Memorias De Una Pulga - AMPA Severí Torres
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<strong>Memorias</strong> <strong>De</strong> <strong>Una</strong> <strong>Pulga</strong><br />
—¡Oh, qué atrevimiento el de usted! —gritó la jovencita—. ¡Qué groserías son éstas!<br />
¡No puedo permitírselas! Mi tío dice que no debo consentir que nadie me toque ahí. En<br />
todo caso nunca antes de...<br />
Bella dudó, se detuvo, y su rostro adquirió una expresión boba.<br />
El señor <strong>De</strong>lmont era tan curioso como enamoradizo.<br />
—¿Antes de qué. Bella?<br />
—¡Oh, no debo explicárselo! No debí decir nada al respecto. Sólo sus rudos modales<br />
me lo han hecho olvidar.<br />
—¿Olvidar qué?<br />
—Algo de lo que me ha hablado a menudo mi tío —contestó sencillamente Bella.<br />
—¿Pero qué es? ¡Dímelo!<br />
—No me atrevo. Además, no entiendo lo que significa.<br />
—Te lo explicaré si me dices de qué se trata.<br />
—¿Me promete no contarlo?<br />
- <strong>De</strong>sde luego.<br />
—Bien. Pues lo que él dice es que nunca tengo que permitir que me pongan las<br />
manos ahí, y que sí alguien quiere hacerlo tiene que pagar mucho por ello.<br />
~¿Dijo eso, realmente?<br />
—Sí, claro que sí. Dijo que puedo proporcionarle una buena suma de dinero, y que<br />
hay muchos caballeros ricos que pagarían por lo que usted quiere hacerme, y dijo también<br />
que no era tan estúpido como para dejar perder semejante oportunidad.<br />
—Realmente, Bella, tu tío es un perfecto hombre de negocios, pero no creí que fuera<br />
un hombre de esa clase.<br />
—Pues sí que lo es —gritó Bella—. Está engreído con el dinero, ¿sabe usted?, y yo<br />
apenas si sé lo que ello significa, pero a veces dice que va a vender mi doncellez.<br />
—¿Es posible? —pensó <strong>De</strong>lmont—. ¡Qué tipo debe ser ése! ¡Qué buen ojo para los<br />
negocios ha de tener!<br />
Cuanto más pensaba el señor <strong>De</strong>lmont acerca de ello, más convencido estaba de la<br />
verdad que encerraba la ingenua explicación dada por Bella. Estaba en venta, y él iba a<br />
comprarla. Era mejor seguir este camino que arriesgarse a ser descubierto y castigado por<br />
sus relaciones secretas.<br />
Antes, empero, de que pudiera terminar de hacerse estas prudentes reflexiones, se<br />
produjo una interrupción provocada por la llegada de su hija Julia. y, aunque<br />
renuentemente, tuvo que dejar la compañía de Bella y componer sus ropas debidamente.<br />
Bella dio pronto una excusa y regresó a su hogar, dejando que los acontecimientos<br />
siguieran su curso.<br />
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