván Montenegro y<br />

Jorge Sinforoso Bravo, le digo a Iván: "Gordo, Gordo, pasemos por mi casa". "Va,<br />

pu<strong>es</strong>", me dice, "pero en el carro, si... ¿verdad?.., sin parar". ¡Dios mio mi<br />

lindo!<br />

Y me puse nervioso, fijate, era demasiado violento. Por<strong>que</strong> la casa yo la<br />

conservaba fr<strong>es</strong>ca en la memoria, y en la montaña había perdido las <strong>es</strong>peranzas de<br />

verla de nuevo, por<strong>que</strong> la montaña era el culo del mundo -ahí <strong>es</strong>tábamos perdidosy<br />

entonc<strong>es</strong> de repente plantearte la posibilidad real, incontrastable, de <strong>que</strong> vas<br />

a pasar por tu casa y <strong>que</strong> a lo mejor <strong>es</strong>tá tu mamá en la puerta, o en la sala o<br />

tus hermanos jugando en la calle con el perro, <strong>es</strong>o me dio cierta ansiedad, cierto<br />

nerviosismo. Y entrarnos a la calle y yo veo la casa con las mismas pared<strong>es</strong><br />

amarillas d<strong>es</strong>cascaradas y sus puertas ¿verdad?... ¡Dios mío!, dije yo, aquí se<br />

paró la dialéctica, de viaje. Como <strong>que</strong> todo a<strong>que</strong>l año de ausencia había sido un<br />

segundo ¿no? Yo no sabía silo había vivido, si era cierto <strong>que</strong> había <strong>es</strong>tado en la<br />

montaña, si era cierto <strong>que</strong> habían pasado un montón de días, uno detrás de otro<br />

hasta <strong>que</strong> llegué ahí, si en realidad no me había ido nunca. Por<strong>que</strong> yo <strong>es</strong>taba en<br />

el carro cland<strong>es</strong>tino y con los dos compañeros armados pasamos frente a la casa y<br />

vi los muebl<strong>es</strong> de la casa, ¡qué barbaridad! Es <strong>una</strong> impr<strong>es</strong>ión <strong>es</strong>a, como <strong>que</strong> todo<br />

era mentira.<br />

A vec<strong>es</strong> uno cree <strong>que</strong> el mundo evoluciona con uno, o <strong>que</strong> uno evoluciona al mundo,<br />

uno tiene el sentido de <strong>que</strong> todo se para si vos no <strong>es</strong>tás allí. Lo cierto <strong>es</strong> <strong>que</strong><br />

León y mi casa habían seguido allí independientemente de <strong>que</strong> yo <strong>es</strong>tuviera o no;<br />

mi madre y mis hermanos habían seguido viviendo, comiendo, durmiendo, trabajando<br />

sin mí... ¡mirá qué lindo! ¡Qué vivos ellos!, ¿verdad? Y no <strong>es</strong> <strong>que</strong> uno se sienta<br />

el centro del universo, pero bueno, <strong>es</strong> <strong>una</strong> cu<strong>es</strong>tión mental. Pero había pasado el<br />

tiempo, había pasado un año y habían pasado muchas cosas. ¡Sin embargo la casa<br />

era la misma casa! y entonc<strong>es</strong> <strong>es</strong>o a mi me confundía, me d<strong>es</strong>ubicaba en el <strong>es</strong>pacio<br />

y en el tiempo, yo mismo me miraba y me sentía con mi propio <strong>es</strong>pacio limitado y<br />

finito de mi cuerpo; <strong>es</strong>taba ahí materialmente, materialmente en toda mi dimensión<br />

corporal, finita; pero <strong>es</strong>ta dimensión finita, <strong>es</strong>ta pr<strong>es</strong>encia material, ahí,<br />

pasando frente a la casa, como <strong>que</strong> no la lograba engarzar con mi propio tiempo.<br />

Como <strong>que</strong> no lograba enclocharlo, engarzar mi propio tiempo, con mi propio<br />

112

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!