16.05.2013 Views

Benito Cereno - Lom Ediciones

Benito Cereno - Lom Ediciones

Benito Cereno - Lom Ediciones

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

–Sí, ya lo sabes; si vuelvo a ver el anillo de jaspe verde, ni torre, ni fuerte castillo, ni<br />

prohibición real, me impedirán hacer la voluntad de mi amigo, sea locura o discreción.<br />

–Amiga, que el Dios nacido en Belén te lo tenga en cuenta.<br />

–Que Dios te guarde, amigo.<br />

Tristán, desterrado y lejos de su amor, obtiene fama y prestigio por sus heroicas proezas.<br />

Toma como esposa a Isolda de las Blancas Manos sabiendo que nunca la amará<br />

y que su amor por Isolda la Rubia es cada vez más fuerte. Herido de muerte, Tristán<br />

desea ver a su amante, solo ella puede curarle.<br />

XIX<br />

La muerte<br />

[…] El veneno prosigue su efecto. El enfermo palidece y está tan fl aco que se pueden<br />

contar todos sus huesos.<br />

¡Siente que la vida le escapa, comprende que va a morir y quiere ver de nuevo a Isolda<br />

la Rubia! ¿Pero cómo realizar este propósito? Está tan débil que moriría si intentara<br />

cruzar el mar. Y si, con todo, consiguiera llegar hasta Cornualles, no podría escapar<br />

de sus enemigos. Se deshace en lamentos, siente el veneno corroer su carne y espera<br />

la muerte.<br />

Llama a Kaherdín en secreto para contarle su dolor, pues los dos se profesan un leal<br />

cariño. No quiere que nadie permanezca en su habitación ni en las salas contiguas.<br />

Pero retiene a Kaherdín a su lado. Isolda, su mujer, maravíllase de este raro deseo y,<br />

recelosa, quiere oír la conversación.<br />

Pega el oído a la pared que toca al lecho de Tristán y escucha, mientras uno de sus<br />

fi eles vigila para evitar ser sorprendida.<br />

Tristán reúne todas sus fuerzas, consigue incorporarse y se apoya contra la pared.<br />

Kaherdín se sienta a su lado y los dos lloran tiernamente.<br />

Lloran por su hermosa camaradería de armas, tristemente deshecha, por su gran<br />

amistad y por sus amores. Y cada uno se lamenta del dolor del otro.<br />

–Mi dulce y buen amigo –dice Tristán–: estoy en extraña tierra, sin pariente ni amigo<br />

fuera de ti, pues eres el único que me ha ofrecido goce y consuelo. Voy a morir y<br />

quisiera ver de nuevo a Isolda la Rubia. Pero, ¿de qué astucia me valdré para darle a<br />

conocer mi anhelo? Si consiguiera enviarle un mensajero, estoy seguro de que ella<br />

vendría; ¡tan grande es su cariño! Kaherdín, mi buen camarada, por nuestra amistad,<br />

por la nobleza de tu aventura; seré tu vasallo y te amaré como nadie en el mundo<br />

puede amarte.<br />

- 49 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!