JAVIER TUSELL - Prisa Revistas

1. Introducción
El objeto de este artículo 1 es
mostrar el carácter del pensamiento
de Tocqueville, desnudar,
por así decirlo, el sustrato
del modo en que aborda la vida.
Se trata, por tanto, de elucidar la
manera en que este autor efectúa,
tal como diríamos hoy, una
narrativa acerca de esa vida. El
hecho de poder acceder a su correspondencia
resulta aquí particularmente
relevante, pues nos
facilita el contacto con la forma
íntima de ese pensamiento.
Es lícito suponer una mayor
desatención hacia los aspectos
formales de la descripción y un
mayor grado de espontaneidad
en lo que un hombre meticuloso
como Tocqueville escribe a sus
más entrañables amigos y confidentes.
Así lo reconoce de manera
explícita y genérica el propio
Alexis en una carta a Charles
Stoffels escrita el 21 de abril de
1830 2 :
En general, mi querido
Charles, no debéis
imaginaros que, cuando
discuto con vos, haya tenido
siempre la precaución
de madurar las ideas
1 Este artículo ha sido realizado en
la Universidad de Yale, en cuya Beinecke
Rare Book and Manuscript Library
se conservan los originales de las
cartas que aquí se citan. Agradezco al
profesor Eduardo Nolla su valiosa ayuda
y orientación a la hora de planear las
consultas, así como al encargado general
de dicha biblioteca, el señor Vincent
Giroud, por su apoyo práctico en
la abrumadora inmensidad del material
que la biblioteca custodia.
2 Salvo indicación en contrario, el
material revisado aquí pertenece al catálogo
general, manuscritos de Tocqueville,
MS Vault Tocqueville, sección A.III:
Tocqueville-Beaumont Correspondence
1803-1830, de la citada biblioteca. Todas
las traducciones son mías.
Nº 85 n CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA
FILOSOFÍA DE LA HISTORIA
TOCQUEVILLE INÉDITO
Tocqueville
que adelanto. Me haríais
en realidad un honor que
no merezco en absoluto.
No creo que deba conversarse
con amigos tal como se
habla en público. Agitar
el espíritu, despertar el deseo
de reflexionar, plantear
al paso cuestiones que la
reflexión vendrá a elaborar,
tal es según mi parecer
el objetivo de la conversación;
y jamás he tenido otro
distinto con vos. No toméis,
pues, nunca, os lo ruego,
al pie de la letra y sobre
todo por definitivas
opiniones sobre las que
no he de volver y que lanzo
a menudo más como
texto que como resultado
de una reflexión 3 .
Es justamente esta despreocupación,
esa “agitación del espíritu”
que la “reflexión” aún no ha
TOMÁS FERNÁNDEZ AÚZ
llegado a “elaborar” con perfecta
completud lo que aquí nos interesa,
ya que esta cualidad nos sitúa
de hecho ante el núcleo conceptual
de Tocqueville, despojado
de todo artificio y hasta de
premeditación. Este “núcleo” o
epicentro motor del orden de las
ideas en Tocqueville, no por
inadvertido es menos responsable
de cualquier argumentación
suya. En particular, lo que la escritura
relajada de su correspondencia
revela es el punto de par-
3 Carta de Tocqueville a Charles
Stoffels, Versalles, 21 de abril de 1830,
Beinecke Library, catálogo general, manuscritos
de Tocqueville, MS Vault
Tocqueville, sección A.VII: Tocqueville-Beaumont
Correspondence 1830-
1831. Las cursivas son mías. Esta carta
es inédita. La comisión Tocqueville
prepara su publicación en un futuro.
Debo a la profesora Françoise Mélonio
del Centro Raymond Aron de París
esta amable indicación.
tida sobre el que se elaborarán
después las formas destinadas a
la consideración pública y que,
por ello mismo, han sido objeto
de una redacción realizada con
mayor detenimiento. Es este texto
lanzado al vuelo con escaso
cálculo lo que va a permitirnos
contrarrestar la idea de un historia
reducida a poco más que el
pre-texto de algún particular contexto.
En estas cartas se puede apreciar,
pues, la evolución y condiciones
del pensamiento de Tocqueville,
el valor y peso que los
elementos existenciales poseen
respecto de la configuración de
un punto de vista moderno sobre
el mundo. Con su natural
ausencia de inhibición, estos documentos
mostrarán la raíz explícita
de la insoslayable encarnación
con que ha de bregar la
filosofía de la historia contemporánea.
Pero a diferencia de lo
que prevén los múltiples abogados
del actual escepticismo, tanto
en estos escritos de juventud,
anteriores a la redacción de De la
democracia en América, como en
los que seguirán después, referentes
al viaje por América, a la
elaboración de la obra que le dará
fama universal y a la amistad
de madurez que mantendrá con
Beaumont tras los éxitos de
1840, encontraremos los indicios
que nos permitirán vertebrar
la posibilidad de una filosofía
de la historia o, lo que es lo
mismo, de una narración significante
de la evolución política y
social, a pesar de la aparente incapacidad
en que nos hallamos
para señalar la presencia efectiva
de un sujeto transhistórico. En
otras palabras, y se trata aquí de
un asunto de capital importancia,
la aceptación de la necesi-
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