JAVIER TUSELL - Prisa Revistas
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lobales y locales ya somos todos y<br />
es todo. Puede que sea una nueva<br />
realidad, pero como mínimo es<br />
una nueva referencia. Como la que propuso<br />
Isaiah Berlin para distinguir a los escritores<br />
y pensadores, a los seres humanos en<br />
general, entre erizos y zorros. “Muchas cosas<br />
sabe el zorro, mas una sola y grande sabe<br />
el erizo”, decía aquel fragmento recuperado<br />
de uno de los poemas más antiguos<br />
que se han podido conocer, del griego Arquíloco1<br />
G<br />
. El sentido del poema bien podía<br />
haber sido el premio a la perfección o el<br />
triunfo de la especialización o muchas<br />
otras interpretaciones, pero Berlin escogió<br />
el de la contraposición entre quienes “lo<br />
relacionan todo a una sola visión central”<br />
(es decir, los erizos) y “aquellos que persiguen<br />
muchos fines” (los zorros). Erizos y<br />
zorros han contrapuesto su visión del<br />
mundo, como Dante y Shakespeare, como<br />
Dostoievski y Pushkin. Al llegar el final<br />
del milenio, la tecnología nos permite<br />
abordar el mundo en su conjunto, que era<br />
la meta del Renacimiento. Ahora podemos<br />
aspirar a ver globalmente desde posiciones<br />
locales. Todos erizos, todos zorros.<br />
A ese fenómeno viejo y nuevo de<br />
abordar la vida social en un solo conjunto,<br />
“en un solo mundo”, le hemos empezado<br />
a llamar globalización, mundialización.<br />
Vamos a considerarlos sinónimos para no<br />
añadir discusiones a la principal. La globalización<br />
se presenta como un fenómeno de<br />
interés para analizar por sí mismo. Algunos<br />
piensan que siempre hubo globalización;<br />
otros lo abordan solamente como<br />
hecho reciente, casi convertido en marca<br />
cultural. Pero la globalización se contem-<br />
1 “Poll’ oido allóopex all’ekhínos hén méga”,<br />
fragmento 201 de Arquíloco en M. L. West<br />
(comp.), Iambi et Elegi Graeci, vol. I (Oxford,<br />
1971). Citado de este modo por Isaiah Berlin. “El<br />
erizo y el zorro”, en Pensadores rusos, Fondo de<br />
Cultura Económica, México-Madrid, 1992.<br />
GLOBALES,<br />
LOCALES Y PERDIDOS<br />
JACINTO PÉREZ IRIARTE<br />
pla también como un fenómeno transversal<br />
a todos los demás, a los que afecta de<br />
tal modo que los amplía y acelera hasta<br />
generar en muchos de ellos cambios de índole<br />
cualitativa. Se habla de globalización<br />
no sólo del mercado de bienes y servicios,<br />
sino de la cultura y de los comportamientos<br />
humanos, de las formas de organizar la<br />
vida pública y las instituciones, también<br />
de la educación y de la delincuencia, de<br />
los modelos a imitar o a repeler; es decir,<br />
no sólo de las cosas materiales, sino también<br />
de los contenidos del pensamiento y<br />
de los valores.<br />
Cualquier cosa que sea y cualquiera<br />
que sea su importancia, la globalización es<br />
el tópico que configura las ilusiones y las<br />
inquietudes de nuestro tiempo, el catalizador<br />
de nuestros debates principales: Estado<br />
vs. Mercado; Aperturismo vs. Proteccionismo;<br />
Universalismo vs. Restriccionismo;<br />
Ideologías vs. Civilizaciones;<br />
Capitalismo vs. Socialismo; Capitalismo<br />
americano vs. Capitalismo europeo; Liberalismo<br />
vs. Conservadurismo; Neoliberalismo<br />
vs. Socialdemocracia; Democracia<br />
liberal vs. Democracia vigilada; Liberalismo<br />
vs. Comunitarismo; Orden vs. Desorden;<br />
Modernidad vs. Posmodernidad; incluso<br />
el debate clásico Derecha vs. Izquierda.<br />
Haremos un recorrido para recoger<br />
muestras por algunos de esos mares, con el<br />
modesto objetivo del reportaje de ideas,<br />
aceptando la condición de perdidos en este<br />
laberinto.<br />
1. El riesgo de hacer del mundo<br />
la escala del mercado no es otro que el<br />
de quedarse a medias en la operación.<br />
Básicamente, la globalización consiste en<br />
elevar la escala del mercado hasta el máximo<br />
total del mundo (y ahí sí que puede<br />
haber, si no un “final”, sí un “techo provisional”<br />
de la historia), lo que implica el<br />
correspondiente cambio de escala en el comercio,<br />
en la producción y en las finanzas.<br />
La definición “oficial” que da el Fondo<br />
Monetario Internacional de la globalización<br />
es “la interdependencia económica<br />
creciente del conjunto de los países del<br />
mundo, provocada por el aumento del volumen<br />
y de la variedad de las transacciones<br />
interfronterizas de bienes y servicios,<br />
así como de los flujos internacionales de<br />
capitales, al mismo tiempo que por la difusión<br />
acelerada y generalizada de la tecnología”<br />
2 . En ese recorrido es muy posible<br />
que parte de los humanos nos hayamos<br />
pillado los dedos, al ser, como ciudadanos,<br />
impulsores de un proceso que también<br />
nos ha castigado con sus perversiones.<br />
Efectivamente, durante los años setenta y<br />
ochenta los europeos, más que ninguna<br />
otra región planetaria, emprendimos un<br />
proceso de integración de mercado verdaderamente<br />
decidido, cualquiera que fuese<br />
el acercamiento o alejamiento hacia la<br />
utopía europea en otro tiempo definida<br />
por los “padres” Monet o Schumann. El<br />
club europeo inicial pasó en tres décadas<br />
de 6 a 15 miembros, abriendo sus puertas<br />
en los noventa al ingreso de países de la<br />
Europa del Este, aunque no todavía de<br />
países no cristianos (Turquía), un error<br />
que, por el momento, confirma la tesis de<br />
Samuel Huntington sobre el “choque de<br />
civilizaciones” que sucede al clásico de las<br />
ideologías 3 .<br />
En Europa, la integración era y es aún<br />
bastante más que una apuesta estratégica<br />
comercial. Para quienes, como España, llevaban<br />
hambre atrasada de modernidad,<br />
estaba muy claro el signo positivo que suponía<br />
todo aumento de escala. Entrábamos<br />
en el mundo y aceptábamos con ma-<br />
2 Fond Monetaire International, Les Perspectives<br />
de l’economie mondiale, Washington, mayo<br />
1997. 3 Samuel P. Huntington, El choque de civilizaciones<br />
y la reconfiguración del orden mundial, Paidós,<br />
Barcelona-Buenos Aires, 1997.<br />
24 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA n Nº 85