paramundi 2009 - InfoAndina
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Conferencias magistrales<br />
El uso ocasional del páramo<br />
También es correcto afirmar que es probable que se ejercieran la cacería ocasional. En el<br />
páramo de Neusa, también en Cundinamarca, a una altura mayor de 3.300 msnm, donde<br />
la madera es prácticamente inexistente, se encontraron varias lascas de forma puntiaguda<br />
que posiblemente fueron utilizadas como punta de proyectil, con fechados de 9,000 años<br />
(Rivera 1991). Contextos similares fueron también encontrados en el sitio Payará en el<br />
páramo de Guerrero, municipio de Tausa (Rivera 1988, citado por Groot 2006: 6).<br />
Los abrigos rocosos del valle del Abra al suroeste de la ciudad de Zipaquirá representan<br />
el primer sitio estratificado con registros culturales asociados al pleistoceno tardío<br />
en Colombia (Hurt et al. 1968; Correal, Van der Hammen y Lerman 1969). En una de<br />
las unidades, cuya edad se estima entre 15,000 y 12,400 antes del presente, las evidencias<br />
muestran que durante este periodo el clima era frío y seco y la vegetación correspondía<br />
a un páramo, según Van der Hammen (1985a, 1985b). Efectivamente, las evidencias palinológicas<br />
muestran una vegetación abierta del tipo páramo y condiciones frías y secas<br />
predominantes durante este periodo; la línea de bosque se localizaba entonces 1,300 m<br />
más abajo que en la actualidad (Correal, Van der Hammen y Lerman 1969: 75).<br />
Algo similar ha sido documentado en el territorio ecuatoriano, y cuándo no documentada<br />
por el propio Van der Hammen. Me estoy refiriendo al valle de Mullumica, un antiguo<br />
valle glaciar que se encuentra a unos 50 km al Este de Quito, en la Cordillera Oriental.<br />
El lado sur del valle está limitado por un flujo de lava y obsidiana, presentando escarpe<br />
con abrigos rocosos (Salazar 1980a, 1980b, 1985), que fueron habitados durante parte del<br />
Holoceno (Van del Hammen, Noldus y Salazar 2003). Se trata de una de las fuentes de<br />
obsidiana más importantes de la región andina, explotada continuamente hasta la época<br />
Inka.<br />
El uso de los páramos por poblaciones prehispánicas más tardías también ha sido documentado<br />
en la sierra ecuatoriana, en base al análisis de especies de fauna asociadas a<br />
subsistencia procedentes de sitios arqueológicos en el valle de Quito como Cotocollao<br />
(fechado de 1500 a 500 a.C., Villalba O. 1988: 346) y de la zona de Cumbayá gracias a los<br />
trabajos de Andrés Gutiérrez Usillos (Gutiérrez e Iglesias 1995, Gutiérrez 2002). Concluye<br />
Gutiérrez que el páramo es el área de caza y recolección de leña y paja, y de captura del<br />
lobo de páramo, los felinos (gato de pajonal), el zorrillo, además de conejos y venados. Sin<br />
embargo, dado que las evidencias zoológicas y botánicas proceden de asentamientos ubicados<br />
al pie del páramo, es difícil determinar si las actividades de caza fueron realizadas<br />
en el mismo páramo, o en su periferia. En todo caso, como veremos más adelante, lo más<br />
importa no es donde se realizó la actividad, sino en el hecho que las sociedades prehispánicas<br />
utilizaron los recursos del páramo a lo largo de su historia.<br />
La agricultura en tierras bajas<br />
La tercera afirmación que nos proporciona el Atlas de Páramos de Colombia, que las poblaciones<br />
indígenas practicaban la agricultura en tierras más bajas, es igualmente correcta<br />
a nivel ecoregional. Para ello tenemos información consistente, prácticamente en todos<br />
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