JAVIER TUSELL - Prisa Revistas
JAVIER TUSELL - Prisa Revistas
JAVIER TUSELL - Prisa Revistas
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
GLOBALES, LOCALES Y PERDIDOS<br />
Instituto Tecnológico de Massachusetts<br />
(MIT):<br />
“Por primera vez en la historia<br />
del hombre, cualquier cosa puede<br />
ser producida en cualquier parte<br />
y vendida en todas partes. En las<br />
economías capitalistas eso significa:<br />
fabricar cada componente y realizar<br />
cada actividad en el lugar del globo<br />
en que pueda hacerse más barato<br />
y vender los productos o servicios<br />
resultantes dondequiera que<br />
los precios y los beneficios sean<br />
los más altos. Minimizar los<br />
costes y maximizar los ingresos<br />
es de lo que trata el capitalismo,<br />
la maximización de los beneficios.<br />
El apego sentimental a algún<br />
lugar geográfico del mundo no<br />
forma parte del sistema” 7 .<br />
Pero lo cierto es que el comercio exterior<br />
no acaba de cubrir las expectativas<br />
predicadas y viene cerrando en el mundo<br />
espacios regionales, todavía no globales, lo<br />
que puede generar perversiones contra el<br />
mismísimo proceso de globalización.<br />
¿Qué tenemos? ¿Un gran mercado mundial<br />
o tres grandes bloques regionales, el<br />
americano, el asiático y el europeo, con<br />
independencia de la mayor o menor madurez<br />
de sus respectivos procesos de integración<br />
regional? ¿Estamos globalizando<br />
el mercado del mundo o el de los países<br />
de la OCDE? Si la globalización queda en<br />
regionalización, no sólo se reduce la escala,<br />
sino que también se pervierte claramente<br />
el proceso. Krugman señala como<br />
consecuencias de esa regionalización las<br />
guerras comerciales, nocivas para todos<br />
los contendientes, y el empobrecimiento<br />
de terceros países 8 . Pero el estudio llevado<br />
a cabo por Hirst y Thomson 9 sostiene<br />
que “más que una globalización, lo que<br />
hay es una regionalización del comercio y<br />
de las inversiones, dentro de un sistema<br />
productivo en que la mayoría de las ventas<br />
de las empresas multinacionales tienen<br />
lugar en el país o región económica en<br />
que tales empresas están ubicadas y tienen<br />
sus centrales”. De ahí que Navarro prefiera<br />
llamar a esas multinacionales simplemente<br />
“transnacionales” y que nos haga<br />
7 Lester C. Thurow, El futuro del capitalismo,<br />
pág. 119, Ariel, Barcelona, 1996.<br />
8 Citado por Chantal Buhour, op. cit., pág.<br />
188.<br />
9 P. Hirst y G. Thomson, Globalization in<br />
Question, Polity Press, 1996, citado por Viçens<br />
Navarro en “¿Es la globalización económica y la<br />
tecnologización del trabajo la causa del paro? La<br />
importancia de lo político”, en Sistema, 139, pág.<br />
20, Madrid, julio 1997.<br />
ver a todos en las instituciones políticas de<br />
los países de la OCDE el sorprendente espectáculo<br />
de<br />
“la gran movilización de grupos<br />
empresariales, tanto financieros<br />
como industriales, y de servicios<br />
para influenciar las intervenciones<br />
de aquellos Gobiernos, situación<br />
que no tendría por qué darse<br />
si la tal supuesta globalización<br />
hubiera diluido o disminuido<br />
la influencia del espacio político<br />
y la importancia de los Estados” 10 .<br />
El espectáculo que describe Viçens<br />
Navarro se contempla bien en las “embajadas<br />
de gestión”, es decir, en aquellas que<br />
han substituido el recepcionismo diplomático<br />
por la relación business to business.<br />
Los nuevos diplomáticos de los países<br />
avanzados representan los intereses de los<br />
respectivos entramados empresariales nacionales;<br />
y su eficiencia es celebrada obviamente<br />
por los modernos ciudadanosaccionistas<br />
de los países exportadores de<br />
inversión, de tal modo que bien podría<br />
decirse que los antiguos conquistadores de<br />
territorios son hoy conquistadores de mercados.<br />
Ellos, los nuevos diplomáticos, conocen<br />
perfectamente las realidades locales<br />
de los lugares en los que se hallan destacados:<br />
su estabilidad, los costes de instalación<br />
y de mano de obra, el marco fiscal, la<br />
posición de la competencia, los nichos de<br />
corrupción y todo cuanto hay que saber<br />
para preparar el terreno a los gestores que<br />
acabarán decidiendo una inversión ventajosa,<br />
también para el país que la recibe,<br />
cuyo Gobierno ha de desarrollar su acción<br />
política en el marco de dependencia que<br />
su posición en el mundo le impone. No<br />
obstante, esto no es globalización, no es la<br />
conformación de un solo mercado en el<br />
mundo, sino la explosión caótica (o, mejor,<br />
la actuación ordenada estratégicamente<br />
de acuerdo con intereses no globales) de<br />
unidades regionales de interés comercial y<br />
financiero perfectamente abanderadas que<br />
operan en una escala mayor, pero deforman<br />
el mercado mundial, al que convierten<br />
en una ficción, en algo discontinuo y<br />
generador de inestabilidad. Como señala<br />
Castells, “la globalización afecta a todo el<br />
planeta, pero no todo el planeta está incluido<br />
en el sistema global. En realidad, la<br />
mayor parte de la gente no lo está: se conecta<br />
globalmente aquello a lo que se da<br />
valor y se desconecta lo que no interesa” 11 .<br />
10 Viçens Navarro, art. cit., pág. 15.<br />
11 Manuel Castells, “La insidiosa globalización”,<br />
El País, 29-7-1997, pág. 9.<br />
El primer gran riesgo de la globalización<br />
es, simplemente, el de no hacerla.<br />
2. En un mar de insultos,<br />
los intelectuales despiden finalmente<br />
la modernidad agitando el pañuelo<br />
de la globalización.<br />
Por insidiosa que nos parezca la globalización,<br />
hay que sentar lo obvio por mera<br />
precaución: la globalización no es ni buena<br />
ni mala. Sus adversarios suelen serlo<br />
más bien del liberalismo, o del neoliberalismo,<br />
o del capitalismo, o de cualquiera<br />
de los demás “ismos” malvados. Que la<br />
internacionalización de la economía se haga<br />
desde unas posiciones u otras, con un<br />
tipo de consecuencias u otras, eso sí es<br />
susceptible de diferenciación de contenido,<br />
pero no el proceso en sí mismo. A no<br />
ser que se rechace gratuitamente cualquier<br />
modelo económico de mercado.<br />
El recurso de algunos autores, como<br />
Alain Touraine 12 , de distinguir entre globalización<br />
y mundialización es seguido<br />
por otros, particularmente en la izquierda,<br />
que destinan el vocablo globalización para<br />
lo “nefasto” del proceso y el vocablo mundialización<br />
para la tendencia que marca la<br />
historia. La distinción tiene interés metodológico,<br />
pero conlleva el riesgo de condenar<br />
injustamente a “globalizadores bienintencionados”.<br />
No era esa distinción semántica<br />
la causa de la pelea –limpia, pero<br />
agria– que sostuvieron los editorialistas<br />
del Financial Times y Le Monde Diplomatique,<br />
cuando fueron convocados a un encuentro<br />
por Howard Machin, director del<br />
Instituto Europeo de la London School of<br />
Economics 13 . La palabra globalización ha<br />
llegado a la calle notablemente cargada de<br />
electricidad. A los del Financial Times les<br />
parece que la globalización es lo mejor<br />
que le ha pasado al mundo después de la<br />
guerra y tachan de profundamente inmorales<br />
las posiciones contrarias. Sus adversarios<br />
de Le Monde Diplomatique no dudan<br />
en denunciar a sus colegas del diario<br />
financiero más influyente de Europa, calificando<br />
de totalitaria su supuesta ortodo-<br />
12 Conferencia dada en Barcelona a mediados<br />
de 1996; citado por Joaquín Estefanía en La nueva<br />
economía. La globalización, pág. 14, Debate, Madrid,<br />
1996.<br />
13 Jacinto Pérez Iriarte, “Las peleas locales de<br />
la globalización”, Expansión, pág. 38, 5-1-1998.<br />
Las intervenciones del debate mantenido el 7 de<br />
mayo de 1997 en Londres pueden encontrarse en<br />
Le Monde Diplomatique de junio de 1997. Se trata<br />
de las comunicaciones de Martin Wolf, Peter Martin<br />
y Guy de Jonquières, por parte de Financial<br />
Times, y de Bernard Cassen, Serge Halimi y Riccardo<br />
Petrella, por Le Monde Diplomatique.<br />
26 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA n Nº 85