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JAVIER TUSELL - Prisa Revistas

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GLOBALES, LOCALES Y PERDIDOS<br />

miento histórico del espacio de los flujos,<br />

superando el significado del espacio de lugares”<br />

40 . La sociedad-red la percibimos sólo<br />

como un juego que creemos empezar a<br />

comprender porque ya manejamos su jerga.<br />

En todo caso, su desarrollo se escapa<br />

de las manos, como un fluido, de quienes<br />

quieren controlarla férreamente, lo que le<br />

convierte en fenómeno democrático e incluso<br />

subversivo (ya han surgido los primeros<br />

“ciberácratas”); pero también la red<br />

abre un capítulo nuevo de la exclusión social.<br />

¿Estar en Internet? ¿Y para qué querrían<br />

tantos millones de excluidos de<br />

nuestras sociedades acceder a la red?<br />

Cabe, sin embargo, la posibilidad de<br />

confundir los procesos de globalización<br />

con los de marginación de quienes aparentemente<br />

no tienen más horizonte en<br />

sus vidas que el meramente local. La globalización,<br />

en términos culturales, consiste<br />

en la conciencia creciente de vivir en un<br />

solo mundo. No es tanto una cuestión de<br />

conocimiento del mundo mediante educación<br />

y viajes (que pueden ser, sí, datos<br />

de potenciación del proceso), o de conocimiento<br />

de idiomas. Tampoco depende del<br />

tamaño de la ciudad o núcleo urbano en<br />

el que se vive. Ni siquiera es una cuestión<br />

de horizonte. En el sistema educativo de la<br />

ciudad de Los Ángeles se manejan 81<br />

idiomas 41 , pero la globalización responde<br />

a los mismos mecanismos que en Madrid,<br />

en Barcelona o en Bilbao, pese a la complejidad<br />

con que los podamos vivir. Si hay<br />

algún “espíritu de la globalización”, no se<br />

halla necesariamente en Wall Street, la<br />

City londinense o el nuevo Berlín de los<br />

negocios del año 2000; o se halla tanto<br />

como en los recitativos rap del Bronx, las<br />

pinturas callejeras de Billancourt en el cinturón<br />

parisino o las tiendas arco-iris del<br />

barrio gay de Chueca en Madrid. Precisamente<br />

es en el límite donde conviven el<br />

conflicto y la expresión, la delincuencia y<br />

la solidaridad, la mirada corta de la super-<br />

Hall) y La ciudad informacional. Tecnologías de la<br />

información, reestructuración económica y el proceso<br />

urbano regional, publicadas ambas por Alianza Editorial.<br />

Finalmente, Castells ha publicado la “summa”<br />

en tres volúmenes, bajo el título general “La<br />

era de la información”, también en Alianza Editorial,<br />

entre 1997 y 1998. Vol. 1: “La sociedad red”.<br />

Vol. 2: “El poder de la identidad”. Vol. 3: “Fin de<br />

milenio”. La obra de Castells, publicada antes en<br />

inglés por Blackweel Inc., Cambridge, ha sido<br />

comparada por el riguroso Giddens con la Economía<br />

y sociedad, de Max Weber.<br />

40 Castells, La ciudad informacional..., pág.<br />

483.<br />

41 “New Perspectives Quaterly”. Entrevista<br />

con Ryzsard Kapuscinsky. “La raza cósmica en Estados<br />

Unidos”, en Fin de siglo, McGraw Hill, pág.<br />

148, México D.F., 1996.<br />

vivencia y la más absoluta posesión del<br />

mundo. The Economist se pregunta: “Si la<br />

cultura es local, ¿por qué la industria de<br />

los medios de información y de entretenimiento<br />

son crecientemente globales?” 42 .<br />

Bien, es evidente que hay una lógica del<br />

mercado en ese fenómeno, pero también<br />

hay que ver el enriquecimiento que para<br />

las culturas globales supone la toma de<br />

conciencia de vivir, con los demás, en un<br />

solo mundo. La inquietud por la invasión<br />

de una world culture contra nuestras señas<br />

de identidad, como si se nos fuera a robar<br />

el alma por parte de un invasor, no tiene<br />

ni la gravedad ni siquiera la justificación<br />

que se le da. Hay una cultura global, efectivamente,<br />

que es la que ha permitido la<br />

expansión de la tecnología (y no lo contrario,<br />

al menos en un primer momento),<br />

pero no se ha hecho necesariamente contra<br />

las culturas locales.<br />

“Lo que hay que resaltar aquí<br />

no es el hecho de que la gente<br />

sepa de muchos acontecimientos<br />

que tienen lugar en todo<br />

el mundo, acontecimientos<br />

de los que antes hubiera<br />

permanecido ignorante. Lo<br />

verdaderamente importante<br />

es que la extensión global de<br />

las instituciones de la modernidad<br />

hubiera sido imposible si no<br />

se hubiera aunado el<br />

conocimiento que está<br />

representado por las noticias” 43 .<br />

Después de tantos años de planificaciones<br />

bien y mal hechas, los políticos parecen<br />

estar volviendo al concepto de vertebración;<br />

y lo están haciendo a partir de<br />

la organización de los espacios (urbanismo),<br />

de los flujos (telecomunicaciones) y<br />

del trabajo social de adaptar a los humanos<br />

a tales espacios y flujos nuevos (educación).<br />

Las sociedades resisten las tensiones<br />

si disponen de un esqueleto que las<br />

sujete; y los nuevos “vertebradores” proponen<br />

o, al menos, buscan novedades en<br />

su programación política a partir de reordenaciones<br />

de territorio y revoluciones<br />

42 The Economist, November, 29, pag. 91,<br />

1997. Se trata de la séptima entrega de una serie de<br />

school briefs de indudable valor didáctico. Los artículos,<br />

fechas de aparición en el semanario y números<br />

respectivos de página son: 1º “One world?”<br />

(18-10-1997, pág. 102). 2º “Capital goes global”<br />

(25-10-1997, pág. 99). 3º “Workers of the world”<br />

(1-11-1997, pág. 97). 4º ”Trade winds” (8-11-<br />

1997, pág. 99). 5º “Delivering the goods” (15-11-<br />

1997, pág. 89). 6º “Worldbeater, Inc.” (22-11-<br />

1997, pág. 108). 7º “A world view” (29-11-1997,<br />

pág. 91).<br />

43 Giddens, Consecuencias..., pág. 79.<br />

educativas que no sean incompatibles con<br />

la batalla crónica por el empleo. Si una<br />

sociedad determinada está conformada<br />

por satisfechos e insatisfechos, por usar las<br />

palabras de Galbraith 44 , precisa que un<br />

sector numéricamente razonable de “satisfechos”<br />

sea capaz de arrostrar la carga de<br />

otro sector numéricamente soportable de<br />

“insatisfechos”. Los procesos de globalización<br />

añaden libertad y prosperidad a millones<br />

de personas, al mismo tiempo que<br />

descalabran a otras tantas, lo que permite<br />

suponer que es preciso abordar las relaciones<br />

internacionales de otra manera 45 .<br />

Todo desde Wallas hasta Castells es<br />

globalización, aunque éste lo desagrupe<br />

en tres macroprocesos entrelazados: la<br />

globalización económica, la informacionalización<br />

y la difusión urbana. En el desarrollo<br />

de esa ciudad informacional está<br />

la globalización y la localización, en una<br />

relación necesariamente complementaria<br />

tanto para que el mundo funcione como<br />

para que sus ciudadanos no queden abocados<br />

al suicidio. ¿Cómo sería ese “mundo<br />

sin ciudades” hacia el que podríamos<br />

evolucionar? Sería<br />

“un mundo organizado en torno<br />

a grandes aglomeraciones difusas<br />

de funciones económicas y<br />

asentamientos humanos diseminados<br />

a lo largo de vías de transporte,<br />

con zonas semirrurales<br />

intersticiales,… Lo global podría<br />

organizarse en torno a centros<br />

direccionales, tecnológicos<br />

y residenciales de élite conectados<br />

entre sí por comunicaciones de<br />

larga distancia y redes electrónicas,<br />

mientras que la población podría<br />

individualizar su hábitat en la<br />

difusión urbana descrita, o agruparse<br />

en comunidades defensivas<br />

de ideología casi tribal para asegurar<br />

su supervivencia en un mundo<br />

estructurado globalmente en su<br />

centro y desestructurado localmente<br />

en múltiples periferias” 46 .<br />

Un mundo así, o parecido, que ges-<br />

44 John Kenneth Galbraith, La cultura de la<br />

satisfacción, Ariel, Barcelona, 1992.<br />

45 De entre los trabajos recientes de gran interés<br />

relativos a la incidencia de la globalización en<br />

las relaciones internacionales podemos señalar tres:<br />

Strobe Talbott, “Globalization and Diplomacy”,<br />

en Foreign Policy,. 108, pág. 69, otoño, 1997.<br />

Wolfgang H. Reinicke, “Global Public Policy”, en<br />

Foreign Affairs, pág. 127, November-December,<br />

1997. Fred Halliday, “Gobernabilidad global:<br />

perspectivas y problemas”, en Revista Internacional<br />

de Filosofía Política, 9, pág. 23, junio, 1997.<br />

46 Borja y Castells, Lo local..., pág. 13.<br />

30 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA n Nº 85

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