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LOS NÚMEROS TOLTECAS - faces

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Es posible que también hubiese signos propios para los órdenes compuestos regulares de la<br />

numeración civil, pero estos no han sido descubiertos o no se han identificado como tal. En cambio, se<br />

conserva el signo del suborden Komolotl: una vasija con agujeros.<br />

Signos de los subórdenes.<br />

Los glifos del orden también se usaban para representar los subórdenes. Por ejemplo, una bandera<br />

dividida en cuatro con un porción sombreada era el cinco; si tenía dos, era el diez; y si tenía tres, el<br />

quince. Lo mismo pasaba con los glifos de Tsontli y Shikipilli, los cuales se podían dividir en cuatro<br />

partes, valiendo cada una la cuarta parte del orden.<br />

Una característica de los códices que usan los glifos de los órdenes es que, con frecuencia, sustituyen<br />

los puntos de las cifras por un diseño de puntas de dedos, lo cual también tenía un sentido ornamental.<br />

A diferencia de lo que ocurre con la escritura de puntos y barras, en la cual existe una forma rígida<br />

de representar las cantidades, la escritura mediante glifos de orden se podían realizar de cuatro<br />

maneras básicas:<br />

1ro. Uso simple. Cuando se trataba de cantidades idénticas al orden, bastaba con poner el signo<br />

correspondiente para aludirlas, sin necesidad de añadir una cifra multiplicadora, pues la expresión<br />

resultante era fácil de entender. Por ejemplo, supongamos que cierto pueblo debía pagar un tributo de<br />

veinte ollas de polvo de oro; el escriba encargado de llevar los registros dibujaba una olla y, sobre ella,<br />

colocaba una bandera. Si se trataba de 400 mantas, dibujaba una manta y encima el glifo del 400. Un<br />

paquete de 8000 granos de cacao se expresaba como un saco con el signo del tercer orden, y así.<br />

2do. Uso no ordinal. Este tenía dos modalidades:<br />

a) Para componer cantidades que fuesen múltiplos del orden, el escriba podía hacer dos cosas: repetir<br />

el signo del orden las veces que fuera necesario, o repetir el jeroglífico formado por el signo y la cosa<br />

contada. Por ejemplo, un cargamento de 1200 ollas se podía resolver como una olla con tres Tsontli, o<br />

como tres ollas con sus correspondientes signos. Obviamente, esta última forma tenía un sentido<br />

ornamental.<br />

Uso no ordinal de los signos del orden. Códice Mendocino.<br />

Formas no ordinales de representar 1600 ollas.<br />

b) Si se trataba de cantidades diferentes del valor del orden, y este se multiplicaba por uno, entonces<br />

las cifras acompañantes no eran multiplicandos, sino sumandos. Así lo vemos en esta imagen, donde<br />

cierto señor observa el tributo que le toca recibir; entre otros productos, arriba a la derecha hay un saco<br />

de maíz sobre el cual se pintó una bandera con nueve puntos, más la frase: “a cada uno treinta tamemes<br />

(cargadores) en México”. Ello indica que los puntos en este caso no multiplican, sino que se añaden al<br />

orden (aunque cabe destacar que falta un punto).<br />

Ocasionalmente, las fórmulas a) y b) se unían, produciendo cantidades en las cuales el glifo del orden<br />

se repetía las veces que fuera necesario, y a esto se sumaba una cifra para completar la cantidad,<br />

generalmente por el sistema de puntos. Tal es el caso de la siguiente imagen, donde un anciano posa<br />

junto a tres glifos Poalli, que representan tres veintenas, más la cifra diez. Para que no queden dudas<br />

respecto al sentido de la composición, el escriba apuntó encima “viejo de setenta años”.

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