04.12.2015 Views

Kass Morgan - Los 100

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

instante breve y maravilloso, notó que la esperanza se abría paso entre el pánico. Aquella era su oportunidad. Escaparía.<br />

Pero entonces el guardia la agarró por detrás y ella perdió pie. Se golpeó el hombro contra el rellano y, de repente, notó que caía por<br />

aquella escalera estrecha y mal iluminada.<br />

El mundo desapareció.<br />

Cuando volvió a abrir los ojos, le dolía todo el cuerpo. Las rodillas, la espalda, la barriga…<br />

La barriga. Intentó mover las manos para palparse el vientre, pero las tenía atadas. No, esposadas, comprendió con un horror<br />

creciente. Claro, era una convicta.<br />

—Ah, cielo, estás despierta —la saludó una voz dulce.<br />

Tratando de enfocar la mirada, distinguió a duras penas una forma que se acercaba. Era una enfermera.<br />

—Por favor —suplicó Glass con voz ronca—. ¿Está bien? ¿Puedo cogerlo?<br />

La mujer se detuvo y antes de que abriese la boca Glass supo lo que iba a decir. Sentía en su interior la horrible y dolorosa ausencia.<br />

—Lo siento —dijo la enfermera en un susurro. Glass no le veía la boca y tuvo la impresión de que la voz procedía de alguna otra<br />

parte—. No hemos podido salvarlo.<br />

Se dio media vuelta en la cama, sin importarle que el frío metal de las esposas le mordiera la carne, indiferente al dolor. Cualquier<br />

sensación sería mejor que aquella, esa pena inconsolable que la acompañaría el resto de su vida.<br />

Por fin, las dos figuras reaparecieron por debajo del puente. Glass suspiró con fuerza a la vez que<br />

apoyaba la mano en el cristal. ¿Cuánto tiempo llevaba conteniendo el aliento?<br />

—¿Te encuentras bien? —le preguntó una voz de mujer y, por un momento, pensó horrorizada que<br />

volvía a estar en la habitación del hospital, con la enfermera. Pero solo era la guardia amiga de Luke,<br />

Bekah, que la miraba preocupada.<br />

Cayó entonces en la cuenta de que tenía la cara mojada. Estaba llorando. Ni siquiera le dio<br />

vergüenza, tal fue el alivio que sintió cuando volvió a ver a Luke sano y salvo al otro lado del cristal.<br />

—Gracias —balbuceó. Cogió el pañuelo que Bekah le ofrecía y se secó las lágrimas.<br />

En el exterior, Luke había emprendido el regreso cogido a la cuerda. Colocaba una enguantada<br />

mano delante de la otra en dirección a la esclusa.<br />

Alrededor de Glass, varios curiosos aplaudieron y entrechocaron las palmas, pero ella se quedó<br />

junto a la ventana, con los ojos fijos en el lugar donde había visto a Luke por última vez. Todo<br />

aquello que pensaba al llegar al puente estelar le parecía tan lejano como los restos de un sueño.<br />

Jamás cortaría el lazo que los unía igual que no podía cortar el cordón que lo ataba a la nave. Sin<br />

Luke, la vida sería algo tan frío y solitario como el espacio estelar.<br />

—Eh, tú —dijo una voz a su espalda, y Glass se giró rápidamente para arrojarse en sus brazos. La<br />

camiseta térmica de Luke estaba empapada de sudor, sus rizos húmedos y sucios, pero a ella no le<br />

importó.<br />

—Estaba preocupada por ti —farfulló contra la tela.<br />

Él se rio y, abrazándola con más fuerza, le dio un beso en la coronilla.<br />

—Qué agradable sorpresa.<br />

Glass lo miró, sin preocuparse de sus ojos hinchados ni de su nariz mocosa.<br />

—No pasa nada —dijo Luke, que intercambió una mirada divertida con Ali antes de volverse<br />

hacia Glass—. Es parte del trabajo.<br />

Aún tenía el pulso demasiado acelerado como para hablar así que se limitó a asentir. Esbozó una<br />

sonrisa avergonzada en dirección a Bekah, Ali y los demás.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!