Algunos otros Alias de la Militancia Roja - Museo SEAT
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“Tenemos a <strong>la</strong> policía en <strong>la</strong> puerta”, armándose tal revuelo que fue un<br />
<strong>de</strong>sconcierto total para <strong>la</strong> asamblea. Se rompieron documentos y buscamos<br />
salidas alternativas; al no encontrar<strong>la</strong>s, pensamos en salir en tromba por <strong>la</strong><br />
puerta principal pero estaba taponada por un grueso grupo <strong>de</strong> policías,<br />
pisto<strong>la</strong> en mano y disparando al aire con <strong>la</strong> intención <strong>de</strong> acojonarnos. Tras dar<br />
vueltas por <strong>la</strong> iglesia con gran pánico, dimos con una puerta que daba a <strong>la</strong><br />
calle, por don<strong>de</strong> escaparon muchos compañeros, mientras no cesaban <strong>de</strong><br />
escucharse disparos y los gritos <strong>de</strong> <strong>la</strong> policía dando el alto a los que huían.<br />
El resultado fue más <strong>de</strong> treinta <strong>de</strong>tenidos, <strong>la</strong>s montañas ocupadas por<br />
bandadas <strong>de</strong> asistentes a <strong>la</strong> reunión buscando caminos para escapar, mientras<br />
que un grupo se refugió entre <strong>la</strong> leña que había en un sótano <strong>de</strong> <strong>la</strong> Iglesia<br />
esperando que pasara <strong>la</strong> “chamusquina”.<br />
Estaba c<strong>la</strong>ro que <strong>la</strong> acción policial en Sant Cugat fue un aviso <strong>de</strong> <strong>la</strong> reacción<br />
franquista para dar a enten<strong>de</strong>r a <strong>la</strong>s fuerzas <strong>de</strong>mocráticas que todavía<br />
mandaban ellos. Aunque todavía incierta, veían como a lo <strong>la</strong>rgo y ancho <strong>de</strong>l<br />
Estado poco a poco empezaba a cuajar <strong>la</strong> alternativa a <strong>la</strong> dictadura, en un<br />
clima <strong>de</strong> movilizaciones obreras y estudiantiles.<br />
En Catalunya, el Bajo Llobregat, Hispano Oliveti, <strong>SEAT</strong> con cientos <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>spidos, y otras gran<strong>de</strong>s empresas, eran el motor <strong>de</strong> <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s protestas.<br />
En Motor Ibérica no lo teníamos fácil porque <strong>la</strong> empresa seguía haciendo<br />
reuniones con grupos <strong>de</strong> obreros para inculcarles que Motor Ibérica era una<br />
empresa diferente y no había necesidad <strong>de</strong> hacer huelga alguna. Por nuestra<br />
parte, realizábamos asambleas a <strong>la</strong> hora <strong>de</strong>l bocadillo para explicar a los<br />
compañeros <strong>la</strong>s últimas propuestas <strong>de</strong>mocráticas y <strong>la</strong>borales que se estaban<br />
dando a nivel <strong>de</strong>l Estado y <strong>de</strong> Catalunya.<br />
En una <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong>s asambleas tomé <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra – dice Montesinos – y<br />
propuse solidaridad con <strong>la</strong>s luchas <strong>de</strong>l movimiento obrero, en particu<strong>la</strong>r con<br />
los compañeros <strong>de</strong> <strong>SEAT</strong> que se estaban <strong>de</strong>fendiendo como héroes en contra<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> reacción patronal. La empresa reaccionó violentamente y corrió <strong>la</strong> voz<br />
diciendo que mi propuesta era ilegal; aun llegó más lejos y aquel mismo día,<br />
poco antes <strong>de</strong> acabar el trabajo, vino a verme un vigi<strong>la</strong>nte y me sugirió que me<br />
sentara en <strong>la</strong> parte izquierda <strong>de</strong>l autobús que nos tras<strong>la</strong>daba hasta <strong>la</strong> P<strong>la</strong>za <strong>de</strong><br />
España. No sabía si hacerle caso pero ante <strong>la</strong> duda opté por hacer lo que me<br />
dijo hasta saber en qué consistía aquel<strong>la</strong> sugerencia. Al arrancar el autobús me<br />
di cuenta <strong>de</strong> que los sociales estaban esperando para <strong>de</strong>tenerme y nos estaban<br />
siguiendo con un <strong>SEAT</strong> 850; aunque por el camino les perdí <strong>de</strong> vista, al llegar<br />
el autobús en su <strong>de</strong>stino estaban esperándome junto con otra serie <strong>de</strong> sociales,<br />
todos a <strong>la</strong> caza <strong>de</strong>l “rojo”. Me puse en <strong>la</strong> puerta <strong>de</strong> salida y nada más abrir <strong>la</strong>s<br />
puertas salí como una ba<strong>la</strong> por entre los compañeros, hasta alcanzar <strong>la</strong> calle y<br />
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