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Desde lo práctico, el economista señala que<br />
“si a las eventuales demandas de infraestructura<br />
que surgirían de las nuevas explotaciones<br />
hidrocarburíferas hacia comienzos<br />
de la próxima década se le adicionan las<br />
necesarias para reforzar la logística propia<br />
del sector y los elevados requerimientos de<br />
capital para la expansión del sector energético”<br />
se hará necesario “un fuerte apoyo<br />
del ahorro externo para llevarlo a cabo, no<br />
experimentado hasta el presente”.<br />
A su turno, Chambouleyrón plantea<br />
que “para reducir el riesgo regulatorio/<br />
expropiatorio y no convalidar tasas de<br />
rentabilidad excesivamente altas, a las<br />
inversiones más riesgosas las deberían<br />
financiar el Estado u organismos multilaterales<br />
de crédito o en forma mixta<br />
(PPP) a través de contratos de locación<br />
de obra y/o contratos COM (Construir<br />
Operar y Mantener)”. Y deja una<br />
propuesta para reducir el riesgo de los<br />
emprendimientos y la probabilidad de<br />
nuevas violaciones contractuales: “Es<br />
importante pensar en nuevos esquemas<br />
de separación entre la financiación y la<br />
propiedad de la obra de infraestructura<br />
que podría quedar a cargo a cargo del<br />
Estado, mientras que la construcción,<br />
operación y el mantenimiento debería<br />
ser gestionada por privados”.<br />
Navajas recuerda que en infraestructura<br />
existen “tres márgenes de financiamiento:<br />
a) impuestos hoy; b) impuestos mañana<br />
(es decir deuda pública) y c) cargos<br />
al uso de la infraestructura”. A su juicio,<br />
“la solución pasa por una mezcla de los<br />
tres”. El economista explica que la regla<br />
tradicional es que la carga de una inversión<br />
de ese tipo “es muy grande para ponerla<br />
sobre las espaldas de la generación<br />
actual, además de que no es viable” y<br />
concluye que “esto lleva al endeudamiento,<br />
indefectiblemente”.<br />
Al respecto, evalúa que “tender a la utilización<br />
del tercer margen, el uso de cargos<br />
pagados por la demanda (el que usa<br />
paga) es fundamental, aunque sabemos<br />
que una parte de la demanda no va a tener<br />
capacidad para pagar la infraestructura<br />
(de transporte, por ejemplo) y aquí<br />
entran la importancia de un esquema de<br />
subsidios a la demanda que facilita la sostenibilidad<br />
financiera de los proyectos”.<br />
Como Navajas “no” cree que esto se<br />
pueda lograr a partir del próximo 11 de<br />
diciembre, sugiere entonces que se considere<br />
“algún esquema de garantías de<br />
organismos multilaterales que ayuden a<br />
bajar el costo del capital”.<br />
También Tesler cree que los fondos deberán<br />
salir de “aportes del Estado nacional/<br />
provincial y de un importante apoyo de la<br />
banca multilateral”, mientras que Musante<br />
confía en que puedan agregarse “la emisión<br />
de letras y bonos de endeudamiento<br />
interno, haciendo participar a inversores<br />
nacionales y también otros proyectos a<br />
través de PPP, que ha sido un procedimiento<br />
exitoso en otras latitudes”.<br />
Hugo E. Grimaldi<br />
nacionales en un contexto de competencia y transparencia”.<br />
A su criterio, el precio de la energía que determinen los<br />
mercados es justamente la mejor señal para ganar el apoyo<br />
financiero requerido. “La presencia de subsidios indiscriminados<br />
distorsiona los precios relativos, destruye el incentivo<br />
inversor y genera mercados reprimidos: nadie invierte si no<br />
puede estimar su flujo de ingresos ni su tasa de descuento”,<br />
apunta.<br />
Cuestión de financiamiento<br />
A la hora de pensar en las fuentes de financiamiento necesarias<br />
para que el costo de futuras inversiones no pese tanto<br />
en el presupuesto nacional, Montamat cree que primero<br />
habrá que restablecer y potenciar el acceso al crédito de los<br />
organismos multilaterales. “Además, será clave rehabilitar la<br />
competencia del financiamiento de los créditos de exportación<br />
y tomar de la experiencia comparada los mejores ejemplos<br />
de participación público-privada para limitar el riesgo<br />
de las inversiones”, resume.<br />
La visión de Rabinovich es aun más drástica. “Se necesita<br />
reconstruir el mercado eléctrico, que hoy se encuentra intervenido”,<br />
enfatiza. En su opinión, para aquellas obras que el<br />
sector privado no quiera o no esté en condiciones de realizar<br />
(como nuevas centrales nucleares o grandes emprendimientos<br />
hidroeléctricos), el Estado nacional tiene una vasta<br />
experiencia en la constitución de fondos específicos que pagan<br />
los consumidores una vez que los proyectos han sido<br />
ejecutados y entran en servicio. “Estos fondos siempre han<br />
sido una buena garantía para que los organismos de crédito<br />
multilaterales respalden las iniciativas, liderando el financiamiento<br />
de largo plazo y bajo costo, y permitiendo reducir el<br />
precio final de la energía producida”, completa.<br />
Las obras en marcha<br />
La mayoría de los proyectos de infraestructura energética<br />
que hoy tiene en marcha la Argentina se basan en la generación<br />
térmica. Según Cammesa, ya están en etapa de pruebas<br />
dos turbinas a gas de 270 MW cada una en la central<br />
térmica (CT) Vuelta de Obligado, situada en la localidad<br />
santafecina de Timbúes y se espera que en 2016 se cierre el<br />
ciclo combinado con una turbina a vapor de 270 MM, que<br />
elevará la capacidad de la usina a 810 MW. Adicionalmente,<br />
este invierno el país sumará 186 MW en motores diesel, de<br />
los cuales 150 MW corresponderán al programa “Generación<br />
Distribuida” de Enarsa y los restantes a la CT Costanera.<br />
Para la misma época se prevé el ingreso de dos turbinas<br />
gasíferas a la CT Guillermo Brown, en Bahía Blanca, que<br />
tendrán una potencia de 280 MW cada una. Finalmente,<br />
hacia fines de año se espera el aporte de 115 MW de la CT<br />
Loma La Lata.<br />
Hay otros proyectos que no tienen fecha prevista de<br />
ingreso y que están demorados, como el segundo ciclo<br />
combinado de la CT Manuel Belgrano, en la localidad<br />
bonaerense de Campana, cuya licitación se producirá en<br />
los próximos meses y los emprendimientos hidroeléctricos<br />
de la provincia de Santa Cruz, donde ya se inició<br />
la instalación de obradores, pero aún queda pendiente<br />
una serie de trabajos significativos (por lo que su entrada<br />
operativa no será anterior a 2020). Es incierta, también,<br />
la fecha de salida de servicio por completo de la central<br />
nucleoeléctrica Embalse, de 680 MW, donde se emprenderán<br />
labores de mantenimiento y extensión de vida útil.<br />
Su reinserción en el parque de generación demandará no<br />
menos de tres años.<br />
Pablo Ponte<br />
mayo-junio de 2015 • 17