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—Quiero que la gente sepa que te perteneció, por mucho tiempo que pase —presionando el medallón con el dedo, lo hundió contra la<br />
piel de Glass—. Ahora debes llenarlo de recuerdos.<br />
Glass sonrió.<br />
—Ya sé con qué recuerdo me gustaría empezar.<br />
Alzó la vista, pensando que Luke pondría los ojos en blanco, pero él la miró muy serio. <strong>Los</strong> ojos de ambos se encontraron y se hizo un<br />
silencio, roto tan solo por los latidos de sus corazones.<br />
—¿Estás segura? —preguntó él frunciendo apenas el ceño mientras le acariciaba el interior del brazo.<br />
—Nunca en toda mi vida he estado tan segura de nada.<br />
Cuando Luke le tomó la mano, una corriente eléctrica atravesó a Glass. Él le apretó los dedos y, sin pronunciar palabra, la llevó al<br />
dormitorio.<br />
Lo ha cambiado, cómo no, se dijo Glass. Sería absurdo conservar un objeto tan valioso, sobre todo<br />
después de que ella le rompiera el corazón. Sin embargo, la idea de que el medallón se pudriese en<br />
el Intercambio le dolía tanto que temió que el alma se le hiciese añicos. Un cosquilleo en la nuca<br />
arrancó a Glass de sus pensamientos. Se preparó para afrontar la mirada curiosa de algún otro<br />
conocido. En cambio, cuando se dio media vuelta, descubrió tras ella a alguien distinto.<br />
Luke.<br />
El chico la miró en silencio tanto rato que Glass se sonrojó. El hechizo se rompió cuando los ojos<br />
de él se posaron en la mesa. Al ver el medallón, su mirada adquirió una expresión extraña.<br />
—Me sorprende que nadie lo haya robado aún —dijo con voz queda—. Es tan hermoso… —dejó<br />
caer el brazo y se volvió hacia ella con una sombra de sonrisa—. Claro que lo más hermoso es lo<br />
que te hace llorar.<br />
—Luke —empezó a decir Glass—. Yo…<br />
En aquel momento, advirtió la presencia de una figura familiar. Tras el mostrador de textos en<br />
papel, Camille observaba atentamente a Glass.<br />
Luke miró por encima del hombro y luego se volvió otra vez hacia su antigua novia.<br />
—Camille ha sustituido a su padre. Está enfermo.<br />
—Lo siento —dijo Glass. Pero antes de que tuviera tiempo de decir nada más, el sonido de una<br />
fuerte discusión captó su atención.<br />
Glass se dio media vuelta y descubrió que Cora le estaba gritando a la waldenita.<br />
—Si se niega a cobrarme un precio razonable, no tendré más remedio que denunciarla por fraude.<br />
La mujer palideció y dijo algo que Glass no pudo oír, pero debió de ser del agrado de Cora,<br />
porque sonrió y le tendió el pulgar a la mujer para que se lo escanease.<br />
Glass hizo una mueca, avergonzada de la conducta de su amiga.<br />
—Lo siento… Tengo que irme.<br />
—No —suplicó Luke, rozándole el brazo—. Estaba preocupado por ti —bajó la voz—. ¿Qué<br />
haces aquí? ¿Es seguro?<br />
Parecía tan preocupado por ella que las grietas más pequeñas desaparecieron de su alma, pero no<br />
las suficientes para disipar su dolor.<br />
—Es seguro. La verdad es que me han indultado —explicó Glass, haciendo muchos esfuerzos para<br />
que no le temblase la voz.<br />
—¿Indultado? —los ojos de Luke se agrandaron—. Caray. Nunca creí que… Es increíble —se