13.05.2013 Views

(Ripley 01) El talento de Mr. Ripley (a pleno Sol)(c.1)

(Ripley 01) El talento de Mr. Ripley (a pleno Sol)(c.1)

(Ripley 01) El talento de Mr. Ripley (a pleno Sol)(c.1)

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

23<br />

Venecia<br />

28 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 19...<br />

Apreciado míster Greenleaf:<br />

He creído que en estas circunstancias no se tomaría usted a mal que le escriba para darle cuanta información personal tengo sobre Richard, ya<br />

que yo, según parece, soy una <strong>de</strong> las últimas personas que le vieron.<br />

Fue en Roma, sobre el dos <strong>de</strong> febrero y en el Hotel Inghilterra. Como usted sabe, eso fue solamente dos o tres días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong><br />

Freddie Miles. Encontré a Dickie muy trastornado y nervioso. Dijo que pensaba irse a Palermo tan pronto como la policía <strong>de</strong>jara <strong>de</strong> interrogarle sobre<br />

la muerte <strong>de</strong> Freddie, y parecía ansioso por marcharse, lo cual es muy comprensible. Pero quería <strong>de</strong>cirle a usted que <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> todo se advertían<br />

síntomas <strong>de</strong> <strong>de</strong>presión, síntomas que me causaron una preocupación mucho más fuerte que el nerviosismo que visiblemente se había adueñado <strong>de</strong> él.<br />

Me dio la impresión <strong>de</strong> que, iba a hacer algo violento... tal vez contra sí mismo. Supe también que no quería volver a ver a su amiga Marjorie<br />

Sherwood, y me dijo que trataría <strong>de</strong> evitar encontrársela si ella iba a verle <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Mongibello al enterarse <strong>de</strong>l asunto Miles. Procuré convencerle <strong>de</strong> que<br />

la viese. Ignoro si lo hizo. Marge posee la virtud <strong>de</strong> calmar a la gente, como tal vez usted ya sabe.<br />

Bueno, lo que estoy tratando <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirle es que sospecho que Richard se haya suicidado. En el momento <strong>de</strong> escribirle la presente, no ha sido<br />

encontrado y, naturalmente, confío en que lo sea antes <strong>de</strong> que lea usted esto. Huelga <strong>de</strong>cir que no me cabe ninguna duda <strong>de</strong> que Richard no tuvo nada<br />

que ver, directa o indirectamente, con la muerte <strong>de</strong> Freddie, pero temo que el shock que le produjo la noticia y los subsiguientes interrogatorios le<br />

trastornaron profundamente. Sé que esta carta va a entristecerle y, créame, lamento tener que escribírsela. Pue<strong>de</strong> que no fuese necesario y que Dickie<br />

esté simplemente oculto esperando que las cosas se calmen, cosa que, conociendo su temperamento, resulta comprensible también. Pero a medida que<br />

va pasando el tiempo, siento que aumenta mi preocupación. Pensé que era mi <strong>de</strong>ber escribirle para hacerle saber...<br />

Munich<br />

3 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 19...<br />

Apreciado Tom:<br />

Gracias por tu carta. Fue muy amable <strong>de</strong> tu parte. He contestado a la policía por escrito y uno <strong>de</strong> ellos vino a verme. No pasaré por Venecia,<br />

pero, <strong>de</strong> todos modos, te agra<strong>de</strong>zco la invitación. Salgo para Roma pasado mañana, a fin <strong>de</strong> reunirme con el padre <strong>de</strong> Dickie, que llegará por vía<br />

aérea. Sí, estoy <strong>de</strong> acuerdo contigo en que hiciste bien en escribirle.<br />

Me siento tan abrumada por todo esto que me parece que me ha dado algo parecido a la fiebre <strong>de</strong> Malta o, si lo prefieres, lo que los alemanes<br />

llaman Foehn, pero con un virus <strong>de</strong> más para acabar <strong>de</strong> arreglarlo. Me ha sido literalmente imposible levantarme durante cuatro días, <strong>de</strong> lo contrario<br />

hubiese ido a Roma antes. Te ruego, pues, que disculpes la incoherencia <strong>de</strong> estas líneas, que no son más que una pobre respuesta a tu amable carta.<br />

Pero necesitaba <strong>de</strong>cirte que no estoy conforme en lo <strong>de</strong>l posible suicidio <strong>de</strong> Dickie. Simplemente, no sería propio <strong>de</strong> él, aunque sé que vas a <strong>de</strong>cirme<br />

que nunca se notan las intenciones <strong>de</strong>l futuro suicida, etcétera. No, cualquier cosa menos ésta, en el caso <strong>de</strong> Dickie. Pue<strong>de</strong> que le asesinaran en alguna<br />

calleja <strong>de</strong> Nápoles... incluso <strong>de</strong> Roma, porque quién sabe si llegó a Roma o no al salir <strong>de</strong> Sicilia. También creo en la posibilidad <strong>de</strong> que se metiera en<br />

algún lío y ahora esté simplemente escondido. Creo que ésta es la verdad.<br />

Me alegra que pienses que lo <strong>de</strong> las falsificaciones es una equivocación (por parte <strong>de</strong>l banco, entién<strong>de</strong>me). Soy <strong>de</strong>l mismo parecer. Dickie ha<br />

cambiado tanto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> noviembre que nada me extrañaría que se notase hasta en su letra. Esperemos que se sepa algo <strong>de</strong> aquí a que recibas mi carta.<br />

He recibido un telegrama <strong>de</strong> míster Greenleaf citándome en Roma... así que será mejor que reserve mis energías para ese mal trago.<br />

Me alegra saber cuál es tu dirección por fin. Gracias otra vez por tu carta, tus consejos y tu invitación. Marge<br />

P.D. Me olvidaba <strong>de</strong> la buena noticia. ¡Hay un editor interesado por Mongibello! Dice que antes <strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> un contrato quiere examinar el<br />

libro, pero ¡es un buen indicio! ¡Ahora sólo me falta terminarlo!<br />

M.<br />

La carta indicaba bastante a las claras que Marge estaba <strong>de</strong>cidida a mantenerse en buenas relaciones con Tom y que, probablemente, su actitud hacia él también<br />

había cambiado en lo que se refería a la policía.<br />

La prensa italiana estaba levantando un gran revuelo en torno a la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> Dickie. De algún modo, tal vez a través <strong>de</strong> Marge, se las habían arreglado para<br />

conseguir algunas fotos. En Epoca las había <strong>de</strong> Dickie navegando en su velero, y en las <strong>de</strong> Oggi Dickie aparecía tomando el sol en la playa y el aperitivo en el bar <strong>de</strong><br />

Giorgio; en otra foto Freddie estaba con Marge (que, según la revista, mantenía relaciones sentimentales con ambos, il sparito Dickie y il assassinato Freddie),<br />

sonrientes y en actitud cariñosa los dos; incluso habían publicado una foto <strong>de</strong>l padre <strong>de</strong> Dickie en la que míster Greenleaf salía con la expresión circunspecta <strong>de</strong> un<br />

hombre <strong>de</strong> negocios. La dirección <strong>de</strong> Marge en Munich la había encontrado Tom en un periódico. Oggi llevaba dos semanas publicando una especie <strong>de</strong> biografía<br />

novelada <strong>de</strong> Dickie según la cual el muchacho había <strong>de</strong>stacado por su carácter «rebel<strong>de</strong>» durante sus años <strong>de</strong> estudiante. Su vida social en los Estados Unidos y su<br />

huida a Europa en pos <strong>de</strong>l arte aparecían tan adornadas que daba la impresión <strong>de</strong> que estuvieran refiriéndose a una combinación <strong>de</strong> Errol Flynn y Paul Gauguin. Los<br />

semanarios ilustrados daban siempre los últimos informes facilitados por la policía, informes que prácticamente no <strong>de</strong>cían nada, hinchados por la imaginación <strong>de</strong>l<br />

periodista <strong>de</strong> turno. Una <strong>de</strong> las hipótesis favoritas era la <strong>de</strong> que se había escapado con otra muchacha, posible autora <strong>de</strong> las falsificaciones, y que se lo estaba pasando<br />

en gran<strong>de</strong>, <strong>de</strong> incógnito, en Tahití, en México o en algún país sudamericano. La policía seguía rastreando en Roma, Nápoles y París. No había ninguna pista sobre el<br />

asesino <strong>de</strong> Freddie Miles, ni se <strong>de</strong>cía nada sobre el hecho <strong>de</strong> que se hubiese visto a Dickie Greenleaf transportando el cuerpo <strong>de</strong> Freddie Miles, o viceversa, en las<br />

cercanías <strong>de</strong> don<strong>de</strong> vivía el primero. A Tom le intrigó que se ocultase aquello a la prensa, y supuso que lo hacían para evitar una <strong>de</strong>nuncia por difamación por parte <strong>de</strong><br />

Dickie. Le agradó que se refiriesen a él, Tom, con las palabras «un leal amigo» <strong>de</strong>l <strong>de</strong>saparecido Dickie Greenleaf, que gustosamente había <strong>de</strong>clarado cuanto sabía<br />

sobre el carácter y los hábitos <strong>de</strong> Dickie, y que estaba tan perplejo por su <strong>de</strong>saparición como lo estaba todo el mundo.<br />

«<strong>El</strong> signore <strong>Ripley</strong>, uno <strong>de</strong> los jóvenes americanos <strong>de</strong> buena posición que visitan Italia», <strong>de</strong>cía Oggi, «vive actualmente en un palazzo veneciano con vista a San<br />

Marco.»<br />

Eso fue lo que más agradó a Tom, hasta el punto <strong>de</strong> recortarlo <strong>de</strong> la revista.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!