Compilación de temas de derecho procesal para estudiantes de ...

Poco resulta todo el esfuerzo y tiempo que dediquemos a nuestra preparación,
algunos consejos son: Asistir a informes, malos –para no hacerlo- y buenos-para
seguirlos-; grabar nuestra exposición en otros ámbitos (en el Tribunal está prohibido
por el artículo 62 del Reglamento de la Ley No. 82 de 1997), constituye un método
idóneo para examinarnos por sí mismos; lo he hecho, y he quedado estupefacto al
escucharme con un raro tono de voz, expresando ideas que pensé haber dicho de
una manera y referí de otra; en fin, muchas veces hay una distancia enorme entre lo
que uno piensa que dijo y lo que realmente señaló; resultaría saludable pedir que
amigos presencien nuestro informe, nos critiquen y tomen el tiempo; así como actuar
frente al espejo con los habituales gestos; entre otras recomendaciones.
Sobre el tono de voz a emplear, efectivo sería el de una conversación –hablar en
forma natural-, modular de acuerdo con las circunstancias, evitar el lenguaje
monótono –este aburre y adormece-. No hablemos tan bajo si deseamos que el
Tribunal nos pueda escuchar, recordemos que a los Jueces nos dirigimos con
preferencia, sin olvidar al resto de los presentes. Tampoco nos expresemos tan alto,
a gritos, que el Presidente pueda manifestar que los miembros del Tribunal no
tienen problemas auditivos. Si no estamos acostumbrados a la sala de juicio, hay
que explorar previamente las condiciones acústicas.
En relación con el modo de vestir, solo el artículo 63 del Reglamento de la Ley de
los Tribunales Populares (Ley No. 82 de 11 de julio de 1997) se refiere a ello en los
siguientes términos: “Los jueces, fiscales y abogados en ejercicio, están obligados al
uso de la toga, en las audiencias y demás actos judiciales que se celebren en los
tribunales populares […] La toga ha de vestirse sobre el traje habitual de calle, y
cuando se trate de personas de sexo masculino, siempre se requiere el uso de
camisa de cuello cerrado y corbata”. El juicio es un acto solemne, y la vestimenta
debe estar en correspondencia con la respetabilidad del mismo. ¿Qué imagen del
buen gusto en el vestir ofrece un Fiscal o Defensor que se exhiba en su alegato final
con guayabera y corbata? La toga no se coloca en presencia del Tribunal; se entra a
la sala togado, y la misma se quita fuera de esta; tampoco se suben las mangas –
como los antiguos bodegueros-, ni sobre la toga se lleva distintivo alguno.
El modo de informar –de pie o sentado- en la justicia ordinaria, lo elige el letrado;
escogerá el que le resulte más cómodo y útil para el logro de sus designios (el
Presidente no lo puede obligar a exponer de pie, ver el artículo 308 de la LPP). Si es
una pequeña salita de una sección territorial, donde comparten el estrado Jueces,
Fiscales y Defensores, no creo adecuado pararse y comenzar a vocear; pudiera dar
la impresión de superioridad. He presenciado brillantes informes, expuestos por
profesionales, sentados en sus respectivos banquillos, y empleando un tono de voz
pausado, mientras que otros, aún ejerciendo de pie y voceando, han sido pésimos;
y; también a la inversa.
Nos debemos sentar de forma natural, sin muestras de arrogancia. La vista
preferentemente ha de dirigirse al Tribunal que es para quien hablamos,
momentáneamente al Fiscal, acusados, o público; si hacemos a ellos referencia, o
queremos descubrir algo en sus rostros o escenario. Se han de evitar los
movimientos bruscos, así como dar golpes en el estrado, tirar textos o plumas sobre
este; ello puede motivar un llamado de atención por el Presidente.
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