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Una breve historia de casi todo

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Se trata, en conjunto, <strong>de</strong> un proceso inmensamente exigente. Para mantener esas<br />

células bien oxigenadas el corazón ha <strong>de</strong> bombear 343 litros <strong>de</strong> sangre por hora,<br />

unos 8.000 litros al día, 3 millones <strong>de</strong> litros al año (lo suficiente para llenar cuatro<br />

piscinas olímpicas). (Y eso es en condiciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso. Durante el ejercicio, la<br />

cuantía pue<strong>de</strong> llegar a ser <strong>de</strong> hasta seis veces más.) El oxígeno lo absorben las<br />

mitocondrias. Son las centrales eléctricas <strong>de</strong> las células y suele haber unas 1.000<br />

por célula, aunque el número varía consi<strong>de</strong>rablemente según lo que la célula haga y<br />

la cantidad <strong>de</strong> energía que necesite.<br />

Pue<strong>de</strong> que recuer<strong>de</strong>s <strong>de</strong> un capítulo anterior que las mitocondrias se cree que<br />

fueron en principio bacterias cautivas y que viven básicamente como inquilinos en<br />

nuestras células, conservando sus propias instrucciones genéticas, dividiéndose<br />

según su propio programa, hablando su propio idioma... Pue<strong>de</strong> que recuer<strong>de</strong>s<br />

también que estamos a merced <strong>de</strong> su buena voluntad. He aquí por qué.<br />

Prácticamente <strong>todo</strong> el alimento y <strong>todo</strong> el oxígeno que entran en tu cuerpo se<br />

entregan, una vez procesados, a las mitocondrias, en las que se convierten en una<br />

molécula llamada a<strong>de</strong>nosín trifosfato o ATP.<br />

Es posible que no hayas oído nunca hablar <strong>de</strong>l ATP, pero es lo que te mantiene en<br />

marcha. Las moléculas <strong>de</strong> ATP son básicamente paquetitos <strong>de</strong> baterías que se<br />

<strong>de</strong>splazan por la célula, proporcionando energía para <strong>todo</strong>s los procesos celulares. Y<br />

gastas muchísimo <strong>de</strong> eso. <strong>Una</strong> célula típica <strong>de</strong> tu cuerpo tendrá en cualquier<br />

momento dado unos 1.000 millones <strong>de</strong> moléculas <strong>de</strong> ATP y en dos minutos habrán<br />

quedado todas vaciadas y ocuparán su lugar otros 1.000 millones. Produces y<br />

utilizas cada día un volumen <strong>de</strong> ATP equivalente aproximadamente a la mitad <strong>de</strong> tu<br />

peso corporal. Aprecia el calor <strong>de</strong> tu piel. Es tu ATP que está trabajando.<br />

Las células, cuando ya no son necesarias, mueren con lo que sólo se pue<strong>de</strong> calificar<br />

<strong>de</strong> gran dignidad. Desmantelan <strong>todo</strong>s los puntales y contrafuertes que las sostienen<br />

y <strong>de</strong>voran tranquilamente los elementos que las componen. El proceso se <strong>de</strong>nomina<br />

apoptosis o muerte celular programada. Miles <strong>de</strong> millones <strong>de</strong> tus células mueren<br />

cada día a tu servicio y otras miles <strong>de</strong> millones <strong>de</strong> ellas limpian los <strong>de</strong>sechos. Las<br />

células pue<strong>de</strong>n morir también violentamente (por ejemplo, cuando resultan<br />

infectadas), pero mueren principalmente porque se les dice que lo hagan. De hecho,

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