La-monta%C3%B1a-es-algo-m%C3%A1s-que-una-inmensa-estepa-verde
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sabe por qué, por<strong>que</strong> no había sido entrenado militarmente, o a la mejor alguien<br />
se lo había dicho, lo hacía siempre encorvado, y entonc<strong>es</strong> yo decía en mis<br />
adentros: ¡alagranputa, Camilo, el Gato, Leonel, Juan José y yo en la montaña! y<br />
pensaba, si algún día <strong>es</strong>tamos en la montaña, Camilo y el Gato en la montaña y yo<br />
y Juan José en la montaña, vamos a hacer la guerrilla decía yo, por<strong>que</strong> yo pensaba<br />
<strong>es</strong>te Camilo jodido <strong>es</strong> flaco y plom se brincaba, y cualquier tronco también se lo<br />
brinca, y el Gato con sus dos ojos verd<strong>es</strong> <strong>que</strong> tenía me imaginaba <strong>que</strong> podría ver<br />
mejor y pegar mejor. Sentía en <strong>es</strong>e tiempo <strong>que</strong> los cinco juntos éramos<br />
invencibl<strong>es</strong>. Y me dicen <strong>que</strong> el Gato va a <strong>es</strong>tar allí, y me preguntaba, cómo<br />
<strong>es</strong>tará, será el Gato jefe de <strong>es</strong>cuadra, puede ser, por<strong>que</strong> <strong>es</strong>tá preparado, el Gato<br />
<strong>es</strong>tuvo en Cuba, y si el Gato <strong>es</strong>tuvo en Cuba y era dirigente <strong>es</strong>tudiantil y ya<br />
tiene dos años de <strong>es</strong>tar en la montaña, el Gato tiene <strong>que</strong> ser jefe.<br />
Era el reencuentro con el Gato o el reencuentro con el misterio o el reecuentro<br />
con lo cierto, <strong>una</strong> de las dos cosas, pero el encuentro mío con el Gato era un<br />
encuentro de <strong>algo</strong>. Y yo me acordaba de todas las camisas <strong>que</strong> el Gato tenía y de<br />
todos los pantalon<strong>es</strong> <strong>que</strong> el Gato tenía, y yo me acordaba de todos los zapatos <strong>que</strong><br />
el Gato tenía y de todas las novias <strong>que</strong> el Gato tenía, y me acordaba de todas las<br />
formas de su cara, o de los g<strong>es</strong>tos de su cara. Me acordaba bien de los ojos, me<br />
acordaba de todas las cosas <strong>que</strong> el Gato decía. Y entonc<strong>es</strong> llegamos, ya de noche.<br />
Yo veo en la oscuridad a cuatro o cinco guerrilleros. Yo sabía <strong>que</strong> el Gato se<br />
llamaba Ventura, y dónde <strong>es</strong>tá Ventura, digo yo. Entonc<strong>es</strong> me dicen <strong>que</strong> Ventura<br />
<strong>es</strong>tá dormido, ¿dónde <strong>es</strong>tá dormido Ventura? Me llevan a un punto en el campamento,<br />
allí <strong>es</strong>tá Ventura dormido. El <strong>es</strong>taba en <strong>una</strong> hamaca; era ya verano, por<strong>que</strong><br />
recuerdo <strong>que</strong> habían hojas secas, yo caminaba, iba d<strong>es</strong>pacito, para no d<strong>es</strong>pertar al<br />
Gato, aun<strong>que</strong> de todos modos lo iba a d<strong>es</strong>pertar, pero iba d<strong>es</strong>pacito para <strong>que</strong> no se<br />
diera cuenta <strong>que</strong> ya habíamos llegado. Y uno va d<strong>es</strong>pacito en las hojas secas <strong>que</strong><br />
truenan y te denuncian. Eran como las tr<strong>es</strong> de la mañana y llego a la hamaca del<br />
Gato. Dormido en su hamaca bajita, a la orillita del suelo, como a <strong>una</strong> cuarta del<br />
suelo. No había champa por<strong>que</strong> era verano y había l<strong>una</strong> y se filtraba por entre la<br />
poca vegetación del lugar.<br />
Y entonc<strong>es</strong> veo el fusil del Gato, era un AR-15, el arma del Gato era mejor arma<br />
<strong>que</strong> mi carabina M-1, claro él era mejor <strong>que</strong> yo, era más viejo <strong>que</strong> yo. Me pongo a<br />
la orilla del Gato y siento el mismo olor <strong>que</strong> yo tenía, el mismo olor de mi<br />
mochila, el mismo olor de mi hamaca, de mi cobija, por<strong>que</strong> el Gato <strong>es</strong>taba embozado<br />
en la hamaca; pero tenía un olor también un poco distinto, el olor del Gato era<br />
distinto al mío, y dejáme decirte <strong>que</strong> yo <strong>es</strong>taba nervioso, por<strong>que</strong> yo no sabía si<br />
al Gato le iba a dar alegría yerme, yo no sabía si iba a sentir lo <strong>que</strong> yo sentía,<br />
y <strong>es</strong>taba nervioso, por<strong>que</strong> yo no sabía cómo iba a reaccionar, por<strong>que</strong> si el Gato<br />
sólo me decía, "¡ideay, qué tal!", qué sabía yo lo <strong>que</strong> iba a decir el Gato.<br />
Entonc<strong>es</strong> al rato de observar la hamaca y sentir los olor<strong>es</strong> y de recordar mil<br />
cosas y de decirle interiormente viste a lo <strong>que</strong> nos metimos, o ya viste hasta<br />
dónde hemos llegado, lo toco, le digo "Ventura... Ventura... Ventura" y el Gato<br />
se d<strong>es</strong>pierta, "¿ahaaaaah?" dice, "Ventura, soy yo, Eugenio", cuando yo dije<br />
"Eugenio", el Gato se incorporó violentamente y se <strong>que</strong>dó sentado en la hamaca<br />
como medio d<strong>es</strong>pertándose... Cuando oyó... "Eugenio" debe haber creído <strong>que</strong> <strong>es</strong>taba<br />
soñando; sudaba y entonc<strong>es</strong>.., le digo "Gato, soy yo Eugenio", y le agarro así la<br />
cabeza en la penumbra de la l<strong>una</strong> y entonc<strong>es</strong> me dice... "¡Flaco!" me dice y me<br />
abraza y entonc<strong>es</strong> yo lo abrazo y el Gato se cae de la hamaca y caemos los dos<br />
abrazados en el suelo. Y entonc<strong>es</strong> <strong>que</strong>damos los dos acostados en el suelo, por<strong>que</strong><br />
yo <strong>es</strong>taba en cuclichas observándolo, y <strong>que</strong>damos los dos en el suelo y siento todo<br />
el olor del Gato, y me dice: "¿cómo <strong>es</strong>tás vos?" como diciéndome: ¿cómo te fue<br />
d<strong>es</strong>pués <strong>que</strong> yo me fui, cómo te fue d<strong>es</strong>pués <strong>que</strong> vos hiciste tantas cosas allá y<br />
tantas cosas aquí y ahora, tantas cosas <strong>que</strong> vos has vivido aquí, cómo <strong>es</strong>tás<br />
ahora, <strong>que</strong> nos <strong>es</strong>tamos viendo de nuevo, d<strong>es</strong>pués de todo, pu<strong>es</strong>?<br />
Y entonc<strong>es</strong>, nos <strong>que</strong>damos así un rato medio caídos los dos en el suelo, y<br />
abrazados y entonc<strong>es</strong> nos levantamos, y el Gato se sienta en su hamaca y yo me<br />
siento frente a él y eran tantas cosas <strong>que</strong> decir, y no sabíamos qué decir. Y veo<br />
en la penumbra <strong>que</strong> el Gato tenía barba, yo también tenía barba pero era más<br />
pe<strong>que</strong>ña, la del Gato era un poco más tupida, <strong>una</strong> barba roja, y hacía <strong>que</strong> la<br />
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