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LOS NÚMEROS TOLTECAS - faces

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La característica de este sistema es que el segundo orden de conversión no vale 400, sino 360. A<br />

partir de ahí, se sigue multiplicando por veintenas, pero los resultados comienzan a divergir con<br />

respecto a la numeración civil, como nos muestra la siguiente tabla:<br />

orden cuenta civil cuenta calendárica<br />

1ro.<br />

2do.<br />

3ro.<br />

4to.<br />

5to.<br />

6to.<br />

20<br />

400<br />

8 000<br />

160 000<br />

3 200 000<br />

64 000 000<br />

20<br />

360<br />

7200<br />

144 000<br />

2 880 000<br />

57 600 000<br />

Dicho en otros términos: en la numeración calendárica no se puede colocar una cifra mayor que<br />

diecisiete en el espacio correspondiente a las veintenas. Si al diecisiete le añadimos un punto, tenemos<br />

que trasladarnos al orden superior.<br />

¿Por qué inventaron los olmecas esta modificación? Por razones astronómicas, pues 360 es la<br />

cantidad de diámetros solares o lunares que caben en la eclíptica, y también se aproxima a la cantidad<br />

de días del año terrestre. Al usar números que reflejan dichos fenómenos, los astrónomos toltecas<br />

podían referirlos con cantidades redondeadas en sus escritos, lo cual generó una cronología basada en<br />

ciclos absolutamente regulares de tiempo, llamada en la actualidad Calendario de la Cuenta Larga.<br />

Naturalmente, en esta notación cambia la forma de escribir las cantidades. En el sistema civil, el 360<br />

se escribe con la cifra dieciocho seguida de un cero, lo cual se lee como 18 x 20 más cero unidades. Pero<br />

en la variante calendárica, esa misma cantidad se escribe mediante la cifra uno seguida de dos ceros, es<br />

decir, 1 x 360 más cero veintenas y cero unidades.<br />

En resumen: una misma cantidad, si es superior a 359, se escribe en formas distintas, según sea el<br />

sistema empleado.<br />

También se cumple lo contrario: los mismos glifos numéricos, si involucran tres o más espacios,<br />

tienen dos valores diferentes, según el sistema en que los leamos. Por ejemplo, un dos seguido de dos<br />

ceros se puede interpretar como 2 x 400 más cero veintenas y cero unidades, o bien como 2 x 360 más<br />

cero veintenas y cero unidades.<br />

Debido a que, tanto las cuentas civiles como las calendáricas, se escribían con los mismos grafemas,<br />

el lector mesoamericano tenía que conocer la clave numérica empleada en cada caso, a fin de interpretar<br />

correctamente las cantidades que veía inscritas en los monumentos. Por eso, las fechas de las estelas y<br />

murales del área maya casi siempre estaban coronadas con el Glifo de Serie Inicial, emblema de los<br />

infinitos ciclos de tiempo, el cual indicaba al que la cuenta era de tipo calendárico.<br />

Como ejemplo de este tipo de numeración, analizaremos una figurilla olmeca que contiene una de las<br />

últimas fechas registradas por ese pueblo. En el pecho del pequeño ser con aspecto de ornitorrinco<br />

aparece una inscripción formada por las cifras ocho, seis, dos, cuatro y diecisiete. Debido a que, sobre<br />

ellas, se colocó el Glifo de Serie Inicial, sabemos que se trata de un ordenamiento calendárico, de modo<br />

que tenemos que multiplicar el segundo orden por 360. Ello cambia los valores de los órdenes<br />

superiores, los cuales multiplican por 7200 y 144 000, respectivamente. Los productos parciales de esta<br />

operación dan una suma de 1 millón 197 017 días.<br />

El siguiente paso para interpretar la inscripción no es propiamente matemático, sino calendárico,<br />

pues tenemos que contar esa cantidad de días a partir de cierto punto inicial, sobre el cual los<br />

arqueólogos aún no se ponen de acuerdo. Sin embargo, todas las opiniones coinciden en que esta<br />

figurilla fue labrada hace aproximadamente dos mil años.<br />

Hasta ahora, el orden calendárico sólo se ha encontrado en los monumentos olmecas y mayas, así<br />

como en las culturas estrechamente relacionadas de Izapa y El Baúl. Los demás pueblos de Anawak, o<br />

bien desconocieron esta forma de numeración, o no la emplearon. Los investigadores han especulado

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