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El dossier - Géminis Papeles de Salud

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mental orgánico” (p. 1532).<br />

En contraste con esta <strong>de</strong>claración se encuentra la <strong>de</strong>l siquiatra Fuller Torrey en su libro Sobreviviendo a la<br />

esquizofrenia: un manual para la familia, publicado en 1988. Torrey dice: “La esquizofrenia es una enfermedad<br />

<strong>de</strong>l cerebro, ahora <strong>de</strong>finitivamente conocida como tal” (Harper & Row, p. 5). Des<strong>de</strong> luego, si la esquizofrenia es<br />

una enfermedad cerebral, entonces es orgánica. Sin embargo, la <strong>de</strong>finición oficial <strong>de</strong> esquizofrenia sostenida y<br />

publicada por la Asociación Psiquiátrica Americana en su Manual diagnóstico y estadístico <strong>de</strong> los trastornos<br />

mentales por muchos años excluyó específicamente las condiciones orgánicas como causales en la <strong>de</strong>finición<br />

<strong>de</strong> esquizofrenia. No fue sino hasta la publicación <strong>de</strong>l DSM-IV en 1994 que se removió tal exclusión. En<br />

Sobreviviendo a la esquizofrenia, el Dr. Torrey reconoce que lo que explica esto son “las actuales teorías<br />

sicoanalíticas y <strong>de</strong> interacción familiar sobre la esquizofrenia” (p. 149).<br />

En el journal Nature (10 noviembre 1988), el geneticista Eric Lan<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Harvard resumió<br />

la situación así: “Potter Stewart, el finado juez <strong>de</strong> la Suprema Corte, <strong>de</strong>claró en un caso célebre <strong>de</strong> obscenidad<br />

que, aunque no podía <strong>de</strong>finir rigurosamente la pornografía, ‘Sé cuando la veo’. Los siquiatras se encuentran en<br />

una posición muy similar respecto al diagnóstico <strong>de</strong> esquizofrenia. Después <strong>de</strong> ochenta años <strong>de</strong> haberse<br />

acuñado el término para <strong>de</strong>scribir una condición <strong>de</strong>vastadora que involucra una división mental entre las<br />

funciones <strong>de</strong>l pensamiento, emoción y conducta, no contamos con una <strong>de</strong>finición universalmente aceptada <strong>de</strong><br />

esquizofrenia” (p. 105).<br />

De acuerdo al Dr. Torrey en el citado libro, la llamada esquizofrenia incluye varios y muy diversos tipos <strong>de</strong><br />

personalida<strong>de</strong>s. Están, por ejemplo, los esquizofrénicos paranoicos quienes tienen “ilusiones y/o<br />

alucinaciones” que son ya sea “persecutorias o grandiosas”; los esquizofrénicos heberfénicos, quienes tienen<br />

un pa<strong>de</strong>cimiento don<strong>de</strong> “las ilusiones <strong>de</strong>l pensamiento generalmente están ausentes”; los esquizofrénicos<br />

catatónicos, quienes se caracterizan por “posturas, rigi<strong>de</strong>z, estupor y mutismo” — en otras palabras, están<br />

sentados inmóviles —; y los esquizofrénicos simples, quienes exhiben “una falta <strong>de</strong> interés e iniciativa” como<br />

los catatónicos (aunque no tan severa) pero que a diferencia <strong>de</strong> los paranoicos, tienen “ausencia <strong>de</strong> ilusiones o<br />

alucinaciones” (p. 77). La edición <strong>de</strong> 1968, el DSM-II, indica que una persona que es muy feliz (que<br />

experimenta “júbilo prolongado”) pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse como esquizofrénica por esta razón (“esquizofrenia<br />

esquizoafectiva tipo excitado”), pero también infeliz (“esquizofrenia esquizoafectiva tipo <strong>de</strong>primido”) (p. 35), y la<br />

edición <strong>de</strong> 1987, el DSM-IIIR, indica que una persona pue<strong>de</strong> ser diagnosticada <strong>de</strong> esquizofrénico ¡porque no<br />

muestra ni felicidad ni tristeza! (“no hay signos <strong>de</strong> expresión afectiva”) (p. 189), a lo que el Dr. Torrey le llama<br />

esquizofrenia simple (“emociones aplanadas”) (p. 77). De acuerdo al siquiatra Jonas Robitscher en su libro<br />

Los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> la siquiatría, la gente que tiene ciclos <strong>de</strong> tristeza y felicidad, el llamado maniaco-<strong>de</strong>presivo<br />

(“trastorno bipolar”), también pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>nominarse esquizofrénico: “Muchos casos diagnosticados <strong>de</strong><br />

esquizofrenia en Estados Unidos serían diagnosticados como enfermedad maniaco-<strong>de</strong>presiva en Inglaterra o<br />

en Europa Occi<strong>de</strong>ntal” (Houghton Mifflin, 1980, p. 165). De manera que los supuestos “síntomas” o<br />

características que <strong>de</strong>finen la “esquizofrenia” son <strong>de</strong> verdad genéricas, y <strong>de</strong>finen a la gente como teniendo una<br />

clase <strong>de</strong> esquizofrenia, tengan ilusiones o no, alucinen o no, estén inquietos o catatónicos, felices o tristes o<br />

ninguno <strong>de</strong> los dos; o que cambien cíclicamente entre felicidad y tristeza. Como ninguna causa física <strong>de</strong> la<br />

“esquizofrenia” se ha encontrado (como veremos posteriormente), esta “enfermedad” pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse<br />

únicamente en términos <strong>de</strong> “síntomas” que pue<strong>de</strong>n llamarse ubicuos. Como dijo el abogado Bruce Ennis en su<br />

libro Prisioneros <strong>de</strong> la siquiatría: “La esquizofrenia es un término tan genérico y cubre una gama tan amplia <strong>de</strong><br />

comportamientos que hay pocas personas que no podrían, en un tiempo u otro, ser consi<strong>de</strong>radas<br />

esquizofrénicas” (Harcourt Brace, 1972, p. 22). Generalmente, a las personas obsesionadas con ciertos<br />

pensamientos o que se sienten compelidos a hacer cosas como lavarse las manos repetidamente, se les<br />

consi<strong>de</strong>ra que pa<strong>de</strong>cen <strong>de</strong> una enfermedad siquiátrica llamada “trastorno <strong>de</strong> obsesión compulsiva”. Sin<br />

embargo, a la gente con pensamientos obsesivos o conducta compulsiva también se les ha llamado<br />

esquizofrénicos (como lo hace el Dr. Torrey en Sobreviviendo a la esquizofrenia, pp. 115-116).<br />

En ese libro, el Dr. Torrey conce<strong>de</strong> que es imposible <strong>de</strong>finir lo que la esquizofrenia es: “Se han establecido<br />

las <strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la humanidad... En casi todas existe algo que pue<strong>de</strong><br />

verse o medirse, y esto pue<strong>de</strong> usarse para <strong>de</strong>finir la enfermedad y separarla <strong>de</strong> los estados <strong>de</strong> salud. ¡Pero no<br />

con la esquizofrenia! Hasta la fecha no tenemos tal cosa que pueda medirse o <strong>de</strong> la que podamos <strong>de</strong>cir:<br />

efectivamente, esto es la esquizofrenia. Por lo mismo, la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> esa enfermedad es fuente <strong>de</strong> gran<br />

confusión y <strong>de</strong>bate” (p. 73). Lo que en lo personal me intriga es cómo reconciliar esta <strong>de</strong>claración con otra <strong>de</strong>l<br />

Dr. Torrey en el mismo libro, misma que cité arriba y que completaré a continuación: “La esquizofrenia es una<br />

enfermedad <strong>de</strong>l cerebro, ahora <strong>de</strong>finitivamente conocida como tal. Es una verda<strong>de</strong>ra entidad científica o<br />

biológica como la diabetes, la esclerosis múltiple y el cáncer son entida<strong>de</strong>s científicas y biológicas” (p. 5). Pero<br />

¿cómo pue<strong>de</strong> saberse que la esquizofrenia sea una enfermedad cerebral cuando no sabemos lo que la<br />

esquizofrenia es?

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