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El dossier - Géminis Papeles de Salud

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105). Éstas son realmente las consecuencias <strong>de</strong> tomar drogas que inhiben o bloquean el verda<strong>de</strong>ro sueño.<br />

LOS TRANQUILIZANTES MAYORES / NEUROLÉPTICOS / ANTISICÓTICOS / ANTIESQUIZOFRÉNICOS<br />

Todo lo dicho sobre los anti<strong>de</strong>presivos siquiátricos, el litio y los llamados agentes contra el ansia (los tranquilizantes<br />

menores) no es nada comparado con los tranquilizantes mayores, algunas veces llamados “antisicóticos”,<br />

“antiesquizofrénicos” o “neurolépticos”. Incluidos en esta categoría tenemos a Thorazine (clorpromazina), Mellaril,<br />

Prolixin (flupenazina), Compazine, Stelazine, Haldol y muchos otros. En términos <strong>de</strong> sus efectos sicológicos, estos<br />

llamados tranquilizantes mayores causan miseria, no alivio.<br />

Físicamente y neurológicamente aniquilan la habilidad <strong>de</strong> pensar y actuar, incluso en dosis comunes. Al inhabilitar a la<br />

gente, pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>tener casi cualquier pensamiento o conducta que el “terapeuta” <strong>de</strong>see <strong>de</strong>tener. Pero esto es simplemente<br />

<strong>de</strong>shabilitar a la gente, no terapia. La droga temporalmente <strong>de</strong>shabilita o <strong>de</strong>struye tanto una buena parte <strong>de</strong> la personalidad<br />

<strong>de</strong> una persona como la mala. Hasta qué grado la <strong>de</strong>shabilitación que impone la droga pueda superarse al discontinuar su<br />

uso <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> por cuanto tiempo se haya administrado, y a qué dosis. Las drogas llamadas tranquilizadores mayores o<br />

antisicóticos o neurolépticos dañan el cerebro más clara, severa y permanentemente que cualesquier otras usadas en<br />

siquiatría. Los doctores Joyce e Iver Small, profesores <strong>de</strong> siquiatría en la Universidad <strong>de</strong> Indiana, critican a los siquiatras<br />

que usan “medicamentos sicoactivos que se sabe tienen efectos neurotóxicos”, y hablan <strong>de</strong> que cada vez se “incrementa el<br />

reconocimiento sobre los perjuicios a largo plazo, y a veces irreversibles, en el funcionamiento cerebral inducido por las<br />

drogas neurolépticas. En estos casos la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> daño cerebral no es sutil sino patente a todas luces ¡incluso para un<br />

observador casual!” (Ciencias <strong>de</strong> la conducta y <strong>de</strong>l cerebro, marzo, 1984, p. 34). De acuerdo al Dr. Conrad Swartz,<br />

profesor <strong>de</strong> siquiatría en la Escuela Médica <strong>de</strong> Chicago: “Si bien los neurolépticos alivian la ansiedad sicótica, su efecto<br />

tranquilizante aplana los finos <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> la personalidad incluyendo la iniciativa, la reactividad emocional, el entusiasmo,<br />

la conducta sexy, el estado <strong>de</strong> alerta... Esto suce<strong>de</strong> a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> reacciones colaterales como movimientos involuntarios que<br />

pue<strong>de</strong>n ser permanentes, mismos que evi<strong>de</strong>ncian el daño cerebral” (Ciencias <strong>de</strong> la conducta y <strong>de</strong>l cerebro, marzo, 1984, pp.<br />

37s). Un reporte <strong>de</strong> 1985 en Reporte <strong>de</strong> leyes <strong>de</strong> minusvali<strong>de</strong>z mental y física indica que por fin las cortes <strong>de</strong> Estados<br />

Unidos han comenzado a consi<strong>de</strong>rar que la administración involuntaria <strong>de</strong> neurolépticos involucra los <strong>de</strong>rechos invocados<br />

en la Primera Enmienda <strong>de</strong>bido a que “las drogas antisicóticas tienen la capacidad <strong>de</strong> afectar severa y permanentemente la<br />

habilidad <strong>de</strong> un individuo <strong>de</strong> pensar y comunicarse” (“Prosiguen las <strong>de</strong>mandas sobre medicación involuntaria”,<br />

enero/febrero, 1985, p. 26, énfasis añadido). En Moléculas <strong>de</strong> la mente: la nueva ciencia <strong>de</strong> la sicología molecular, el<br />

profesor Jon Franklin observó: “Esta era coincidió con una mayor conciencia que los neurolépticos no sólo no curan la<br />

esquizofrenia, sino que en realidad causan daño cerebral. De repente, se vio a los siquiatras que los usan, y a los pacientes<br />

marginados <strong>de</strong> la sociedad, como nazis o algo peor (Dell Publ. Co., 1987, p. 103). En su libro Drogas siquiátricas: un<br />

peligro para el cerebro, el Dr. Peter Breggin dice que al usar estos medicamentos que causan daño cerebral “la siquiatría ha<br />

<strong>de</strong>satado una epi<strong>de</strong>mia neurológica en el mundo”, misma que “alcanza <strong>de</strong> uno a dos millones <strong>de</strong> personas por año” (op. cit.,<br />

pp. 108s). En casos severos, el daño producido pos neurolépticos es evi<strong>de</strong>nciado por movimientos anormales llamados<br />

discinesia tardía. Sin embargo, esta enfermedad es sólo la cresta <strong>de</strong>l iceberg <strong>de</strong>l daño causado por neurolépticos. Las altas<br />

funciones <strong>de</strong>l cerebro son más vulnerables y son perjudicadas antes <strong>de</strong> las funciones cerebrales elementales como el control<br />

motriz. <strong>El</strong> profesor <strong>de</strong> siquiatría Richard Abrams reconoce que “se ha reportado que la discinesia tardía ocurre <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

algunas pocas tomas <strong>de</strong> neurolépticos” (citado en Benjamin Wolman, <strong>El</strong> manual <strong>de</strong>l terapeuta, Van Nostrand Reinhold,<br />

1976, p. 25). En su libro La nueva siquiatría el Dr. Jerrold Maxmen <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Columbia dice: “La mejor<br />

manera <strong>de</strong> evitar la discinesia tardía es evitar los antisicóticos <strong>de</strong>l todo. Excepto para el tratamiento <strong>de</strong> la esquizofrenia<br />

jamás <strong>de</strong>berían usarse por más <strong>de</strong> dos o tres meses consecutivos. Lo que es criminal es que <strong>de</strong>masiados pacientes que no<br />

<strong>de</strong>ben recibir antisicóticos los tomen (Mentor, 1985, pp. 155s). ¡Pero el Dr. Maxmen no va lo suficientemente lejos! Su<br />

caracterización <strong>de</strong> administrar los llamados antisicóticos como “criminal” es acertada si nos referimos a todas las personas<br />

— incluyendo a los llamados esquizofrénicos — aun si los neurolépticos no se administrasen el suficiente tiempo para<br />

causar discinesia tardía. <strong>El</strong> autor <strong>de</strong>l prefacio <strong>de</strong> un libro <strong>de</strong> cuatro médicos dijo lo siguiente: “A final <strong>de</strong> los 1960s resumí<br />

la literatura sobre discinesia tardía... La mayoría <strong>de</strong> los siquiatras o ignoraron la existencia <strong>de</strong>l problema o intentaron<br />

inútilmente <strong>de</strong>mostrar que estas anormalida<strong>de</strong>s motoras eran clínicamente insignificantes, o que no tenían que ver con la<br />

droga. Mientras tanto el número <strong>de</strong> pacientes afectados incrementó, así como los síntomas <strong>de</strong> los que la pa<strong>de</strong>cían...<br />

Existen pocos investigadores o clínicos que aún du<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la naturaleza yatrogénica [causada por el médico] <strong>de</strong> la discinesia<br />

tardía... Es evi<strong>de</strong>nte que mientras más se sabe acerca <strong>de</strong> los efectos tóxicos <strong>de</strong> los neurolépticos en el sistema nervioso<br />

central, más se ve la necesidad <strong>de</strong> modificar nuestras prácticas comunes <strong>de</strong> los mismos. Es muy <strong>de</strong>safortunado que muchos<br />

doctores continúen prescribiendo sicotrópicos en cantida<strong>de</strong>s excesivas, y que un número consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> instituciones<br />

mentales no tienen políticas respecto al manejo y prevención <strong>de</strong> la discinesia tardía. Si este libro que refleja las opiniones<br />

<strong>de</strong> expertos en el campo pue<strong>de</strong> hacer una mella en la complacencia <strong>de</strong> muchos siquiatras, no será un logro menor (citado en<br />

William Fann et al., Discinesia tardía: investigación y tratamiento, SP Medical & Scientific, 1980). En Drogas<br />

siquiátricas Peter Breggin dice: “Los tranquilizantes mayores son drogas altamente tóxicas; son venenos para varios<br />

órganos <strong>de</strong>l cuerpo. Son neurotoxinas especialmente potentes, y es común que produzcan daño permanente en el cerebro...

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