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El dossier - Géminis Papeles de Salud

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con una categoría <strong>de</strong> enfermedad como esquizofrenia, y mucha gente está comenzando a enten<strong>de</strong>r que no existe tal entidad”<br />

(Atheneum, p. 2). En lugar <strong>de</strong> ser una enfermedad auténtica, la llamada esquizofrenia es una categoría no específica que<br />

incluye casi todo lo que un ser humano pue<strong>de</strong> hacer, pensar o sentir que <strong>de</strong>sagrada mucho a otra gente (o a los que la<br />

“pa<strong>de</strong>cen”). De hecho, existen pocas “enfermeda<strong>de</strong>s mentales” que en un tiempo u otro no han sido llamadas<br />

“esquizofrenia”. Debido a que éste es un término que cubre casi todo lo que una persona pue<strong>de</strong> pensar o hacer que molesta<br />

mucho a otros, es difícil <strong>de</strong>finirla objetivamente. En general, las <strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong> esquizofrenia son vagas o inconsistentes<br />

entre sí. Por ejemplo, cuando le pregunté a un asistente <strong>de</strong>l superinten<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> un manicomio estatal que me <strong>de</strong>finiera el<br />

término esquizofrenia, con toda seriedad respondió: “Personalidad dividida, ésa es la <strong>de</strong>finición más popular”. Pero si<br />

buscamos en otro lado, por ejemplo en un folleto publicado por la Alianza Nacional sobre Enfermos Mentales titulado<br />

¿Qué es la esquizofrenia?, éste dice: “La esquizofrenia no es personalidad dividida”. Asimismo, en su libro Es-qui-zo-frenia:<br />

hablemos claro a la familia y a los amigos, publicado en 1985, Maryellen Walsh dice: “La esquizofrenia es una <strong>de</strong> las<br />

enfermeda<strong>de</strong>s más malentendidas <strong>de</strong>l planeta. La mayoría <strong>de</strong> la gente cree que significa tener una personalidad dividida,<br />

pero están equivocados. La esquizofrenia no es que la personalidad se fragmente en múltiples partes” (Warner Books, p.<br />

41). La segunda edición <strong>de</strong>l Manual diagnóstico y estadístico <strong>de</strong> los trastornos mentales (DSM-II) <strong>de</strong> la Asociación<br />

Psiquiátrica Americana, publicado en 1968, <strong>de</strong>fine la esquizofrenia como “disturbios característicos <strong>de</strong>l pensamiento,<br />

humor o conducta” (p. 33). Esa <strong>de</strong>finición presenta la dificultad <strong>de</strong> ser tan genérica que se le podría atribuir a casi<br />

cualquier cosa que a la gente le <strong>de</strong>sagra<strong>de</strong> o que consi<strong>de</strong>re anormal, por ejemplo, cualquier llamada enfermedad mental<br />

encuadra en tal <strong>de</strong>finición. En el prólogo al DSM-III, el Dr. Ernest Gruenberg, director <strong>de</strong>l Comité <strong>de</strong> la Asociación<br />

Psiquiátrica Americana sobre Nomenclatura, dijo: “Consi<strong>de</strong>remos, por ejemplo, el trastorno mental llamado<br />

‘esquizofrenia’... Incluso si el comité se lo hubiera propuesto, no habría podido estar <strong>de</strong> acuerdo acerca <strong>de</strong> qué es el<br />

trastorno” (p. ix). La tercera edición <strong>de</strong>l Manual diagnóstico y estadístico <strong>de</strong> los trastornos mentales, publicada en 1980 y<br />

comúnmente <strong>de</strong>nominada DSM-III, también fue sincera sobre la vaguedad <strong>de</strong>l término: “Los límites <strong>de</strong>l concepto<br />

esquizofrenia no son claros” (p. 181). La revisión publicada en 1987, DSM-IIIR, contiene una <strong>de</strong>claración similar: “Debe<br />

notarse que no hay característica alguna que esté invariable o exclusivamente presente en la esquizofrenia” (p. 188). DSM-<br />

IIIR también dice lo mismo <strong>de</strong> un diagnóstico similar: “<strong>El</strong> término ‘trastorno esquizo-afectivo’ se ha usado <strong>de</strong> diversas<br />

maneras <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se introdujo como una subcategoría <strong>de</strong> la esquizofrenia, y representa uno <strong>de</strong> los conceptos más confusos<br />

y controversiales en la nosología siquiátrica” (p. 208).<br />

En el clima intelectual <strong>de</strong> hoy día, don<strong>de</strong> se cree que la enfermedad mental tiene causas biológicas o químicas, es<br />

especialmente instructivo lo que el DSM-IIIR dice acerca <strong>de</strong> las causas físicas <strong>de</strong>l concepto esquizofrenia. <strong>El</strong> manual dice<br />

que el diagnóstico <strong>de</strong> tal enfermedad “se hace solamente cuando no pue<strong>de</strong> establecerse que un factor orgánico inició y<br />

mantuvo la alteración” (p. 187). Subrayando esta <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> “esquizofrenia” como no biológica está la edición <strong>de</strong> 1987<br />

<strong>de</strong>l Manual Merck <strong>de</strong> diagnóstico y terapia, que dice que un diagnóstico <strong>de</strong> esquizofrenia se hace sólo cuando la conducta<br />

en cuestión “no se <strong>de</strong>be a un trastorno mental orgánico” (p. 1532).<br />

En contraste con esta <strong>de</strong>claración se encuentra la <strong>de</strong>l siquiatra Fuller Torrey en su libro Sobreviviendo a la<br />

esquizofrenia: un manual para la familia, publicado en 1988. Torrey dice: “La esquizofrenia es una enfermedad <strong>de</strong>l<br />

cerebro, ahora <strong>de</strong>finitivamente conocida como tal” (Harper & Row, p. 5). Des<strong>de</strong> luego, si la esquizofrenia es una<br />

enfermedad cerebral, entonces es orgánica. Sin embargo, la <strong>de</strong>finición oficial <strong>de</strong> esquizofrenia sostenida y publicada por la<br />

Asociación Psiquiátrica Americana en su Manual diagnóstico y estadístico <strong>de</strong> los trastornos mentales por muchos años<br />

excluyó específicamente las condiciones orgánicas como causales en la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> esquizofrenia. No fue sino hasta la<br />

publicación <strong>de</strong>l DSM-IV en 1994 que se removió tal exclusión. En Sobreviviendo a la esquizofrenia, el Dr. Torrey reconoce<br />

que lo que explica esto son “las actuales teorías sicoanalíticas y <strong>de</strong> interacción familiar sobre la esquizofrenia” (p. 149).<br />

En el journal Nature (10 noviembre 1988), el geneticista Eric Lan<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Harvard resumió la situación<br />

así: “Potter Stewart, el finado juez <strong>de</strong> la Suprema Corte, <strong>de</strong>claró en un caso célebre <strong>de</strong> obscenidad que, aunque no podía<br />

<strong>de</strong>finir rigurosamente la pornografía, ‘Sé cuando la veo’. Los siquiatras se encuentran en una posición muy similar<br />

respecto al diagnóstico <strong>de</strong> esquizofrenia. Después <strong>de</strong> ochenta años <strong>de</strong> haberse acuñado el término para <strong>de</strong>scribir una<br />

condición <strong>de</strong>vastadora que involucra una división mental entre las funciones <strong>de</strong>l pensamiento, emoción y conducta, no<br />

contamos con una <strong>de</strong>finición universalmente aceptada <strong>de</strong> esquizofrenia” (p. 105).<br />

De acuerdo al Dr. Torrey en el citado libro, la llamada esquizofrenia incluye varios y muy diversos tipos <strong>de</strong><br />

personalida<strong>de</strong>s. Están, por ejemplo, los esquizofrénicos paranoicos quienes tienen “ilusiones y/o alucinaciones” que son ya<br />

sea “persecutorias o grandiosas”; los esquizofrénicos heberfénicos, quienes tienen un pa<strong>de</strong>cimiento don<strong>de</strong> “las ilusiones <strong>de</strong>l<br />

pensamiento generalmente están ausentes”; los esquizofrénicos catatónicos, quienes se caracterizan por “posturas, rigi<strong>de</strong>z,<br />

estupor y mutismo” — en otras palabras, están sentados inmóviles —; y los esquizofrénicos simples, quienes exhiben “una<br />

falta <strong>de</strong> interés e iniciativa” como los catatónicos (aunque no tan severa) pero que a diferencia <strong>de</strong> los paranoicos, tienen<br />

“ausencia <strong>de</strong> ilusiones o alucinaciones” (p. 77). La edición <strong>de</strong> 1968, el DSM-II, indica que una persona que es muy feliz<br />

(que experimenta “júbilo prolongado”) pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse como esquizofrénica por esta razón (“esquizofrenia esquizoafectiva<br />

tipo excitado”), pero también infeliz (“esquizofrenia esquizoafectiva tipo <strong>de</strong>primido”) (p. 35), y la edición <strong>de</strong> 1987, el<br />

DSM-IIIR, indica que una persona pue<strong>de</strong> ser diagnosticada <strong>de</strong> esquizofrénico ¡porque no muestra ni felicidad ni tristeza!<br />

(“no hay signos <strong>de</strong> expresión afectiva”) (p. 189), a lo que el Dr. Torrey le llama esquizofrenia simple (“emociones<br />

aplanadas”) (p. 77). De acuerdo al siquiatra Jonas Robitscher en su libro Los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> la siquiatría, la gente que tiene<br />

ciclos <strong>de</strong> tristeza y felicidad, el llamado maniaco-<strong>de</strong>presivo (“trastorno bipolar”), también pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>nominarse<br />

esquizofrénico: “Muchos casos diagnosticados <strong>de</strong> esquizofrenia en Estados Unidos serían diagnosticados como

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