30.04.2013 Views

La-monta%C3%B1a-es-algo-m%C3%A1s-que-una-inmensa-estepa-verde

La-monta%C3%B1a-es-algo-m%C3%A1s-que-una-inmensa-estepa-verde

La-monta%C3%B1a-es-algo-m%C3%A1s-que-una-inmensa-estepa-verde

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

me dijo, "no hombre" le digo yo, "¿no son gemelos?"... "no hombre, <strong>es</strong> <strong>una</strong> niña, y<br />

se parece a vos". ¡Qué alegría! Cuando me aclararon <strong>que</strong> no eran gemelos varon<strong>es</strong>,<br />

sino <strong>una</strong> niña, me entró, bueno, <strong>una</strong> gran ternura, cuando me dijeron <strong>que</strong> era <strong>una</strong><br />

niña.<br />

Nunca me había pu<strong>es</strong>to a pensar en el hecho de <strong>que</strong> yo tuviera <strong>una</strong> niña, <strong>una</strong><br />

mujercita, y entonc<strong>es</strong>, cuando me dicen <strong>que</strong> <strong>es</strong> <strong>una</strong> niña, no sé, me entró <strong>una</strong><br />

ternura muy <strong>es</strong>pecial, me sentí tan delicado, tan tiernito, ¿v<strong>es</strong>? Y claro, yo ya<br />

llevaba pensando pedir <strong>una</strong> cita con Claudia para compartir con la niña, para ver<br />

a la niña. Y bueno, nos llegaron a traer, bajamos un correo a León y llegaron por<br />

nosotros; nos dijeron <strong>que</strong> iba a llegar personalmente el regional a traernos hasta<br />

el punto de la carretera. El jefe del regional era Iván Montenegro. En efecto, en<br />

la noche, se aparece en un taxi Iván Montenegro, el del taxi era un compañero y<br />

bueno, te imaginás la alegría de ver al gordo, <strong>que</strong> nos dice un poco nervioso:<br />

"Móntense, móntense, móntense". Y nos montamos y nos vamos para León. Cuando yo<br />

entro a León, me sentía, ¿sabés como qué?, como dentro de las p<strong>es</strong>adillas en qué<br />

siempre aparecía León, como <strong>que</strong> soñaba <strong>que</strong> de repente <strong>es</strong>taba en León, <strong>que</strong> todo<br />

mundo me <strong>es</strong>taba viendo, y <strong>que</strong> yo andaba d<strong>es</strong>armado, y <strong>que</strong> la Guardia me seguía y<br />

<strong>que</strong> yo disparaba, y <strong>que</strong> no me funcionaba el arma, <strong>que</strong> yo disparaba y <strong>que</strong> los<br />

tiros no llegaban, y <strong>que</strong> le pegaban a los guardias los tiros, y <strong>que</strong> no l<strong>es</strong> hacían<br />

nada, o no se morían, o se doblaba el cañón del arma, <strong>es</strong>a era la p<strong>es</strong>adilla cuando<br />

yo pensaba en León.<br />

Entonc<strong>es</strong>, cuando voy entrando a León, en carro, de noche, como a las ocho de la<br />

noche... ¡<strong>La</strong> sangre de Cristo!... el mismo bulevar, la misma avenida Debayle de<br />

hace tiempo, el hospital, el mismo drive-in, la <strong>es</strong>tación, doblamos en la<br />

<strong>es</strong>tación, el tope del par<strong>que</strong> San Juan; y me dan unos anteojos oscuros de ésos, te<br />

imaginás vos, para <strong>que</strong> nadie me reconozca. Y yo miraba a la gente, qué<br />

barbaridad, ya no <strong>es</strong> sólo la sensación de d<strong>es</strong>nudez la <strong>que</strong> sentía, ya fue mayor,<br />

¿sabés cómo me sentí? me sentí como <strong>que</strong> <strong>es</strong>taba cland<strong>es</strong>tino, entrando a León. Es<br />

decir, <strong>es</strong>o para mí era inconcebible, lo inimaginable, lo siempre preocupado, la<br />

mayor expr<strong>es</strong>ión de la inseguridad física, la más concreta posibilidad de ser<br />

muerto o capturado. Realmente era <strong>es</strong>tar totalmente d<strong>es</strong>cobijado, de <strong>es</strong>tar<br />

totalmente al d<strong>es</strong>campado, entonc<strong>es</strong> era <strong>una</strong> locura en alg<strong>una</strong> medida, pero había<br />

<strong>que</strong> hacerla, y entré a León.<br />

Tratamos de irnos por los barrios, bordeando la ciudad, hasta <strong>que</strong> llegamos a la<br />

casa de seguridad. Era <strong>una</strong> casa de Subtiava, de un compañero sastre <strong>que</strong> no se<br />

ahora cómo se llama, no recuerdo con mucha precisión la dirección, pero era en<br />

Subtiava, como a <strong>una</strong>s dos cuadras, o <strong>una</strong> cuadra, de la calle Real. Luego, la gran<br />

alegría, me bajo y veo al "Chiricuto", a Luis Guzmán, a Quincho Ibarra, a Jorge<br />

Sinforoso Bravo, al <strong>que</strong> hasta entonc<strong>es</strong> conocía personalmente, y a comer se ha<br />

dicho, me bañé, me dieron ropa de ciudad, yo <strong>que</strong>ría todo, yo <strong>que</strong>ría chocolate, yo<br />

<strong>que</strong>ría popsicle, yo <strong>que</strong>ría lecheburra de donde Prío... Y en fin, ¿qué no <strong>que</strong>ría?<br />

De todo. Me parecía mentira, de <strong>es</strong>tar ahí, de nuevo en el corazón de León, sin<br />

<strong>que</strong> la Guardia ni la seguridad de Somoza, ni mis amigos, ni mi familia lo<br />

supieran.<br />

80

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!