Compilación de temas de derecho procesal para estudiantes de ...

prueba, cuando se considera superfluo, es decir, cuando se propongan otras
pruebas con el mismo fin o cuando el medio de prueba se ha practicado antes.
El supramencionado artículo 260, de la Ley de Procedimiento Civil, Administrativo,
Laboral y Económico, de forma global prevé el límite que se analiza, cuando alude a
la repulsión de las pruebas que sean: “… tendentes a dilatar o a entorpecer el
proceso…”.
De manera concluyente, entendemos seguir el criterio de GESTO ALONSO, 182 quien
establece que pueden existir pruebas pertinentes que sean a la vez inútiles e
innecesarias, o pruebas pertinentes y útiles, pero innecesarias, y finalmente las que
reuniendo estos tres requisitos (e inclusive el de legalidad), sean las indicadas para
formar la convicción del Juez o fijar como ciertos los hechos de acuerdo a las
normas legales, como fin de la actividad probatoria.
4. Fundamentos teóricos para una adecuada proposición y presentación de
las pruebas.
Vista la proposición y presentación de las pruebas desde la óptica legal, doctrinal y
jurisprudencial, ya no sólo en el ámbito del actual proceso civil cubano, sino además
el foráneo, resulta válido afirmar que para el logro de la correcta ejecución de tales
presupuestos por las partes litigantes, y un mejor atino de los jueces al valorar el
material probatorio que a diario se les ofrece en los Tribunales de justicia, en lo
particular, la actual Ley de Procedimiento Civil Administrativo Laboral y Económico,
vigente en Cuba hace ya treinta y un años, con muchos de los rezagos de la Ley de
Enjuiciamiento Civil Española de 1881, salvo las ligeras modificaciones de que fue
objeto en el año 2006, en nada relacionadas con la temática tratada en esta
investigación, necesita con urgencia transformaciones referidas con los objetivos
ahora señalados y ventilados.
La preponderancia casi absoluta de la escritura en el procedimiento civil cubano es
uno de los obstáculos más connotados. Ello lógicamente ataca de manera directa a
las pruebas, máxime cuando la proposición de cada una de ellas es por escrito, y
con casi todas las formalidades que prácticamente perduraron un siglo en España.
Antes de mencionar algunos ejemplos, que ilustrarán tales planteamientos, opina la
autora que es necesario retomar de manera alterna los postulados que desde los
finales de la década de los años 60 se consagraron desde las Bases Generales
Comunes para Códigos Latinoamericanos de Procedimiento Civil, las que después
conformaron el Código de Procedimiento Modelo para Iberoamérica, 183 y que en el
caso de Cuba, debieran acogerse, en el momento en que se realicen las
transformaciones en este trabajo se propugnan.
182 Vid. GESTO ALONSO, B., El Derecho a los medios de pruebas pertinentes…, op. cit. pp. 24.
183 El prototipo del Código Procesal Modelo para Iberoamérica, mucho le debe al célebre proyecto de
COUTURE, del año 1945. Esta norma, que es un intento de homogeneizar el proceso en el área,
encaró técnicamente los problemas relacionados con la escritura, implementando -como propuesta,
lógicamente- un procedimiento oral de doble Audiencia muy similar al que pone en práctica la actual
Ley de Enjuiciamiento Civil Española.
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