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Kass Morgan - Los 100

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La madre tomó la jarra de las manos de Glass y se dirigió hacia el grifo.<br />

—Siempre supimos que la nave tenía fecha de caducidad. Solo era cuestión de tiempo que<br />

empezara a deteriorarse.<br />

El recipiente ya estaba lleno y ahora el agua se derramaba por los bordes, pero Sonja no se movía.<br />

—¿Mamá?<br />

Por fin, la mujer cerró el grifo y se volvió a mirar a Glass.<br />

—Se trata de la esclusa de aire —explicó con voz queda—. Ha habido una fuga —se oyó un grito<br />

procedente del pasillo, y Sonja echó una breve ojeada a la puerta. Forzó una sonrisa y siguió<br />

hablando—. Pero no te preocupes. Fénix cuenta con una reserva de oxígeno. Estaremos bien hasta<br />

que discurran qué hacer. Te lo prometo, Glass, lo superaremos.<br />

Cuando Glass asimiló la noticia, se le encogió el corazón.<br />

—¿Y eso qué tiene que ver con el puente? —preguntó en voz muy baja, casi en susurros.<br />

—En Arcadia y Walden ya casi se ha acabado el oxígeno. Ha sido necesario tomar precauciones<br />

para estar seguros de que…<br />

—No —jadeó Glass—. ¿El Consejo ha decidido dejarlos morir?<br />

Sonja dio un paso hacia su hija y le apretó el brazo con cariño.<br />

—Algo tenían que hacer o nadie habría sobrevivido —estaba diciendo, pero Glass apenas oía sus<br />

palabras—. Es el único modo de proteger la colonia.<br />

—Tengo que encontrarle —dijo Glass, temblando.<br />

Retrocedió un paso. Las palabras y las imágenes se arremolinaban en su cabeza, incoherentes y<br />

terroríficas.<br />

—Glass —le dijo su madre con un tono casi compasivo—. Lo siento, pero no puedes. Es<br />

imposible. Todas las entradas están selladas —dio un paso adelante y abrazó a su hija. Ella se<br />

retorció para soltarse, pero Sonja la estrechó con más fuerza—. No podemos hacer nada.<br />

—Le quiero —sollozó, temblando de pies a cabeza.<br />

—Lo sé —la mujer tomó su mano—. Y estoy segura de que él también te quiere. Pero puede que<br />

esto sea para bien —esbozó una sonrisa triste, que hizo estremecer a Glass—. Así por lo menos no<br />

tendrás que pasar por el trance de despedirte.

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