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plantas que pudieran ayudarla y casi había muerto en el intento.<br />
—Hay algo que no te he contado. No me parecía importante, estando tú tan enferma, pero…<br />
Inspiró y le narró por encima cómo Wells la había rescatado en las ruinas.<br />
—¿Te siguió hasta allí?<br />
Clarke asintió.<br />
—Lo más curioso es que, mientras estaba allí colgada, convencida de que iba a morir, solo podía<br />
pensar en él. Y cuando apareció, ni siquiera me molestó que me hubiera seguido. Solo sentí alivio de<br />
que hubiera salido a buscarme, a pesar de todas las cosas horribles que le había dicho.<br />
—Te quiere. Nada de lo que hagas o digas cambiará eso.<br />
—Ya lo sé —Clarke cerró los ojos, aunque le asustaba afrontar las imágenes que sin duda<br />
emergerían de entre las sombras—. Tengo la sensación de que, incluso cuando estaba confinada y te<br />
dije que me gustaría ver sus entrañas esparcidas por el espacio, una parte de mí lo seguía amando. Y<br />
eso no hacía sino aumentar todavía más el dolor.<br />
Thalia la miraba con una expresión entre indulgente y comprensiva.<br />
—Ya es hora de que dejes de castigarte a ti misma, Clarke.<br />
—Querrás decir de castigarlo a él.<br />
—No. Me refiero a que es hora de que dejes de castigarte a ti misma por quererle. No estás<br />
traicionando a tus padres.<br />
Clarke se crispó.<br />
—Tú no los conociste. No sabes lo que pensarían.<br />
—Sé que querrían lo mejor para ti. Accedieron a hacer algo terrible, sabiendo que estaba mal,<br />
solo por protegerte —guardó silencio un momento—. Igual que Wells.<br />
Clarke suspiró y se sentó en la cama de Thalia con las piernas recogidas, como solía hacer en la<br />
celda que compartían.<br />
—A lo mejor tienes razón. No sé si puedo seguir huyendo de lo que siento. Odiarle es agotador.<br />
—Deberías hablar con él.<br />
Clarke asintió.<br />
—Lo haré.<br />
—No, me refiero a que deberías hablar ahora —los ojos de Thalia brillaban de la emoción—. Ve<br />
a hablar con él.<br />
—Pero ¿qué dices? Es muy tarde.<br />
—Estoy segura de que está completamente despierto, pensando en ti.<br />
Clarke desplegó las piernas y se puso en pie.<br />
—Muy bien —dijo—, si me prometes que así te quedarás tranquila y descansarás.<br />
Clarke se alejó. Antes de apartar la lona de la entrada, se volvió a mirar a su amiga y puso los<br />
ojos en blanco con ademán teatral. Cuando llegó al claro, se detuvo un momento, preguntándose si no<br />
estaría cometiendo un error.<br />
Sin embargo, era tarde para echarse atrás. El corazón le latía tan desenfrenadamente como si<br />
tuviera vida propia y le estuviera enviando un frenético mensaje a Wells a través de la oscuridad. Ya<br />
voy.