Memorias De Una Pulga - AMPA Severí Torres
Memorias De Una Pulga - AMPA Severí Torres
Memorias De Una Pulga - AMPA Severí Torres
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Memorias</strong> <strong>De</strong> <strong>Una</strong> <strong>Pulga</strong><br />
El vestido de Bella era ligero y amplio, y la muchacha no llevaba calzones. Tan<br />
pronto vio la pareja de hombres sus bien torneadas y blancas piernas, que dando un<br />
resoplido se arrojaron ambos a un tiempo sobre ella. Siguió una lucha en la que el padre,<br />
de más peso y más fuerte que el muchacho, llevó la ventaja. Sus calzones estaban caídos<br />
hasta los talones y su grande y grueso carajo llegaba muy cerca del ombligo de Bella. Esta<br />
se abrió de piernas, ansiosa de probarlo.<br />
Pasó su mano por debajo y lo encontró caliente como la lumbre, y tan duro como una<br />
barra de hierro. El hombre, que malinterpretó sus propósitos, apartó con rudeza su mano, y<br />
sin ayuda colocó la punta de su pene sobre los rojos labios del sexo de Bella. Esta abrió lo<br />
más que pudo sus juveniles miembros, y el campesino consiguió con varias estocadas<br />
alojarlo hasta la mitad.<br />
Llegado este momento se vio abrumado por la excitación y dejó escapar un terrible<br />
torrente de fluido sumamente espeso. <strong>De</strong>scargó con violencia y, al tiempo de hacerlo, se<br />
introdujo dentro de ella hasta que la gran cabeza dio contra su matriz, en el interior de la<br />
cual virtió parte de su semen.<br />
Me estás matando! —gritó la muchacha, medio sofocada—. ¿Qué es esto que<br />
derramas en mi interior?<br />
—Es la leche, eso es lo que es —observó Tim, que se había agachado para deleitarse<br />
con la contemplación del espectáculo—. ¿No te dije que era bueno para joder?<br />
Bella pensó que el hombre la soltaría, y que le permitiría levantarse, pero estaba<br />
equivocada. El largo miembro, que en aquellos momentos se insertaba hasta lo más hondo<br />
de su ser, engrosaba y se envaraba mucho más que antes.<br />
El campesino empezó a moverse hacia adelante y hacía atrás, empujando sin piedad<br />
en las partes íntimas de Bella a cada nueva embestida. Su gozo parecía ser infinito. La<br />
descarga anterior hacía que el miembro se deslizara sin dificultades en los movimientos de<br />
avance y retroceso, y que con la brusquedad de los mismos alcanzara las regiones más<br />
blandas.<br />
Poco a poco Bella llegó a un grado extremo de excitación. Se entreabrió su boca,<br />
pasó sus piernas sobre las espaldas de el y se asió a las mismas convulsivamente. <strong>De</strong> esta<br />
manera pudo favorecer cualquier movimiento suyo, y se deleitaba al sentir las fieras<br />
sacudidas con que el sensual sujeto hundía su ardiente arma en sus entrañas.<br />
Por espacio de un cuarto de hora se libró una batalla entre ambos. Bella se había<br />
venido con frecuencia, y estaba a punto de hacerlo de nuevo, cuando una furiosa cascada<br />
de semen surgió del miembro del hombre e inundó sus entrañas.<br />
El individuo se levantó después, y retirando su carajo, que todavía exudaba las<br />
últimas gotas de su abundante eyaculación, se quedó contemplando pensativamente el<br />
jadeante cuerpo que acababa de abandonar.<br />
Su miembro todavía se alzaba amenazador frente a ella, vaporizante aún por efecto<br />
del calor de la vaina. Tim, con verdadera devoción filial, procedió a secarlo y a devolverlo,<br />
hinchado todavía por la excitación a que estuvo sometido, a la bragueta del pantalón de su<br />
padre.<br />
Página 80 de 113