Compilación de temas de derecho procesal para estudiantes de ...

virtud de su Disposición Final Primera, lo que impone la estimación del motivo objeto
de estudio y casar la interpelada sentencia, sin necesidad de resolver los demás
motivos de que consta el recurso...” 138
Al concepto de nulidad se llega, precisamente, cuando en el acto procesal se
encuentran ausentes algunos de los requisitos establecidos para su realización.
El concepto de nulidad está, pues, vinculado estrechamente a los de validez y
eficacia, los que, aunque se utilizan habitualmente por la doctrina y la jurisprudencia
de forma indiferenciada, son perfectamente separables, si bien sus límites pueden
resultar convergentes en algunos aspectos. 139
Un acto procesal es válido cuando en su ejecución se haya actuado de conformidad
con la norma que lo regula, mientras que la nota de eficacia se producirá en tanto en
cuanto produzca los efectos que le vienen previstos en la ley procesal. 140
Así, pues, mientras la validez puede ser considerada un requisito formal, la eficacia
lo es de naturaleza material, si bien no puede ser calificado de subjetivo, en tanto
que la eficacia acto procesal no puede hacerse depender de la intencionalidad
perseguida por su autor. 141
Luego de quedar delimitado básicamente el contenido de los conceptos de validez y
eficacia en el ámbito procesal civil, se precisa abordar como necesario punto de
partida la elaboración de un concepto de nulidad que, si bien no se encuentra
definido en forma procesal alguna, resulta plausible colegir del contexto de las
disposiciones normativas o de la delimitación jurisprudencial de actos procesales
practicados defectuosamente.
Ello reafirma la posición inicial planteada en el trabajo de que no resulta absurdo
buscar las nulidades en la doctrina y no en preceptos normativos, sin que se
deseche su regulación jurídica. Lo que se busca es el razonamiento flexible de que,
si bien no aparece plasmada en una norma escrita un motivo o causa de nulidad, no
es descabellado buscarla en la doctrina, en la vida misma, en el mundo circundante,
claro está, esa búsqueda será la consecuencia de la actuación de oficio o la
incitación a que se actúe de tal manera, por parte del único sujeto jerárquicamente
subordinante en la relación jurídica-procesal civil: el Organo Jurisdiccional.
Hoy se plantean dos principios que informan la nulidad procesal o llamada nulidad
de actuaciones: el principio de tipicidad, que supone básicamente que ninguna
nulidad puede ser declarada si con anterioridad no se encuentra prevista en las
leyes procesales, formulación que innegablemente es en extremo rigurosa, pues no
puede partirse del criterio de que el ordenamiento procesal prevea todos los
supuestos de nulidad; de ahí que como crítica a esta postura rígida se contrapone el
principio de las nulidades implícitas, entendidas como aquellos actos procesales que
resultan nulos por haber sido privados de sus efectos normales, entre los que se
138 Sentencia de 25 de junio de 1997, de la sala de lo Civil y de lo Administrativo del Tribunal
Supremo Popular de Cuba, recaída en el expediente Número 182 de 1997 de esa Sala.
139 Martín De la Leona, José Ma. “Nulidad de Actuaciones. Principios Informadores y Clasificación”.
Consejo General del Poder Judicial, Madrid, 1993.
140 De la Plaza, M: “Derecho Procesal Civil Español”. Madrid, 1942.Volumen I, págs 411-412.
141 Pallares, E.: “Diccionario de Derecho Procesal Civil”. México, 1983, pág 573.
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