Gustavo Daniel Perednik - Universidad ORT Uruguay
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GRANDES PENSADORES - G. D. <strong>Perednik</strong>-<br />
palabras que “cesara la vida y comenzara el cosmos”. De ser un<br />
reconocido letrado europeo decide sacrificar su carrera profesional<br />
de dramaturgo y folletinista para liderar a su pueblo.<br />
Las comedias de Herzl se aplaudían en el Wallner Theater de Berlin<br />
y en el vienés Hofburgtheater.<br />
Hannah Arendt lo definió como un “intelectual típico y único”, y<br />
las melancólicas memorias de Stefan Zweig, El mundo de ayer, se<br />
refieren a la preponderancia de Herzl en la Viena imperial como la<br />
de un pasaporte a la cultura. Cuando Zweig tenía apenas diecinueve<br />
años de edad, en 1901, se encontró con Herzl por primera vez. Al<br />
describir la majestuosa impresión que le produjo, Zweig dice de<br />
Herzl que tenía “un deslumbrante talento periodístico y se convirtió<br />
en favorito del público vienés, primero como corresponsal de la<br />
Neue Freie Presse en París, y luego como su folletinista”. Recuerda<br />
que cuando Herzl aceptó su prosa para publicación, había sido<br />
“como si Napoleón condecorase en el campo de batalla a un joven<br />
sargento con la cruz de caballero de la Legión de Honor”. Concluye<br />
Zweig: “era un hombre respetado, adorado por la juventud,<br />
estimado por nuestros padres, hasta que un día aconteció lo<br />
inesperado”, y el gran periodista vienés se transformó en objeto<br />
de burlas.<br />
El periodismo lo había llevado a cubrir el caso Dreyfus, el cual por<br />
diez años mantuvo en vilo a los franceses. Esa década coincidió<br />
con la última de la vida de Herzl, concentrada en su acción en aras<br />
de conseguir reconocimiento internacional para el derecho nacional<br />
judío.<br />
Repasemos el clima de aquellos días. En 1894 fue arrestado el<br />
único capitán judío del ejército francés, acusado de traición y<br />
juzgado por una corte marcial que lo condenó a degradación y a<br />
prisión perpetua en la “Isla del Diablo” allende el Atlántico.<br />
Durante la década que duró el proceso contra el capitán, turbas<br />
violentaban sinagogas y saqueaban tiendas de judíos, a quienes<br />
también se agredía en las calles. Las aulas de la <strong>Universidad</strong> de<br />
Rennes fueron destrozadas después de que cinco profesores se<br />
declararon favorables a una revisión de la condena; el editor<br />
dreyfusista de La Bataille fue golpeado en la vía pública, y el<br />
abogado defensor Fernand Labori fue víctima de un intento de<br />
asesinato. Pero más que la violencia física, lo que sacudió a Herzl<br />
fue la violencia verbal, igualmente incendiaria.