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El dossier - Géminis Papeles de Salud

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<strong>El</strong> encarcelamiento <strong>de</strong> los parias e in<strong>de</strong>seables fue un acontecimiento cultural que pue<strong>de</strong> rastrearse a un momento<br />

específico en la larga historia <strong>de</strong> intolerancia <strong>de</strong> la Europa posrenacentista y posreformista. Los valores <strong>de</strong>l hombre<br />

occi<strong>de</strong>ntal fueron mol<strong>de</strong>ados en los siglos XVII y XVIII, los cuales continúan <strong>de</strong>terminando la manera como vemos el<br />

mundo.<br />

Hasta aquí he citado y parafraseado a Foucault.<br />

A FINALES <strong>de</strong>l siglo XVIII no existía la siquiatría como especialidad médica. La palabra “siquiatría” la acuñó Johann Reil<br />

en 1808. La nueva profesión dio por cierto un postulado que tenía raíces en la medicina <strong>de</strong> la Grecia antigua. Un postulado<br />

es una proposición que se admite sin pruebas. <strong>El</strong> postulado plataforma <strong>de</strong> la nueva profesión es suponer el origen orgánico<br />

<strong>de</strong> las perturbaciones psíquicas. Este postulado elevado a axioma e incluso a dogma evitó que se introdujera la subjetividad<br />

en el estudio <strong>de</strong> las perturbaciones mentales.<br />

Como vimos al hablar <strong>de</strong> John Modrow, la realidad es lo diametralmente opuesto. Sólo introduciendo la subjetividad <strong>de</strong> un<br />

alma en pena, y rechazando la hipótesis orgánica, es posible enten<strong>de</strong>r qué diablos suce<strong>de</strong> en los a<strong>de</strong>ntros <strong>de</strong> quienes se<br />

trastornan. La objetividad en cuestiones <strong>de</strong>l mundo interno <strong>de</strong> un sujeto es tan imposible como el caso opuesto: abordar al<br />

mundo empírico a la manera <strong>de</strong> filósofos como Platón, quien <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su Olimpo i<strong>de</strong>alista <strong>de</strong>spreciaba el estudio práctico <strong>de</strong><br />

la naturaleza. Este colosal error le costó a la cultura griega su ascen<strong>de</strong>ncia, así como el error antípoda <strong>de</strong> reducir las<br />

humanida<strong>de</strong>s a la ciencia está extraviando a nuestra civilización. Es simplemente un “error categorial” querer enten<strong>de</strong>r al<br />

trauma psicológico en base a la neurociencia, como es un error posmo<strong>de</strong>rnista querer enten<strong>de</strong>r al mundo empírico, digamos<br />

la astronomía, en base al discurso social. Los filósofos posmo<strong>de</strong>rnistas y los siquiatras representan dos intentos simétricos,<br />

aunque diametralmente opuestos, <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ologías extremas. Unos quieren reducir la ciencia a las humanida<strong>de</strong>s; otros, las<br />

humanida<strong>de</strong>s a la ciencia: y ninguno respeta al otro como un campo separado e intrínsecamente legítimo. En otro lugar<br />

profundizaré sobre estos dos errores antitéticos.<br />

<strong>El</strong> nacimiento <strong>de</strong> la siquiatría mo<strong>de</strong>rna ocurre cuando el marginado sale <strong>de</strong> jurisdicción <strong>de</strong> las casas <strong>de</strong> confinamiento <strong>de</strong><br />

Francia y <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> Europa para quedar a cargo <strong>de</strong> la institución médica. En la profesión <strong>de</strong>l siglo XXI, con todo su<br />

armamento <strong>de</strong> genética, neurología y taxonomía nosológica, es imposible ver qué es la siquiatría en su raíz. Pero en el libro<br />

<strong>de</strong> Johann Christian Heinroth Lehrbuch <strong>de</strong>r Störungen <strong>de</strong>s Seelenlebens<br />

(Libro <strong>de</strong> texto sobre las perturbaciones <strong>de</strong> la vida mental), publicado en 1818, pue<strong>de</strong>n verse los fundamentos <strong>de</strong> la<br />

siquiatría sin cortina <strong>de</strong> humo seudocientífica que los oculte. Siguiendo la tradición <strong>de</strong> los siglos XVII y XVIII Heinroth<br />

usó la expresión “enfermedad mental” y la <strong>de</strong>finió como “egoísmo” o “pecado”: términos que usó indistintamente.<br />

Heinroth no sólo equiparó el concepto cristiano <strong>de</strong> pecado con el <strong>de</strong> enfermedad mental. Aunque consi<strong>de</strong>raba a la<br />

enfermedad mental un <strong>de</strong>fecto ético, la gran innovación <strong>de</strong> Heinroth fue que la trató con procedimientos médicos.<br />

¿Cómo dio Heinroth este salto conceptual? O preguntado <strong>de</strong> otro modo: ¿por qué los encargados <strong>de</strong> reencauzar al rebaño a<br />

las ovejas <strong>de</strong>scarriadas habrían <strong>de</strong> ser los médicos? Este giro no estaba contemplado en los planos <strong>de</strong> los arquitectos <strong>de</strong>l<br />

Gran Encierro <strong>de</strong>l siglo XVII. Una vez que la Inquisición fue oficialmente abolida Heinroth mismo se pregunta quién sería<br />

el nuevo controlador social: “¿Debe ser tarea <strong>de</strong>l doctor, o quizá <strong>de</strong> un clérigo, o <strong>de</strong> un filósofo, o <strong>de</strong> un educador?”[7]<br />

La tarea recayó, finalmente, en el médico. Presumiblemente esto se <strong>de</strong>bió a que, como el médico trata directamente con el<br />

físico <strong>de</strong> los seres humanos, era más fácil encubrir la violencia física en la profesión médica que en las otras. En tiempos en<br />

que los i<strong>de</strong>ales <strong>de</strong> la Revolución francesa estaban aún en el aire la sociedad civil habría sospechado <strong>de</strong>l clérigo o <strong>de</strong>l<br />

filósofo que tuviera jurisdicción sobre cuerpos ajenos. Pero no <strong>de</strong>l médico.<br />

Para que la gente aceptara al nuevo inquisidor había, a<strong>de</strong>más, que literalizar la metáfora central <strong>de</strong> la profesión.<br />

Originalmente “enfermedad mental” era entendida como una mera metáfora <strong>de</strong> aquello que en siglos anteriores se había<br />

llamado “sinrazón”, como el caso <strong>de</strong> los “insensatos”. Al asumir el médico la responsabilidad <strong>de</strong> ocupar el papel que<br />

ocupaban los funcionarios <strong>de</strong> las casas <strong>de</strong> confinamiento, Heinroth dio por sentado que el egoísmo y el pecado que trataba<br />

eran entida<strong>de</strong>s médicas: algo como <strong>de</strong>cir que los “virus” que infectan nuestras PCs no son metáfora <strong>de</strong> programas<br />

subversivos, sino microorganismos.<br />

La literalización <strong>de</strong> la metáfora “enfermedad mental” en una auténtica enfermedad no habría sido posible si Heinroth y<br />

muchos otros siquiatras no hubieran contado con la sanción social. <strong>El</strong> siglo XIX fue el más burgués <strong>de</strong> los últimos siglos, y<br />

las fuerzas sociales que impulsaron a los pudientes a encerrar a los in<strong>de</strong>seables aún estaban en auge, mayor incluso, que en<br />

la época en que Heinroth nació. La única manera <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r a Heinroth y a su filosofía <strong>de</strong>l martillo es <strong>de</strong>jarlo hablar. He<br />

tomado los siguientes párrafos <strong>de</strong> un estudio <strong>de</strong> Szasz. <strong>El</strong> primer párrafo está sacado <strong>de</strong> Medicina Psychica Politica<br />

(Medicina psico-política): título que ilustra perfectamente cómo en sus orígenes los siquiatras no hablaban en nuevahabla,<br />

sino en lengua franca. Heinroth escribió: “Compete al Estado cuidar <strong>de</strong> las personas que están perturbadas mentalmente<br />

cuando son una carga para la comunidad o representan un peligro público; el alojamiento, la cura y el cuidado <strong>de</strong> tales<br />

individuos es un <strong>de</strong>ber político”. ¿Y quiénes están “perturbados mentalmente”?<br />

Quienes menos merecen la libertad, es <strong>de</strong>cir los manici [maníacos], son los que aman más la libertad; y<br />

mientras más se les <strong>de</strong>je libres para realizar sus activida<strong>de</strong>s perversas, incluso <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una cámara <strong>de</strong><br />

Autenreith, no pue<strong>de</strong> pensarse en su recuperación.[8]

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