30.04.2013 Views

La-monta%C3%B1a-es-algo-m%C3%A1s-que-una-inmensa-estepa-verde

La-monta%C3%B1a-es-algo-m%C3%A1s-que-una-inmensa-estepa-verde

La-monta%C3%B1a-es-algo-m%C3%A1s-que-una-inmensa-estepa-verde

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

15.<br />

Empiezo a bajar con Juan de Dios Muñoz y con Valdivia, con José Dolor<strong>es</strong> Valdivia,<br />

<strong>que</strong> se llamaba Faustino, Silv<strong>es</strong>tre. Faustino se <strong>que</strong>daba hasta cierto punto, y<br />

luego yo seguía bajando; Faustino se iba a trasladar al Cuá, para <strong>que</strong> abriera <strong>una</strong><br />

nueva zona, o <strong>una</strong> nueva ruta, o no sé cómo <strong>es</strong> la cosa. Caminamos varios días,<br />

hasta <strong>que</strong> llegamos de noche a un ranchito, en <strong>es</strong>e ranchito <strong>es</strong> <strong>que</strong> yo conocí a<br />

Francisco Rivera. A Juan de Dios ya lo conocía, él <strong>es</strong>taba con el Gato en <strong>es</strong>e<br />

campamento, yo conocía a Juan de Dios Muñoz por<strong>que</strong> él me había subido a mí a la<br />

montaña, cuando trepé en el 74.<br />

Entonc<strong>es</strong> llegamos a un rancho, hacemos la señal y cont<strong>es</strong>tan la señal; entramos,<br />

era un ranchito pe<strong>que</strong>ño, así como <strong>es</strong>te cuarto, de unos 5 metros por 5 metros, la<br />

cocina, <strong>una</strong>s patitas de gallina, con <strong>una</strong> m<strong>es</strong>a chiquita, rústica, <strong>una</strong> hamaca, <strong>una</strong><br />

cama, el fogón y <strong>una</strong> pata de gallina cerca del fogón <strong>es</strong>perando <strong>que</strong> <strong>es</strong>tuviera el<br />

café negro. Yo veo <strong>que</strong> <strong>es</strong>taba un hombre chele, ojos azul<strong>es</strong>, bien parecido, con un<br />

sombrero, cuando entramos, ni se inmuta; luego, cuando dice Juan de Dios "Rómulo,<br />

<strong>es</strong>te <strong>es</strong> Eugenio", me dice "¿usted <strong>es</strong> Eugenio?... mucho gusto compañero" y me da<br />

la mano. Y ya <strong>es</strong>tá, se <strong>que</strong>dó sentado. "¿Y cómo le fue en el viaje?" dice, "Bien,<br />

compañero". "Compita" dirigiéndose a la señora "como <strong>que</strong> ya quiere reverberear<br />

<strong>es</strong>to"; <strong>es</strong>taba como afanado con el café negro y metiéndole, atizándole los palos<br />

al fuego y fumando, "¿cómo <strong>es</strong>tán los muchachos?" me pregunta; "bien, compa".<br />

Tenía todo el hablado camp<strong>es</strong>ino y parecía un hombre de ciudad; a la orilla del<br />

r<strong>es</strong>plandor del fogón lucía como <strong>una</strong> <strong>es</strong>pecie de cowboy norteamericano, con el<br />

sombrero, por<strong>que</strong> era ojos azul<strong>es</strong>, blanco, de rasgos finos, y con un sombrero<br />

tejano más o menos. Puta... <strong>es</strong>te hombre, decía yo, tiene tipo de tejano y habla<br />

como camp<strong>es</strong>ino. Estuvimos allí un buen rato platicando cosas, y él hablando como<br />

camp<strong>es</strong>ino preguntando cosas y hablando cosas. Y luego nos fuimos todos a acostar<br />

fuera del rancho, ahí en <strong>una</strong>s hamacas como a unos quinientos metros. Platicamos<br />

al día siguiente y nos fuimos, seguimos bajando... seguimos bajando. Y en todo el<br />

trayecto en <strong>que</strong> yo venía bajando, cuando yo miraba <strong>que</strong> era un hecho irrefutable,<br />

<strong>que</strong> iba caminando para la ciudad, mi cabeza era <strong>una</strong> mezcla de información<br />

proc<strong>es</strong>ándose; por un lado yo dejaba lo <strong>que</strong> para <strong>es</strong>e momento más <strong>que</strong>ría, mis<br />

hermanos de la montaña; y al mismo tiempo también me iba acercando a los <strong>que</strong> yo<br />

más <strong>que</strong>ría, <strong>que</strong> era la ciudad, y mis hermanos de la ciudad. Y entonc<strong>es</strong> la gran<br />

incertidumbre, adónde me iban a ubicar, y la ciudad y la luz eléctrica, y de<br />

nuevo los color<strong>es</strong>, los carros, y el ruido de los radios, ver televisión, y azúcar<br />

siempre, azúcar, todos los tr<strong>es</strong> tiempos y comer helados y el Pop's y el Chip's y<br />

alg<strong>una</strong> vez al cine.<br />

Y los carros. Yo nunca comprendí, al fin y al cabo, si yo quise o no quise la<br />

montaña, por<strong>que</strong> sentía dejarla y también la odiaba, yo llegué a odiar a la<br />

montaña, o si la <strong>que</strong>ría, no sé qué puta era lo <strong>que</strong> me <strong>es</strong>taba pasando. <strong>La</strong> cosa <strong>es</strong><br />

<strong>que</strong> iba pensando de nuevo en la ciudad, bueno me iban a operar y luego, ¿qué voy<br />

a hacer? Me van a mandar a otra ciudad, me van a subir de nuevo a la montaña, voy<br />

a ir al campo, y la ciudad y las muchachas, iba a ver a Claudia. Y entonc<strong>es</strong> sí,<br />

iba a hacer el amor y me entusiasmaba la idea de hacer el amor con Claudia, o con<br />

cualquier otra mujer, la sensación nuevamente de b<strong>es</strong>ar <strong>una</strong> mujer, de acariciar<br />

<strong>una</strong> mujer, de pasarle la mano a <strong>una</strong> mujer por todo el cuerpo, de <strong>es</strong>tar sobre <strong>una</strong><br />

mujer, de derramarte sobre <strong>una</strong> mujer y pensaba en las cland<strong>es</strong>tinas <strong>que</strong> había en<br />

<strong>es</strong>e momento y las iba repasando, cuál me gustaba más para ver, si no <strong>es</strong>taba<br />

Claudia, o si ya Claudia no me <strong>que</strong>ría ¿cuál mujer era?, o qué mujer<strong>es</strong> podían<br />

75

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!