Compilación de temas de derecho procesal para estudiantes de ...

En tal sentido, se considera la inutilidad cuando concretamente el medio empleado
no es adecuado para verificar los datos que pretenden ser probados, a saber,
cuando se propone la prueba testifical, y atendiendo a los conocimientos que se
quieren dar por probados, se requiera por el contrario de una prueba de Peritos.
Con la misma también se trata de impedir la concurrencia de varios medios
probatorios para demostrar un mismo hecho. Es cuando puede hablarse de la
prueba superflua. 179
La significación más importante de este parámetro es la relacionada con su
adecuación para probar el hecho de que se trate, pues de no prestársele interés a
este particular se conllevaría directamente a una desnaturalización de la prueba
concreta de que se trate, lo cual ocurre desde el momento en punto en que un
medio probatorio se pretenda emplea, o de hecho se emplee, para funciones
distintas a las que emergen de su naturaleza propia.
La Ley de Procedimiento Civil, Administrativo, Laboral y de lo Económico de Cuba,
se pronuncia también, en el párrafo segundo, del tantas veces mencionado artículo
260, por la inadmisión de las pruebas que sean: “… manifiestamente inútiles o
tendentes a dilatar o entorpecer el proceso …”. Sin embargo, en dicho precepto,
como tampoco en ningún otro artículo de la Ley existe una definición concreta de lo
que es una prueba inútil, como tampoco en las anteriores. Pudiera interpretarse, por
la forma en que se redacta el precepto, que se quiso identificar la inutilidad,
exclusivamente, con la proclividad de la prueba a entorpecer o dilatar el proceso,
pero no resulta así cuando, la mención de la término "inútiles" es gramaticalmente
suficiente como para resumir todas las posibles circunstancias en que una prueba
puede resultar inútil al proceso.
La necesidad es otro de los límites del derecho a probar, reconocido por numerosos
procesalistas, aunque en ocasiones se circunscribe dentro de la utilidad, dado que
ambos se refieren al medio de prueba empleado; sin embargo, como pueden ser
perfectamente diferenciados, además del frecuente empleo en la práctica por los
Tribunales, se reconoce como un límite autónomo e independiente.
Al respecto, MONTERO AROCA, 180 llama la atención, de lo peligroso que puede
resultar que un juez no admita un medio de prueba atendiendo a que ya tiene
suficientes elementos para forjar su convicción, dado que esta actitud le brindaría al
Tribunal la posibilidad a priori, de decidir con cuáles medios de pruebas se forma su
convicción. De ahí que este tema debe ser manejado con sumo cuidado por los
Jueces. SANCHIS CRESPO, 181 es de la opinión que en principio no existen límites en la
proposición de pruebas, atendiendo a su necesidad, ni en cuanto a los medios que
las partes puedan proponer, sin embargo, en ocasiones hay supuestos que ameritan
la visualización de este límite. Observado de esta forma, es innecesario un medio de
179 GARCIMARTIN MONTERO, R.. El objeto..., op. cit., pp. 244; MONTERO AROCA, J.: La prueba..., op. cit.,
pp. 123. Este autor, al definir la prueba superflua, habla de la que es propensa a reproducir el
resultado ya obtenido o a obtener por otra. La autora coincide plenamente, aunque para armonizar
en una fórmula de dicción positiva las dos variantes, opta por hablar de necesidad del medio
concreto de prueba. Como se ha expuesto en la nota al pie anterior, para otros autores la prueba
superflua no es inútil, sino impertinente.
180 Vid., MONTERO AROCA, J., La Prueba en el proceso civil, 3ª. Ed., op. cit., pp.123.
181 Vid. SANCHIS CRESPO, C., El derecho a usar los medios de pruebas …, op. cit., pp. 526.
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