04.12.2015 Views

Kass Morgan - Los 100

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—No he dejado de contar los días —ahora hablaba en susurros—. Cumples dieciocho dentro de<br />

tres semanas.<br />

Glass tomó la húmeda mano de su madre y la acompañó al sofá.<br />

—Iban a enviarnos a la Tierra —le explicó—. A cien chicos y chicas —inspiró profundamente—.<br />

En teoría, yo era una de ellos.<br />

—¿A la Tierra? —repitió Sonja despacio, como si mantuviera la palabra a distancia para verla<br />

mejor—. Oh, Dios mío…<br />

—Hubo un altercado durante el despegue. El canciller… —perdió el hilo de las ideas al recordar<br />

la escena de la plataforma de despegue. Rezó en silencio, rogando que Wells estuviera a salvo allá<br />

en la Tierra, que Clarke lo apoyara y no tuviera que pasar el duelo a solas—. Escapé aprovechando<br />

la confusión —prosiguió Glass. <strong>Los</strong> detalles no importaban en aquel momento—. Solo he venido a<br />

decirte que te quiero.<br />

La madre abrió unos ojos como platos.<br />

—Ya veo… Fue así como dispararon al canciller. Oh, Glass —susurró, abrazando a su hija.<br />

Unos pasos resonaron en el pasillo y Glass dio un respingo. Miró la puerta angustiada antes de<br />

volverse hacia su madre.<br />

—No me puedo quedar —dijo temblando antes de ponerse en pie.<br />

—¡Espera! —Sonja se levantó de un salto y cogió a su hija por el brazo para obligarla a sentarse<br />

otra vez. Le apretó la muñeca con fuerza—. El canciller sobrevive conectado a una máquina y el<br />

vicecanciller Rhodes ha tomado el mando. No deberías marcharte aún —guardó silencio un instante<br />

—. Rhodes tiene un criterio distinto de… lo que significa gobernar. Es posible que te perdone.<br />

Podemos convencerlo —Sonja se levantó y esbozó una sonrisa que a duras penas iluminó sus ojos<br />

vidriosos—. Espera aquí.<br />

—¿Te tienes que ir? —preguntó Glass con un hilo de voz. No soportaba la idea de volver a<br />

despedirse. No si cada adiós que pronunciaba podía ser definitivo.<br />

La madre se inclinó para besar a su hija en la frente.<br />

—No tardaré.<br />

Glass observó cómo su madre se aplicaba carmín a toda prisa y salía al pasillo, aún desierto.<br />

Luego dobló las rodillas y se las abrazó con fuerza, como si quisiera evitar que se desbordase todo<br />

lo que llevaba dentro.<br />

Glass no estaba segura de cuánto tiempo había dormido, pero allí, acurrucada en los cojines que aún<br />

recordaban la forma de su cuerpo, casi le parecía posible que los últimos seis meses hubieran sido<br />

una pesadilla. Que no la hubieran encarcelado en una celda vacía salvo por dos catres de metal, una<br />

antipática compañera arcadia y los fantasmas de sollozos que seguían flotando mucho después de que<br />

las lágrimas se hubieran secado.<br />

Cuando abrió los ojos, su madre estaba sentada en el sofá, acariciando la enmarañada melena de<br />

Glass.<br />

—Todo está arreglado —dijo con suavidad—. Te han indultado.<br />

Glass se dio la vuelta para mirar a su madre a los ojos.<br />

—¿Cómo? —preguntó. La sorpresa la arrancó del sueño e hizo esfuerzos por ahuyentar las<br />

imágenes de Luke que llevaba impresas en la retina—. ¿Por qué?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!