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Humor<br />

Un billete<br />

transgresor<br />

por Daniel<br />

Della Costa<br />

Hay quienes se preguntan<br />

la razón por<br />

la cual el Gaucho Rivero<br />

ha sido elegido<br />

como la gran figura<br />

nacional en los recientes<br />

billetes de<br />

50 pesos. Así como<br />

algunos historiadores<br />

sostienen que fue un héroe que luchó contra<br />

la ocupación inglesa de las islas Malvinas, otros<br />

dicen que no fue mucho más que un bandido al<br />

frente de un grupo de facinerosos menos preocupados<br />

por la soberanía del archipiélago que<br />

por hacerse de unas libras alzándose contra los<br />

invasores. Y que concluyó sus días allá en el far<br />

south rindiéndose a los británicos y volviendo al<br />

pago que lo vio nacer para morir, años después,<br />

enganchado en el ejército de Rosas y peleando<br />

contra la escuadra anglo-francesa en la Vuelta de<br />

Obligado.<br />

Para juzgar esta elección habría que ponerse en la<br />

piel de las autoridades nacionales o de quien haya<br />

propuesto incorporar esa imagen en los billetes<br />

que ya contaban con la de Domingo Faustino Sarmiento.<br />

Los norteamericanos, por ejemplo, nunca<br />

tendrán que recurrir a Billy The Kid y mucho menos<br />

a Al Capone u otra figura del hampa, para<br />

ilustrar sus dólares, porque si bien no se han librado<br />

de la inflación, ésta nunca ha sido tan aguda<br />

como lo fue y lo es en la Argentina.<br />

Acá San Martín fue y es figura de los billetes criollos,<br />

pero a causa de la rapidísima pérdida de valor<br />

de las denominaciones circulantes, así como el billete<br />

de 100 pesos también lo fue de un millón. Y<br />

de la misma manera que le ocurrió y le sigue ocurriendo<br />

al Libertador, le ha pasado a infinidad de<br />

figuras nacionales. Que un día eran la imagen de<br />

un peso con el que se podía comprar dos kilos de<br />

pan, uno de tomates y media docena de huevos<br />

y pasado un tiempo iban a parar al tacho de los<br />

desperdicios junto a las cáscaras de mandarina y<br />

los boletos de ómnibus porque carecían de valor.<br />

Pero acaso lo más grave de esta penosa circunstancia<br />

que afecta al circulante nacional, sea que<br />

no sólo el Libertador ha sido víctima de esta razzia<br />

fiduciaria. Por los billetes nacionales han desfilado,<br />

junto a la República, representada por una<br />

señora algo robusta, a veces con una antorcha<br />

en una mano, otras con la bandera y también<br />

exhibiendo un perfil griego, un montón de próceres<br />

venerados por los argentinos desde su más<br />

tierna infancia. Porque los billetes (y también las<br />

monedas, ayer níqueles y hoy vaya a saber qué)<br />

han sido víctimas, todos ellos, de esta verdadera<br />

ordalía de ceros que ha afectado (o multiplicado)<br />

su circulación (hasta que se hizo necesario incurrir<br />

en una nueva). Y por lo mismo, por ellos han pasado<br />

Sarmiento, Pellegrini, Rivadavia, Roca y otros<br />

grandes. Próceres inmortales pero víctimas postmortem<br />

de los desastres económicos atribuibles a<br />

distintas administraciones nacionales. Que los entregaron<br />

una y otra vez a la voracidad de una inflación<br />

siempre implacable y devoradora de ceros.<br />

Por estos antecedentes no parecería mal que se<br />

haya elegido para los nuevos billetes de 50 pesos<br />

a la controvertida figura del gaucho Rivero. Ya<br />

que, al menos en este caso, no se sabe bien si se<br />

trata de exaltar a un héroe de la Patria, comprometido<br />

en la lucha librada para resistir la entrega<br />

de las Islas Malvinas a los británicos, o a un bandido<br />

cuyo único propósito era quedarse con todas<br />

las libras que pudiera sacarle a los invasores.<br />

Ahora bien: esta intromisión, por decirlo de alguna<br />

manera, del gaucho Rivero en el circulante, no<br />

debería dar lugar a futuras extravagancias en el<br />

campo del revisionismo histórico. Porque, como<br />

ya viene ocurriendo con una frecuencia nada elogiable,<br />

es factible que los días de este personaje<br />

en la billetería criolla no sean muy prolongados.<br />

Esto es que si con 50 pesos hoy se puedan comprar<br />

dos buenos bifes de cuadril, mañana no alcancen<br />

ni para retribuir al “trapito” que nos cuida<br />

el auto sin que se lo pidamos. Y en consecuencia,<br />

haya que ir pensando en nuevas emisiones de billetes<br />

de mayor valor. En cuyo caso habrá que estar<br />

atentos y resistir, por ejemplo, que aparezcan<br />

en los billetes de 100, de 500 o de 1.000, figuras<br />

tales como el Pibe Cabeza, el Gordo Valor, el Petiso<br />

Orejudo o Yiya Murano.<br />

102 • mayo-junio de 2015

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