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Una breve historia de casi todo

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catálogo más completo (y, hay que <strong>de</strong>cirlo también, más conmovedor) <strong>de</strong><br />

extinciones animales <strong>de</strong> los últimos trescientos años.<br />

En el caso <strong>de</strong> algunos animales había buenos registros, pero nadie había hecho gran<br />

cosa con ellos, a veces en años, a veces nunca. La vaca marina <strong>de</strong> Steller; una<br />

criatura tipo morsa relacionada con el dugong, fue uno <strong>de</strong> los animales realmente<br />

gran<strong>de</strong>s que se extinguió. Era verda<strong>de</strong>ramente enorme (un individuo adulto podía<br />

alcanzar longitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>casi</strong> nueve metros y pesar 10 toneladas), pero sólo tenemos<br />

noticia <strong>de</strong> él porque, en 1741, una expedición rusa naufragó casualmente en el<br />

único lugar don<strong>de</strong> esas criaturas sobrevivían aún en cierto número, las remotas y<br />

brumosas islas <strong>de</strong>l Comendador <strong>de</strong>l mar <strong>de</strong> Bering.<br />

Afortunadamente figuraba en la expedición un naturalista, Georg Steller, que se<br />

quedó fascinado con el animal.<br />

-Tomó copiosísimas notas, dijo Flannery. Midió incluso el diámetro <strong>de</strong> los bigotes. Lo<br />

único que no llegó a <strong>de</strong>scribir fueron los genitales masculinos, aunque, no se sabe<br />

por qué, sí <strong>de</strong>scribió, con bastante complacencia, los <strong>de</strong> las hembras. Recogió<br />

incluso un trozo <strong>de</strong> piel, por lo que pudimos hacernos una buena i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> su textura.<br />

No siempre hemos tenido tanta suerte.<br />

Lo único que Steller no pudo hacer fue salvar a la propia vaca marina. Cazada ya<br />

hasta bor<strong>de</strong>ar la extinción, <strong>de</strong>saparecería por completo unos veintisiete años<br />

<strong>de</strong>spués que él la <strong>de</strong>scubriese. Pero muchos otros animales no se pudieron incluir<br />

porque se sabía muy poco <strong>de</strong> ellos. El ratón saltarín <strong>de</strong> Darling Downs, el cisne <strong>de</strong><br />

las islas Chatham, el rascón no volador <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Ascensión. Cinco tipos al menos<br />

<strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s tortugas y muchas otras criaturas se han perdido para siempre y no nos<br />

quedan <strong>de</strong> ellas más que los nombres.<br />

Flannery y Schouten <strong>de</strong>scubrieron que muchas <strong>de</strong> esas extinciones no habían sido<br />

por crueldad o por capricho sino sólo por una especie <strong>de</strong> necedad mayestática. En<br />

1894, en que se construyó un faro en una peña solitaria llamada la isla Stephens,<br />

en el tempestuoso estrecho que hay en Nueva Zelanda entre la isla <strong>de</strong>l Norte y la<br />

<strong>de</strong>l Sur; el gato <strong>de</strong>l farero no paraba <strong>de</strong> llevarle a éste unos pajaritos extraños que<br />

capturaba. El farero envió diligentemente algunos especímenes al Museo <strong>de</strong><br />

Wellington. Allí el director se emocionó mucho porque aquella ave era una reliquia<br />

una especie <strong>de</strong> reyezuelo no volador; el único ejemplo <strong>de</strong> insesores no voladores

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