La-monta%C3%B1a-es-algo-m%C3%A1s-que-una-inmensa-estepa-verde
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la boca, del fuego a la palabra del <strong>que</strong> <strong>es</strong>tá hablando, y entonc<strong>es</strong> hay un ciclo<br />
allí bien bonito <strong>que</strong> nosotros d<strong>es</strong>cubrimos <strong>que</strong> existía. Entonc<strong>es</strong> dijimos: Bueno,<br />
vamos a hacer fogatas en las <strong>es</strong>quinas. Y empezamos a hacer fogatas en las<br />
<strong>es</strong>quinas... Y además, <strong>que</strong> era más fácil conseguir la leña con las tablas viejas<br />
de las casas, o la comprábamos... en los barrios la gente cocina con leña,<br />
entonc<strong>es</strong> siempre hay <strong>una</strong>s casas <strong>que</strong> venden leña, cinco p<strong>es</strong>os de leña son <strong>una</strong>s<br />
rajas de leña así como de medio metro o un metro. Hoy, mitin con fogata,<br />
decíamos. Entonc<strong>es</strong> llegaban nu<strong>es</strong>tros activistas, cinco o diez activistas de la<br />
universidad, al comienzo, en el verano, por<strong>que</strong> en el invierno llovía. Andábamos<br />
un galón de gas, arpillábamos la leña y le prendíamos fuego en los barrios<br />
oscuros.<br />
Entonc<strong>es</strong> alrededor del fuego empezábamos a gritar: ¡Pueblo únete, pueblo<br />
únete...! O gritando las consignas por las <strong>que</strong> nos reunían allí. Digamos: ¡Para<br />
Chico Ramírez y Efraín Nortalwalton... libertad! Ahí fue donde generalizamos las<br />
fogatas, en la campaña por la libertad de Chico Ramírez <strong>que</strong> <strong>es</strong> comandante<br />
guerrillero ahora, y Efraín Nortalwalton <strong>que</strong> era un prof<strong>es</strong>or salvadoreño.<br />
Entonc<strong>es</strong> nosotros observamos <strong>que</strong> al encender fuego en <strong>es</strong>os barrios oscuros la<br />
gente se brincaba un cerco de piñuelas <strong>que</strong> daba a la calle, venian de los patios,<br />
se cruzaban los predios montosos, con árbol<strong>es</strong>... Y vos veías cómo la gente salía<br />
a la calle por las tapias de madera, por los cercos de alambr<strong>es</strong> de púas, <strong>que</strong> en<br />
algunos casos son los <strong>que</strong> marcan el lindero de la propiedad de la casita. O veías<br />
<strong>que</strong> se salían de las casas, o ya los veías <strong>que</strong> venían sobre la calle... <strong>La</strong> cosa<br />
<strong>es</strong> <strong>que</strong> de todos los puntos del barrio, de entre las casas, de entre los patios y<br />
por las call<strong>es</strong> y las bocacall<strong>es</strong>, empezaban a converger en la <strong>es</strong>quina y se paraban<br />
a cierta distancia de los agitador<strong>es</strong>.<br />
Te decía <strong>que</strong> empezaba a converger la gente allí, se paraban a la orilla, cerca de<br />
nosotros. Entonc<strong>es</strong> nosotros los llamábamos para <strong>que</strong> se acercaran y los chigüin<strong>es</strong><br />
eran los primeros en llegar, los cipotitos pe<strong>que</strong>ños, pu<strong>es</strong>, y eran los primeros en<br />
gritar. Y los cipot<strong>es</strong> hacían coro con nosotros. Nosotros <strong>es</strong>tábamos conscient<strong>es</strong> de<br />
<strong>que</strong> se oían más las voc<strong>es</strong>, de <strong>que</strong> el coro era más grande, pero <strong>es</strong>tábamos<br />
conscient<strong>es</strong> <strong>que</strong> eran todos cipot<strong>es</strong>. De ahí <strong>que</strong> al comienzo los sub<strong>es</strong>timamos y<br />
entonc<strong>es</strong> no le dábamos importancia a los cipot<strong>es</strong>, aun<strong>que</strong> sí nos sentíamos un<br />
poquito acompañados por<strong>que</strong> no <strong>es</strong>tábamos solitos, íngrimos... Por lo menos <strong>es</strong>taban<br />
los cipot<strong>es</strong> y nos daban un poquito de compañía.<br />
Pero luego llegaba también algún obrero, <strong>que</strong> era sindicalista y ya llegaba medio<br />
motivado.., los sindicatos débil<strong>es</strong>, de art<strong>es</strong>anos, sindicatos pe<strong>que</strong>ños de León. O<br />
llegaba tal vez alg<strong>una</strong> locataria del mercado, <strong>que</strong> era un sector bien combativo, O<br />
llegaba algún <strong>es</strong>tudiante <strong>que</strong> vivía en el barrio marginado y se unía... y<br />
empezábamos a corear. <strong>La</strong> cosa <strong>es</strong> <strong>que</strong> a medida <strong>que</strong> se iba juntando un poquito de<br />
gente, la gente se iba aproximando más, se iba congregando más. Y la gente<br />
siempre <strong>es</strong>taba viendo el fuego y nos <strong>es</strong>taba viendo a nosotros. Empezábamos a<br />
hablar y tratábamos de ver a las personas cuando <strong>es</strong>tábamos hablando, como con<br />
d<strong>es</strong>eos de meterle en el cerebro lo <strong>que</strong> uno <strong>es</strong>taba hablando. Es más, como no<br />
teníamos formas organizativas para contactar, para <strong>es</strong>tudiar con la gente, para<br />
convencerla, para persuadirla, para hacerla <strong>que</strong> se rebelara, entonc<strong>es</strong> <strong>es</strong>os pocos<br />
minutos en <strong>que</strong> nosotros l<strong>es</strong> dábamos <strong>es</strong>e contacto a través del fuego, tratábamos<br />
de d<strong>es</strong>arrollar al máximo nu<strong>es</strong>tra capacidad persuasiva sobre la gente. Y se iba<br />
acercando más gente, y más gente, y más gente... Y se acababa la leña y<br />
mandábamos a traer más leña. Y se iban consumiendo los palos de leña y la gente<br />
seguía oyendo y seguía oyendo.<br />
<strong>La</strong>s fogatas se repitieron <strong>una</strong> vez y otra vez, y otra vez, y luego ya la gente de<br />
las casaste ayudaba a arpillar, a hacer las casetitas, las torrecitas <strong>que</strong><br />
formábamos con la leña para encendería. Y las seguimos haciendo, y fue yendo más<br />
gente; ahí se consumió mucho fuego.<br />
Y luego la gente ya tenía leña, y daba leña de su casa, o si tenían llantas<br />
viejas las traían también, o madera <strong>que</strong> <strong>es</strong>tuviera tirada en el patio... Y cuando<br />
se nos acababa el gas y no podíamos encendería por<strong>que</strong> la leña <strong>es</strong>taba <strong>verde</strong>, nos<br />
regalaban más gas. Y bueno, la fogata se fue generalizando en todos los barrios y<br />
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