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Descargar PDF - Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

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208 - 1969–...netaria ha borrado <strong>de</strong> un plumazo una década <strong>de</strong> apresurado“optimismo global”, el vacío reina en el ámbito<strong>de</strong> las síntesis <strong>de</strong>l presente, cuando no se intenta rellenarese hueco con <strong>de</strong>scripciones inconcluyentes <strong>de</strong>or<strong>de</strong>n geopolítico o lamentaciones morales ante los<strong>de</strong>smanes “unilateralistas” <strong>de</strong> la gran potencia estadouni<strong>de</strong>nse.El caso es que la convención “globalización”parece haber terminado y la unión <strong>de</strong> estehorror vacui discursivo con la fisicidad <strong>de</strong> la guerraha sustituido, por <strong>de</strong>fecto, al optimismo algo eufórico<strong>de</strong> los años <strong>de</strong> la new economy y <strong>de</strong> la universalizaciónarmada <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos.Se entien<strong>de</strong> que, en este tránsito que <strong>de</strong>scribimos,el espesor <strong>de</strong> las singularida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l movimiento globalcorre el riesgo <strong>de</strong> manifestarse en el terreno <strong>de</strong>la pura aparición intransitiva, fugaz y fenoménica (enel caso <strong>de</strong> los acontecimientos <strong>de</strong> irrupción en laesfera pública), o bien en el <strong>de</strong> la subalternidad y laheteronomía (en el caso <strong>de</strong> las realida<strong>de</strong>s, re<strong>de</strong>s yarchipiélagos <strong>de</strong> autoorganización y contrapo<strong>de</strong>r).Esto es, la violencia sistémica en cuyo medio irrumpeel movimiento contribuye enormemente a recluir aeste en la casilla <strong>de</strong> la sola protesta moral, <strong>de</strong>l privilegio<strong>de</strong> la contestación <strong>de</strong> unos pocos jóvenes bienintencionadosque acompaña a una época <strong>de</strong>bienestar en el “Norte”, o bien —sería este el argumento<strong>de</strong> una vieja crítica “marxista” a la que, al parecer,la actual violencia <strong>de</strong>srregulada <strong>de</strong> las élitesmundiales parecería dar una razón casi póstuma—,le adjudica la condición <strong>de</strong> mero “ciclo <strong>de</strong> protesta”que al fin y al cabo vendría a coincidir con la “falsaprosperidad” <strong>de</strong> una época <strong>de</strong> especulación <strong>de</strong>saforada,causa última <strong>de</strong> la “politización moral” <strong>de</strong>sectores inéditos <strong>de</strong> población en el Norte <strong>de</strong>l sistema-mundo;con arreglo a esta concepción, la realidad<strong>de</strong> la guerra y la parálisis <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong>mundialización valdría como confirmación <strong>de</strong> la continuidadsubyacente <strong>de</strong> la lógica <strong>de</strong>l “imperialismo”y, por lo tanto, <strong>de</strong>stituiría las pretensiones <strong>de</strong>l movimientoglobal en tanto que índice <strong>de</strong> una transformaciónmayor <strong>de</strong> los modos <strong>de</strong> la política. Ante estaopacidad, producto <strong>de</strong> la cerrilidad <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong>análisis que, en el presente vacío, suplen al menossu escasa exhaustividad con la garantía <strong>de</strong> explicarlotodo <strong>de</strong> algún modo, el creacionismo político <strong>de</strong> lasirrupciones singulares <strong>de</strong>l movimiento global <strong>de</strong>berefrendarse paso a paso, en cada situación, sin garantías<strong>de</strong> universalidad ni “mutaciones <strong>de</strong> paradigma”inmediatamente universales e irreversibles.En este sentido hemos <strong>de</strong> distinguir, a la hora <strong>de</strong>consi<strong>de</strong>rar el hacer <strong>de</strong> los movimientos críticos <strong>de</strong> ladécada (y en cada uno <strong>de</strong> los planos que antes discerníamos:acontecimientos <strong>de</strong> irrupción masiva enla esfera pública, espacios y re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> autoorganización,magma <strong>de</strong> rebeldías e insubordinaciones difusasy generalizadas), entre a) la pura facticidad <strong>de</strong> suinscripción, b) la gama <strong>de</strong> posibles históricos queinauguran, y c) las virtualida<strong>de</strong>s que generan y hacenreconocibles. A lo cual cabe añadir que, si el movimientoglobal innova, <strong>de</strong>be en consecuencia resultarinvisible para todas las rejillas <strong>de</strong> interpretación que<strong>de</strong>tentan la consistencia <strong>de</strong>l objeto “política”.Nueva geometría <strong>de</strong> la hostilidadDebemos a Paolo Virno 5 la acuñación <strong>de</strong> la expresiónque da título a este parágrafo; con ella se entien<strong>de</strong> lamodificación <strong>de</strong> los términos, las dimensiones y lasdirecciones <strong>de</strong>l conflicto político acaecidas, en la prácticareal, en las últimas décadas o, convencionalmente,a partir <strong>de</strong> 1968. Nuestra hipótesis es que el movimientoglobal se asienta firmemente en un nuevoterreno o, dicho <strong>de</strong> otra manera, que la consistenciamisma <strong>de</strong>l movimiento implica necesariamente estenuevo terreno.Dejando a un lado las concepciones “débiles” <strong>de</strong>lo político, esto es, aquellas que tien<strong>de</strong>n a i<strong>de</strong>ntificara este con la forma-Estado parlamentaria o, en términosgenerales, con la “gestión <strong>de</strong>l Estado”, el espesor<strong>de</strong>l hacer <strong>de</strong>l movimiento global no resulta reconociblecon arreglo a dos <strong>de</strong> las principales “geometrías<strong>de</strong> la hostilidad” que la historia <strong>de</strong> los movimientosemancipatorios nos ha entregado: antagonismodialéctico y relación amigo-enemigo. No po<strong>de</strong>mosadjudicar ninguno <strong>de</strong> estos dispositivos a ninguna componenteespecífica <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> los movimientosantisistémicos, en la medida en que, sobretodo en el siglo XX, ambos tipos <strong>de</strong> dispositivo informanalternamente los modos <strong>de</strong> hacer y pensar <strong>de</strong> unmismo tejido histórico y subjetivo <strong>de</strong> movimientos. Enel antagonismo dialéctico reconocemos el impulso <strong>de</strong>“superación” (entendiendo por esta una forma <strong>de</strong> laAufhebung hegeliana) <strong>de</strong>l capitalismo y <strong>de</strong> su forma-Estado, una superación recuperante <strong>de</strong> lo bueno <strong>de</strong> lahistoria <strong>de</strong>l capital y <strong>de</strong> la eficacia histórica <strong>de</strong>l Estado,inseparable <strong>de</strong> una teleología histórica subyacente. Elmovimiento obrero <strong>de</strong> raíz social<strong>de</strong>mócrata y comunistaencarna, en buena parte <strong>de</strong> su existencia, estetipo <strong>de</strong> dispositivo. No obstante, numerosas formas<strong>de</strong> terrorismo <strong>de</strong> extrema izquierda representan unaexacerbación distorsionada <strong>de</strong> este mismo dispositivo,toda vez que, en el terreno <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong>miedo y <strong>de</strong>l condicionamiento forzado <strong>de</strong> la vidapública, el terrorismo actúa siempre, en última instancia,a imagen y semejanza <strong>de</strong>l Estado.Por otra parte, la historia <strong>de</strong> los llamados “movimientossociales” <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1980 representa,ciertamente <strong>de</strong> forma distorsionada, un ejemplo frío<strong>de</strong> la relación amigo-enemigo, en tanto que la separacióny el extrañamiento fundamentales en la práctica<strong>de</strong> aquellos movimientos estaba subtendida poruna polaridad amigo-enemigo, esto es, una concepción<strong>de</strong> exclusión mutua entre dos contendien-

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