08.05.2013 Views

El dossier - Géminis Papeles de Salud

El dossier - Géminis Papeles de Salud

El dossier - Géminis Papeles de Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

hay evi<strong>de</strong>ncia que cualquiera <strong>de</strong> los trastornos sicológicos o siquiátricos tenga un componente genético o biológico” (St.<br />

Martin’s Press, 1991, p. 291).<br />

Algunas veces se dice que el que las drogas siquiátricas “curen” un pensamiento, emociones o conducta que se<br />

<strong>de</strong>nomine enfermedad mental, <strong>de</strong>muestra la existencia <strong>de</strong> causas biológicas en las enfermeda<strong>de</strong>s mentales. Este argumento<br />

es fácilmente refutado. Supongamos que alguien toca el piano y que no nos guste que lo haga. Supongamos que lo<br />

forcemos a que tome una droga que lo invali<strong>de</strong> tanto que ya no pueda tocar más. ¿Probaría eso que su afición musical era<br />

causada por una anomalía biológica que fue curada por la droga? Esta forma <strong>de</strong> pensar, tan tonta como parece, es común<br />

entre los siquiatras. La mayoría <strong>de</strong> las drogas siquiátricas (si no es que todas) son neurotóxicas, esto es, producen en mayor<br />

o menor grado una incapacitación neurológica generalizada: <strong>de</strong>tienen la conducta que disgusta a algunos, incapacitando<br />

tanto a la persona que ya no pue<strong>de</strong> sentirse enojada, infeliz o <strong>de</strong>primida. Pero llamarle a esto “curación” es absurdo, tan<br />

absurdo como la extrapolación que la droga le <strong>de</strong>bió haber curado a tal persona una anomalía biológica, misma que causó<br />

las emociones o conductas que a algunos les disgustaron.<br />

Cuando son confrontados con la falta <strong>de</strong> pruebas que la enfermedad mental es una entidad biológica, algunos<br />

<strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> tal creencia dirán que las “enfermeda<strong>de</strong>s” sí existen y que pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>finirse como tales sin que haya una<br />

anomalía biológica que la cause. La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una enfermedad mental como una entidad no biológica requiere <strong>de</strong> una<br />

refutación más extensa que la postura biologista.<br />

Se cree que la gente está enferma mentalmente sólo cuando su pensar, emoción o conducta es contraria a lo que es<br />

consi<strong>de</strong>rado aceptable, es <strong>de</strong>cir, cuando a otros (o a los pacientes mismos) no les gusta algo acerca <strong>de</strong> ellos. Una manera <strong>de</strong><br />

ver el absurdo <strong>de</strong> llamarle a una cosa enfermedad, no porque haya anomalía biológica sino porque algo nos disgusta en una<br />

persona, es observar cómo difieren los valores <strong>de</strong> una cultura a otra y cómo cambian con el tiempo.<br />

En su libro La sicología <strong>de</strong> la autoestima, el sicólogo Nathaniel Bran<strong>de</strong>n escribió: “Una <strong>de</strong> las tareas <strong>de</strong> la sicología es<br />

proveer <strong>de</strong>finiciones para salud mental y enfermedad mental... Pero no existe acuerdo general entre sicólogos y siquiatras<br />

sobre la naturaleza <strong>de</strong> éstas; no hay ni <strong>de</strong>finiciones aceptadas ni un parámetro para comparar un estado sicológico con otro.<br />

Muchos escritores dicen que es imposible establecer <strong>de</strong>finiciones o estándares básicos, esto es, un concepto universal <strong>de</strong><br />

salud mental. Estos escritores aseveran que <strong>de</strong>bido a que una conducta es consi<strong>de</strong>rada normal y saludable en una cultura,<br />

pero neurótica o aberrante en otra, todo es una cuestión <strong>de</strong> prejuicios culturales. Quienes mantienen esta posición insisten<br />

que lo más que uno pue<strong>de</strong> hacer es <strong>de</strong>finir la salud mental como el acato a las normas culturales, <strong>de</strong>clarando que el hombre<br />

está sicológicamente sano en la medida en que esté adaptado a su cultura... La pregunta obvia que surge ante tal <strong>de</strong>finición<br />

es ¿qué pasa si los valores y normas <strong>de</strong> una sociedad dada son irracionales? ¿Pue<strong>de</strong> la salud mental consistir en estar<br />

adaptado a tal irracionalidad? ¿Qué <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> la Alemania nazi, por ejemplo? ¿Es un empleado <strong>de</strong>l estado nazi que se siente<br />

sereno y feliz en tal régimen un caso <strong>de</strong> salud mental?” (Bantam Books, 1969, pp. 95s, énfasis en el original). <strong>El</strong> Dr.<br />

Bran<strong>de</strong>n dijo aquí muchas cosas. Primero, confundió la moralidad con la racionalidad, diciendo que el respeto a los<br />

<strong>de</strong>rechos humanos es racional cuando, <strong>de</strong> hecho, no es una cuestión <strong>de</strong> racionalidad sino más bien <strong>de</strong> moralidad. A<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> ser incapaz <strong>de</strong> ver la diferencia, el Dr. Bran<strong>de</strong>n confiesa sus valores: que el respecto a los <strong>de</strong>rechos humanos es bueno y<br />

que la violación <strong>de</strong> los mismos (como en el nazismo) es malo. Pero luego dice: violar estos valores es “irracional” o<br />

enfermedad mental. Aunque los practicantes <strong>de</strong> siquiatría y <strong>de</strong> sicología “clínica” no lo admitirán, estas disciplinas tratan<br />

esencialmente <strong>de</strong> valores — valores ocultos bajo la manta <strong>de</strong> un lenguaje que hace que nos parezca que no son valores sino<br />

que se habla <strong>de</strong> promover la “salud”. Mi respuesta al Dr. Bran<strong>de</strong>n es la siguiente: Una persona que viva en la Alemania<br />

nazi y que esté bien adaptado a la misma anteriormente era consi<strong>de</strong>rado “mentalmente sano” por esa sociedad, pero si lo<br />

juzgamos con los valores <strong>de</strong> una sociedad que respeta los <strong>de</strong>rechos humanos estaba “enfermo”, como el resto <strong>de</strong> su cultura.<br />

Sin embargo, alguien como yo añadiría que tal persona estaba moralmente “enferma” reconociendo que la palabra no tiene<br />

sino un significado metafórico. Para alguien como el Dr. Bran<strong>de</strong>n, que cree en el mito <strong>de</strong> la enfermedad mental, esa<br />

persona está literalmente enferma y necesita <strong>de</strong> un doctor. La diferencia es que yo reconozco mis valores por lo que en<br />

realidad son: moralidad. Es común que un creyente en el concepto <strong>de</strong> enfermedad mental, como el Dr. Bran<strong>de</strong>n en el citado<br />

pasaje, tenga los mismos valores que los míos pero que los confunda con el concepto <strong>de</strong> salud.<br />

Uno <strong>de</strong> los casos que mejor ejemplifica lo dicho arriba es el <strong>de</strong>l homosexualismo. Hasta 1973 éste fue <strong>de</strong>finido<br />

oficialmente como enfermedad mental por la Asociación Psiquiátrica Americana, pero no a partir <strong>de</strong> ese año. La<br />

homosexualidad estaba <strong>de</strong>finida como trastorno mental en la página 44 <strong>de</strong>l texto <strong>de</strong> referencia DSM-II: Manual<br />

diagnóstico y estadístico <strong>de</strong> los trastornos mentales (segunda edición), publicado en 1968. En ese libro la homosexualidad<br />

es categorizada como “<strong>de</strong>sviación sexual” en la citada página. En 1973 la Asociación Psiquiátrica Americana votó para<br />

remover la homosexualidad <strong>de</strong> sus categorías diagnósticas <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s mentales (véase “Una curación instantánea” en<br />

la revista Time <strong>de</strong>l 1 abril 1974, p. 45.) De manera que cuando la tercera edición <strong>de</strong>l DSM se publicó en 1980, observó que<br />

“en sí misma, la homosexualidad no es una enfermedad o trastorno” (p. 282). La edición <strong>de</strong> 1987 <strong>de</strong>l Manual Merck <strong>de</strong><br />

diagnóstico y terapia dice: “La Asociación Psiquiátrica Americana ya no consi<strong>de</strong>ra a la homosexualidad una enfermedad<br />

siquiátrica” (p. 1495). Si la enfermedad mental fuera realmente una enfermedad en el mismo sentido que las enfermeda<strong>de</strong>s<br />

físicas, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> <strong>de</strong>scalificar a la homosexualidad o cualquiera otra mediante el voto sería tan absurdo como que un grupo<br />

<strong>de</strong> médicos <strong>de</strong>scalifiquen el cáncer o la diabetes <strong>de</strong> la categoría <strong>de</strong> enfermedad. Pero la enfermedad mental no es una<br />

enfermedad como las otras. A diferencia <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s físicas don<strong>de</strong> hay hechos físicos que tratar, las “enfermedad”

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!