2 Situación del ciclismo en las ciudades participantes – status quo

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El resultado de esto es que muchas ciudades norteamericanas, o por lo menos sus suburbios,
se componen de infi nitos desparramados urbanos cubriendo vasta áreas de tierra. En estas
ciudades no solamente los empleos y tiendas están muy lejos, hasta los conciudadanos en el
mismo distrito pueden estar a kilómetros de distancia. Como estas ciudades han sido modeladas
completamente para facilitar el uso del coche y satisfacer al sueño suburbano de tener la propia
vivienda en el centro de una parcela de tierra, el coche es necesario para todo. Y, puesto que las
densidades son muy bajas, no hay una base para el transporte público.
Foto 9: La ciudad norteamericana de baja densidad y dependiente del automóvil
Desarrollo reciente y nuevas actitudes
La extensa lista de desventajas y problemas que acompañan la ciudad anglo-americana tales
como dependencia del automóvil, congestión vehicular, degradación de ciertos barrios, elevados
costes de infraestructura, la falta de identidad, etc, ha incentivado un renacimiento urbano el
los últimos 10-15 años en Gran Bretaña y, en menor escala, en los Estados Unidos. Reformas en
los barrios centrales como en Pórtland (EE.UU.) o Manchester (Reino Unido) o las de Temple
Bar en Dublín , en Irlanda( también en otras ciudades irlandesas, como las australianas que se
han desarrollado en gran parte de acuerdo con el modelo anglo-americano) han resultado en
áreas con alta densidad y uso mixto con apartamentos caros que se oponen al clásico ideal angloamericano
de la casa con jardín y coche frente a la puerta.
Estas especies de hogares, sin embargo, continuaron populares en la mayoría de las ciudades
continentales europeas como se explicará abajo.
3.4.2 El modelo francés de planifi cación urbana
En el continente europeo, la revolución industrial ha llevado a problemas similares y a desarrollos
como en Inglaterra. En Paris esto ha llevado al crecimiento suburbano en el comienzo del siglo
XIX.
Probablemente, Paris tendría seguido la experiencia británica si Napoleón Bonaparte no tuviera
otros planes. Él veía Paris como la capital de un grande imperio – como Roma fuera para los
antiguos romanos – y quería que la ciudad refl ejase eso. Al planifi cador urbano Hausemann
ha sido confi ada la implementación de la visión de Napoleón y ha trazado grandes bulevares a
través de la ciudad medieval de alta densidad con edifi caciones de seis pisos (o más) a lo largo
de ellos. Ya que los bulevares y sus edifi caciones deberían refl ejar la grandeza del Imperio
Napoleónico se necesitaba que fueran de alta calidad. A fi n de fi nanciar edifi caciones tan caras,
tendrían que ser viviendas para la clase media. Obviamente la construcción en tales grandes
números de viviendas para la clase media hubiera sido inconcebible si la clase media francesa
hubiera continuado a migrar hacia los suburbios. La visión [Napoleón ] y la planifi cación
urbana [Hausemann] han sido por lo tanto respaldadas por una política para mantener a la
clase media francesa en la ciudad: se han introducido incentivos fi scales para atraer moradores
a los apartamentos en los bulevares. Esto ha sido tan efi caz que dentro de un corto periodo de
tiempo la clase media francesa no aspiraba más a una villa suburbana, como los ingleses, sino